En principio, lo de “escuchas silenciosas” parece un oxímoron, pero tiene mucho sentido en lo auditivo. En esas sesiones organizadas por la productora Domo Silent, el músico y periodista Andrés Torrón junto a la VJ (DJ audiovisual) Clara Bonavita nos invitan a sumergirnos en una experiencia total sobre un disco uruguayo en particular, en la sala Magma Futura (Pablo de María y San Salvador).

Torrón -que suele colaborar en estas páginas- cuenta que la idea surgió en 2022, cuando el músico Sebastián Casafúa, que lleva adelante el emprendimiento de auriculares inalámbricos de alta definición Domo Silent, lo contactó para hacer un proyecto juntos. Al periodista le cayó la ficha de que se cumplía medio siglo del disco Mateo solo bien se lame(1972), de Eduardo Mateo, y le propuso hacer una escucha inmersiva de ese disco. Así se dio lugar a una especie de "precuela" de las _Escuchas silenciosas, en Polo Bamba, un bar que descansa en el último piso del hotel Montevideo, en Pocitos.

"Ahí nació un poco la idea, una escucha en vinilo de ese disco de Mateo, con los auriculares, guiada por mí, contando el contexto de la obra y de qué venía cada canción. La idea también fue llevar la música uruguaya a un lugar distinto, en el que quizás se piensa que no podría estar", comenta Torrón. Agrega que en general los boliches suelen tener el lugar para los toques en el sótano, “lo más abajo” posible, y esta es una forma de llevarla a otro contexto: más arriba, literalmente.

Fue así que en 2023 se estableció el ciclo, en Magma Futura, que también es un lugar distinto, "que uno no asociaría con la música uruguaya", acota. Además, se sumó la posibilidad de proyectar contenido audiovisual, con Marcelo Vidal (Chindogu). Para aquel primer ciclo, los discos elegidos fueron Segundos afuera (1983), de Jorge Galemire, Magic time (1977), de Opa, Mujer de sal junto a un hombre vuelto carbón (1985), de Estela Magnone y Jaime Roos, y Mediocampo (1984), de Roos. Torrón subraya que, excepto por este último, que es un “clasicazo”, los otros álbumes son ”de culto”, es decir, no masivos.

El periodista destaca que la experiencia incluye, además de la cuestión inmersiva, la escucha colectiva, ya que si bien cada uno permanece un poco aislado con los auriculares, "estar junto a otras personas que están escuchando lo mismo que vos es una experiencia particular, porque te cambia la percepción de la música, escuchás distinto".

"Además de escuchar en mejor calidad, está buena la ceremonia de escuchar un disco completo. Porque en general la idea de la escucha de un disco no es tan común, y la ceremonia, encima de forma colectiva, es distinta. La gente reacciona muy bien, tanto por la calidad como por esa idea. Hay gente más veterana que me dice 'hace años que no me sentaba a escuchar un disco'”, comenta Torrón.

El periodista confiesa que no se considera un súper audiófilo, porque no es de esas personas que se cuelgan con tener "equipos de millones de dólares" para escuchar música, aunque capaz que "si pudiera, lo haría". De todas formas, cuenta que en el espacio principal de su casa, el living, no tiene televisor pero sí un equipo de audio que le pertenece desde adolescente: ostenta 40 años y todavía funciona. En ese espacio suele llevar adelante la ceremonia de escuchar discos y comenta que le cuesta hacerlo por Spotify o mediante un “parlantecito bluetooth”. "Es una concesión que puedo llegar a hacer pero me cuesta un poco", acota.

Torrón explica que para elegir los discos se basa en su gusto personal, y por más que trata de ser objetivo, entiende que a través del gusto se cuela una subjetividad grande. Pero para la selección también juega un cierto criterio histórico o de relevancia cultural y musical. Para el ciclo de este año buscó enfocarse en discos “más populares” y también más cercanos en el tiempo. De paso, lo atravesó una cuestión numerológica y buscó discos que cumplieran aniversarios redondos este año. Por eso eligió Amanecer búho (2004), de Buenos Muchachos, al que cataloga como "un clásico moderno" y la prueba está en que esa función, que fue la primera, en junio, se agotó y tuvo que hacer otra al día siguiente.

Para este viernes, de 19.00 a 21.00, la cita será con Cuerpo y alma (1984), de Mateo, y más adelante con Eco (2004), de Jorge Drexler, que el periodista subraya que es su disco favorito de Drexler junto con 12 segundos de oscuridad (2006). El último de este ciclo será 7 y 3 (1986), de Roos, el único que no cumple con la regla del aniversario redondo. "El ciclo pasado estuvo mucho más orientado a lo que uno podría llamar candombe beat y afines, y este es mucho más variado", finaliza Torrón.

Escuchas silenciosas, este viernes de 19.00 a 21.00 en Magma Futura (Pablo de María 1011, Parque Rodó). Entradas por Acceso Fácil a $ 800.