Pocas veces un hecho policial ha tenido tanta resonancia como el asesinato de María Marta García Belsunce, ocurrido el 27 de octubre de 2002 en el country Carmel de Pilar. Inicialmente, su muerte fue considerada un accidente doméstico, pero luego se descubrió que había sido un asesinato. El caso generó furor por la particular época del país (crisis de 2002 y auge de secuestros y asesinatos en esferas acomodadas) y se volvió un evento mediático sin precedentes.

Ahora, 20 años después y en coincidencia con el tercer juicio por el crimen, HBO estrena una nueva miniserie del caso, María Marta: el crimen del country. Su directora, Daniela Goggi (El hijo rojo, Abzurdah) se rodeó de un gran elenco: Jorge Marrale, Laura Novoa, Muriel Santa Ana, Carlos Belloso y Valeria Lois, entre otros. Este tristemente famoso crimen ya había tenido su debut en streaming en Netflix (2020) con la exitosa Carmel: ¿quién mató a María Marta?, dirigida por Alejandro Hartmann, pero con una diferencia: se trataba de un documental, mientras que la serie que se estrena ahora es una ficción.

De todos modos, los hechos y protagonistas guardan cierta correspondencia con los de 20 años atrás: el fiscal Diego Molina Pico aquí es Marcos del Río (Mike Amigorena), mientras que el vecino Nicolás Pachelo (hoy, el principal sospechoso) se presenta como Matías Centeno, un personaje que va aumentando su presencia en un rol sociopático bien desarrollado por Nicolás Francella. Casi todo el resto figura con sus nombres reales: Carlos Carrascosa (Jorge Marrale), María Marta García Belsunce (Laura Novoa) y Horacio García Belsunce (Carlos Belloso).

Mediante acertados saltos temporales que van desde el momento del asesinato hasta los posteriores efectos, se relata la evolución de este complejo crimen, así como también se recorren distintos momentos clave de la causa judicial (gran parte transcurre en 2011, fecha del segundo juicio) y se muestra cómo se transformó en un caso emblemático en la sociedad argentina.

La ineptitud policial y médica, una escena del crimen contaminada, una inhábil familia que parecía más preocupada por las apariencias que por saber la verdad, el prejuicio de que a los ricos no les pasan tragedias y un sistema judicial débil fueron la combinación perfecta para que este caso siga sin resolverse. La historia es narrada con inteligencia y un correcto suspenso sostenido durante los ocho capítulos, con una trama que explica ciertas complicaciones procesales del caso haciendo más hincapié en la responsabilidad de la prensa que en la familia, ya que todo su accionar es mostrado más como torpeza que como ocultamiento o maldad (incluido el del famoso “pituto”, por retomar la peculiar forma en que se refieren a un resto de bala).

Más allá de que se tenga conocimiento sobre el caso, la serie no sólo consigue mantener la atención acerca de qué fue lo que realmente pasó, sino que también instala una duda pendular acerca de quién mató a María Marta. Por momentos hay certezas exactas de que fue Carrascosa, mientras que en otros parecen no quedar dudas de que fue Pachelo y que la familia únicamente acumuló desatinos. Es en ese vaivén que se presenta lo más interesante de la serie: no dar nunca nada por sentado en relación a quién pudo haber cometido el asesinato.

La manipulación de las noticias, la injerencia de los medios de comunicación en la Justicia y la demonización de los sospechosos del crimen acompañan a una trama interesante y bien contada. María Marta resulta una muy buena miniserie de puro true crime, con actuaciones sólidas (destacadísimo Jorge Marrale) y que nos deja en libertad para sacar nuestras propias conclusiones.

María Marta: el crimen del country. Ocho episodios de 45 minutos. En HBO Max.