Estrenada el 11 de junio en Netflix, La skater fue escrita y dirigida por Manjari Makijany y narra la historia de Prerna (Rachel Sanchita), una chica de la India rural que se quiere iniciar en el skate. Para eso tiene que luchar contra todo tipo de obstáculos sociales, a los que hay que agregarle que se trata de un deporte totalmente desconocido por ella.

Aunque el sistema de castas en teoría está prohibido desde 1950, en el pequeño pueblo Rajastán sigue estando presente y se siente fuertemente en la familia de Prerna, que es de una casta inferior. Ella trata de combinar sus estudios con algunos trabajos; es, lógicamente, de origen humilde y vive en una casa patriarcal.

Todo cambia cuando Jessica (Amrit Maghera), una chica londinense de origen indio, llega al pueblo en busca de su pasado familiar y se cruza en la vida de Prerna de casualidad. La realidad de Jessica es opuesta a la de Prerna (muchos de sus amigos ingleses la felicitan por sus “vacaciones rústicas”) y el choque cultural parece tener más deslumbrada a Jessica que a los niños del pueblo, quienes parecen llevar con absoluta naturalidad tener juguetes hechos con botellas, piolas y maderas, ya que no conocen otra cosa.

En uno de esos días de plena exploración llega alguien más al pueblo: Erick, amigo de Jessica que viene a dar clases desde Estados Unidos. Erick les muestra por primera vez a esos niños un skate y Prerna queda enamorada de esa tabla.

Así Jessica, Erick y su valiente hermano Ankush (un adorable Shafin Patel) animan a Prerna a que aprenda cómo usar un skate a pesar de sus miedos. Los skates arriban para cambiar a Prerna y a un pueblo que parece no estar preparado ni para el deporte de las tablas ni para ningún tipo de cambio. Esta revolución provoca el enojo de los adultos y la prohibición de patinar en sus calles. Pero Jessica tiene una idea: construir la primera pista de skateboard de Rajastán.

Cuando está encima del skate, Prerna “se siente libre” y su historia se emparenta, claramente, con la de muchas mujeres que, en sociedades machistas, no pueden desarrollar su vocación. El skate se termina transformando en un símbolo de libertad y enfrenta las barreras de una cultura milenaria, en la que las mujeres acatan tácitas normas represivas.

Aunque la película no llega al punto de mostrar una “invasión cultural” –como si lo occidental fuese “más divertido”–, sí insinúa que la vida en esos pueblos recónditos parece transcurrir sin sobresaltos hasta que un extranjero lo cambia todo. En ese sentido, ronda la sensación de superioridad cultural de los occidentales, que llegan para cambiar un mundo limitado y humilde. (Dato: la pista que se construyó para la película, en 45 días, efectivamente fue la primera de la zona y quedó en su lugar para fomentar que las niñas practiquen skate).

La skater entretiene por trata de una adolescente que quiere encontrar su lugar en el mundo mediante un deporte, intentando escapar de las normas establecidas por su sociedad. Un solo acto, por mínimo que parezca, puede cambiar la vida de alguien, parece decir la película.

La skater, de Manjari Makijany. En Netflix.