El cantante y compositor argentino Palito Ortega, autor de temas que fueron éxitos en las décadas de 1960 y 1970 como “Despeinada”, “La felicidad” y “Un muchacho como yo”, agregó una nueva fecha en Montevideo, donde llega en el marco de su gira de despedida. El músico y dirigente político menemista, de 83 años, había programado una actuación el 4 de agosto en el Auditorio Adela Reta del Sodre, a la que se suma otra casi dos meses después, el 30 de setiembre.

Estos espectáculos se suman a los conciertos de adiós a los escenarios que Ortega viene ofreciendo en Argentina. El que dio el 20 de abril en el Luna Park de Buenos Aires estuvo marcado por el repaso de sus viejos temas de la mano de figuras que acompañaron su carrera y también de parte de su familia, igualmente orientada al espectáculo.

Así, pasaron por el escenario Johnny Tedesco y Lalo Fransen, compañeros de Ortega en los Red Caps, una banda de rock que mantuvo en paralelo a su primer estallido en popularidad como solista, Las Trillizas de Oro, su hijo Emanuel Ortega y sus nietos Bautista e India, además de su esposa desde 1967, la actriz Evangelina Salazar. También lo acompañó Nito Mestre, que fue el único que hizo un tema de su propia autoría (“Canción para mi muerte”, de su época en Sui Generis), mientras que los demás contribuyeron a repasar la larga lista de éxitos compuestos por Ortega.

Desde abajo

Nacido en la por entonces pequeña ciudad de Lules, en la provincia de Tucumán, Ortega tuvo que trabajar desde niño en diversas tareas y siguió haciéndolo cuando emigró, solo y a los 14 años, a la capital argentina. Cuando podía, imitaba a Elvis Presley, la mayor estrella de rock del momento, que llegaba a todo el mundo gracias a la radio y al cine, en una fórmula que daba gran peso a lo audiovisual y que Ortega calcaría para su propia carrera.

Su primer gran escalón lo dio cuando entró a trabajar, como vendedor de café, a Radio Belgrano y Canal 7. Allí sus habilidades musicales fueron detectadas y pasó a otras tareas, en las que conoció a Dino Ramos, que sería su primer socio compositivo. Por esos años aprendió a tocar la guitarra y la batería, y orientó esos conocimientos a la creación de sus propios temas.

Con seudónimo, además, se presentaba como artista folclórico e intentó afianzar su carrera en Chile. En su retorno a Buenos Aires, con 20 años cumplidos, llamó la atención de la compañía RCA, que tenía un plan para promover jóvenes figuras musicales en la región. Allí fue que lo bautizaron artísticamente (“Palito” refiere a su delgadez; su nombre real es Ramón) y lo pusieron a grabar, en simultáneo con su aparición como una de las figuras del programa televisivo El Club del Clan, que presentaba a los nuevos artistas de la compañía en plan de comedia y con guiños a la actitud rockera, pero despojados de la agresividad del estilo.

En 1963 apareció su primer disco, que lleva simplemente su nombre por título. El lado A estaba conformado por seis temas compuestos junto a Ramos, y entre ellos estaba el hit “Bienvenido amor”. La orquesta de Oscar Toscano y la sociedad con Ramos serían las constantes en esta etapa de gran popularidad de Ortega.

La otra serían sus apariciones en la pantalla. En 1964, Ortega y parte de El Club del Clan (Chico Novarro y Violeta Rivas) pasaron a conducir su propio programa de TV, Sábados continuados. En 1963, luego de algunos papeles menores, tuvo un papel importante en la película Un viaje al más allá, de Enrique Carreras, en la que aparecía interpretando su tema “Despeinada”. En 1964 fue uno de los protagonistas de El Club del Clan, especie de respuesta argentina a A Hard Day’s Night, de los Beatles, Fiebre de primavera (1965), Mi primera novia (1966), Amor en el aire (1967),Un muchacho como yo (1968), Corazón contento (1969), ¡Viva la vida! (1969), La familia hippie (1971) y La sonrisa de mamá (1972), junto a Libertad Lamarque, entre muchas otras.

Su música y sus películas se distribuyeron en Argentina y la región. En 1966 ganó la primera edición del Festival de la Canción Costa a Costa en Piriápolis con su tema “Convivir”. A medida que su popularidad menguó, Ortega fue oscilando hacia otros roles (dirigió a Carlitos Balá en varias películas, hizo teatro) y fue decantando hacia el de productor musical durante la última dictadura argentina. En 1981 organizó la llegada de Frank Sinatra a Buenos Aires, y aunque logísticamente la apuesta resultó un suceso, financieramente hundió a las empresas de Ortega, que emigró a Miami para recomenzar su carrera como empresario del espectáculo en el ambiente latino.

Justicialismo y champán

Retornó a Argentina en 1991, cuando el entonces presidente Carlos Saúl Menem convocó a varias personalidades del mundo del entretenimiento, como el motonauta Daniel Scioli y el ex Fórmula 1 Carlos Reutemann, a integrar su proyecto político como gobernadores provinciales. Ortega gobernaría en Tucumán hasta 1995, y luego sería senador del Partido Justicialista e integrante de la fórmula presidencial que postuló, sin éxito, a Eduardo Duhalde en 1999.

Después de esa derrota, dejó los primeros planos de la política y volvió a aparecer en proyectos vinculados al entretenimiento como compositor de bandas sonoras (las telenovelas El sodero de mi vida y Los Roldán) y como actor (Graduados ), al tiempo que comenzaban a llegarle los reconocimientos a su trayectoria.

En 2009 fue una de las personas que intervinieron en la recuperación de su colega Charly García: lo alojó en su casa y lo ayudó a reconectarse con la música. García sería parte de Cantando con amigos, el disco de 2015 en que lo acompañan Mestre, David Lebón, Juanse Paranoico, Pedro Aznar, Moris, Daniel Melingo, Celeste Carballo, Fernando Samalea, Tweety González y sus hijos Rosario y Emanuel; sería el long play número 48 de su carrera.

Palito Ortega, Gracias: tour despedida. 4 de agosto y 30 de setiembre a las 21.00 en el Auditorio Adela Reta del Sodre. Entradas desde $ 1.600 a $ 4.500 en Tickantel.