Sólo se necesita una mesa y mucha imaginación... y hasta se puede prescindir de la mesa. En los juegos de rol cada participante crea su personaje, por ejemplo en mundos en donde abundan la magia y la aventura (y los dragones), y junto al resto de los jugadores construye un relato conjunto que involucra batallas, tesoros y, por supuesto, dragones.

Hemos visto partidas de rol en series como Community o The Big Bang Theory, pero la que ayudó a la masificación de este entretenimiento fue la megapopular Stranger Things, cuyos protagonistas son jugadores de rol que suelen identificar a los monstruos que combaten con criaturas salidas de Dungeons & Dragons (D&D), uno de los primeros y más populares títulos de RPG (por role-playing game).

Esta ambientación fantástica coqueteó en varias oportunidades con el mundo audiovisual. En los años 80 tuvo su serie animada y las historietas que adaptaban la animación llegaron desde España con el título Dragones y mazmorras. Entre 2000 y 2012, mientras tanto, se estrenaron tres películas, con una recepción que fue de tibia para abajo.

Hay propiedades intelectuales que nunca se abandonan del todo, más con el mencionado resurgimiento a partir de los jovencitos de Hawkins, Indiana. Esto explica la llegada de una nueva película, que lleva el largo título de Calabozos & Dragones: honor entre ladrones (Dungeons & Dragons: Honor Among Thieves) y toma los elementos fundamentales de la mitología y su funcionamiento, mezclándolos con una importante cantidad de humor. El resultado es una comedia recomendable incluso para los que nunca tiraron un dado sobre la mesa. O sobre la falda.

Una partida de D&D no deja de ser un equipo de personas que encarnan personajes de características complementarias, que dan lo mejor de sí para intentar superar cada uno de los obstáculos. Eso está marcado desde el primer minuto del film en diferentes configuraciones de equipos, siempre comandados por el bardo Edgin (Chris Pine) y su mejor amiga, la guerrera bárbara Holga (Michelle Rodriguez).

También desde el comienzo, cuando estos dos personajes repasan su historia ante un tribunal de libertad anticipada, queda clara la omnipresencia del humor en la historia. No significa que no tenga profundidad, o al menos la profundidad esperable en una aventura de este tipo, sino que todo fluirá a ritmo de comedia. Una comedia que da en el blanco con la mayoría absoluta de sus chistes, ya sean verbales o físicos.

Pine aporta todo su carisma para la construcción de un perdedor querible que fracasa cuando intenta ser algo que no es. De hecho, abrazar las debilidades para ser la mejor versión de uno mismo termina siendo el leitmotiv de Honor entre ladrones, sin que esto le reste importancia al dragón sedentario o a los hilarantes esqueletos que vuelven a la vida para ser interrogados. En medio de todo estará la relación fraternal con la tosca guerrera de Rodriguez, que busca su lugar en el mundo.

El grueso de la película es la aventura que encaran Edgin y Holga luego de recuperar su libertad y formar un nuevo equipo. Tienen un objetivo claro (como en muchos juegos de rol) que los llevará a cruzarse con Forge, interpretado por Hugh Grant, quien parece estar disfrutando de todo lo que ocurre a su alrededor. Es la clase de papel a la que nos ha acostumbrado el actor inglés en los últimos tiempos, desde la sencillamente perfecta Paddington 2 hasta la bastante imperfecta Agente Fortune: el gran engaño.

Ese sentimiento jovial y lúdico lo manifiesta todo el elenco, que incluye al torpe mago Simon (Justice Smith), la druida Doric (Sophia Lillis) y el paladín Xenk (Regé-Jean Page). Juntos deberán cumplir misiones y misioncitas, cada una necesaria para avanzar un paso más hacia el objetivo. Esto, que se ha criticado en series como The Mandalorian, aquí funciona por estar presentado en forma orgánica y por ser también una característica del divertimento original.

No lo dije hasta ahora, pero la película tiene mucha acción, contada con buenos efectos especiales (lo que no es poco en estos días), y una fotografía que embellece los lugares visitados, ayudando a construir esta suerte de comedia épica como no veíamos quizás desde las primeras entregas de la saga Piratas del Caribe. Por eso mismo merece ser disfrutada en pantalla grande.

Calabozos & Dragones: honor entre ladrones dura poco más de dos horas, tiempo suficiente para que cada uno de los hermosos perdedores tenga su arco definido. Y para un final bombástico, que no pierde el humor, y que resulta un poco obvio para cualquiera que estuviera prestando un poco de atención, aunque no para los protagonistas.

Calabozos & Dragones: honor entre ladrones. Dirigida por Jonathan Goldstein y John Francis Daley. Estados Unidos-Canadá, 2023. Con Chris Pine, Michelle Rodriguez y Hugh Grant. En varias salas.