Zero Contact, un thriller de ciencia ficción protagonizado por Anthony Hopkins, es la primera película subastada en forma de NFT (token no fungible), siguiendo la tendencia de comercializar archivos digitales con tecnología que acredita su legitimidad y permite su trazabilidad. La puja comenzó el viernes y se extiende hasta hoy, y quien gane se hará de la única copia del film, que será transformada en “criptoarte” y podrá verse en la plataforma Vuele.

El paquete subastado incluye, además de la película, un viaje para conocer los sets de filmación, un rol en la película y una pieza de arte que sirve de acceso a una “cacería del tesoro” por nuevos premios. Al mismo tiempo se pusieron a la venta diez paquetes más humildes, que incluyen videos de la filmación, cameos y criptoarte original.

“Esperamos lograr el apoyo de los fanáticos del género, o de los seguidores del elenco y el equipo que trabajó en la película. También esperamos ampliar el espectro de compradores de NFT para incluir a los coleccionistas de cine”, dijo a South China Morning Post el cofundador de Vuele, Cameron Chell. “Acercar el mercado de comercio de NFT al mundo cinematográfico es algo que esperamos que haga crecer a ambos mercados”.

Chell agregó: “Que los NFT salgan primero, con contenido exclusivo para una audiencia limitada, aumentará el interés a través del boca a boca y aumentará las audiencias tanto de las salas de cine como de las plataformas de streaming”.

La filmación de Zero Contact se hizo durante la pandemia de coronavirus de manera remota, utilizando el programa de videollamadas Zoom, con participantes en 17 países. La historia muestra a Finley Hart (Hopkins), un gurú tecnológico convencido de la inminente llegada del fin de la humanidad que, en forma póstuma, selecciona a cinco personas alrededor del mundo para que terminen con su invención secreta: “una máquina que podría ser la solución a los problemas de la humanidad o el final de la vida en la Tierra”. Todo esto mientras son perseguidos por un hombre misterioso, por supuesto.

Burbuja de carbono

El comercio de NFT revolucionó la industria de las criptomonedas, puesto que son la herramienta usada para las transacciones. Durante la primera mitad de este año, se movieron más de 2.500 millones de dólares en toda clase de archivos coleccionables digitales, cuenta CriptoNoticias. El dato muestra un crecimiento desmedido respecto del año anterior, cuando, considerados los 12 meses, el volumen de ventas no llegó a los 100 millones de dólares.

Entre las primeras transacciones de criptoarte que fueron noticia se encuentra la venta de un collage digital del artista Beeple en 69 millones de dólares, por intermedio de la casa de subastas Christie’s. Más tarde se subastaría el primer tuit de la historia en casi tres millones de dólares, mientras que otras transacciones, como los rostros digitales conocidos como cryptopunks recaudaron 17 millones de dólares, o su equivalente en criptomonedas. Hasta el Museo del Hermitage, en San Petersburgo, ofreció criptocopias de algunas de sus obras más reconocidas.

Cualquier archivo digital puede ser “acuñado” para convertirse en un NFT. Para eso se utilizan centros computacionales de “criptominería” que han sido criticados por el impacto ambiental provocado por el excesivo gasto energético. La cantante colombiana Shakira, que lanzó su primera colección de imágenes digitales utilizando esta tecnología, eligió acuñar las obras en la plataforma Aerial, que calcula las emisiones de carbono y asigna compensaciones a proyectos de conservación de bosques.