Como el meme de la pequeña ficha de dominó que termina tumbando a una enorme, el micropene animado de Donald Trump es el resultado de una sucesión de hechos que comenzaron a conocerse en junio. Por entonces se difundió una carta de los creadores de South Park, Trey Parker y Matt Stone, en la que amenazaban con llevar a juicio al futuro presidente de Paramount por interferir en las negociaciones por los derechos de streaming de la serie animada en busca de beneficiar a su compañía.
Lo de “futuro” presidente es porque Jeff Shell, el ejecutivo en cuestión, recién asumirá el cargo cuando se concrete la fusión entre Paramount y Skydance, algo que el gobierno estadounidense recién aprobó el 24 de julio. La fusión se concretó después de idas y vueltas que incluyeron el pago de 16 millones de dólares a Donald Trump por un juicio que estaba lejos de perderse y la cancelación del late show más popular del país, que a la vez era uno de los más críticos hacia la figura del presidente. Pero no nos adelantemos.
El partido que se jugaba en los escritorios no solamente le costó el puesto a Stephen Colbert, sino que retrasó el lanzamiento de la nueva temporada (¡la 27!) de South Park. Es cierto que se corrió apenas un par de semanas, pero eso no impidió que la dupla anunciara en sus redes sociales: “Esta fusión es un desastre y está jodiendo a South Park. Estamos en el estudio trabajando en los episodios nuevos y esperamos que los fanáticos puedan verlos de alguna forma”.
Durante los primeros días de este mes, los usuarios de Paramount+ fuera de Estados Unidos vieron desaparecer las primeras 26 temporadas de su catálogo, algo que para muchos suscriptores era la razón principal para mantener el servicio. Mientras tanto, la negociación entre Parker, Stone, Paramount y Skydance (que para entonces ya tenía derechos de aprobación de contratos) por el futuro de la serie corría el riesgo de llevarse puesto el inminente estreno.
Por suerte para los fanáticos, la posibilidad de un beneficio económico mutuo es capaz de terminar con la peor de las rivalidades. Fue así que unas pocas horas antes de que estrenaran la nueva temporada se anunció un acuerdo entre la cadena y los creadores de la serie. El nuevo contrato garantiza que Comedy Central exhibirá 50 nuevos episodios durante los próximos cinco años, además de que todo el catálogo de South Park esté en Paramount+ dentro de Estados Unidos y el resto del mundo.
Según una fuente citada por The Hollywood Reporter, el acuerdo rondaría los 1.500 millones de dólares. Skydance originalmente se oponía a la firma de una extensión por diez años y 3.000 millones de dólares por entender que el mercado de las plataformas de televisión a demanda podría cambiar en ese período.
El Sermón de la montaña
Más allá de tantos tejes y manejes, el público llevaba más de dos años esperando nuevas aventuras de los jovencitos peor hablados del estado de Colorado, y sus creadores no los defraudaron. Con la capacidad de crear episodios nuevos en pocos días (gracias a los avances tecnológicos y la animación rudimentaria que los caracteriza) se despacharon con una sucesión de golpes de actualidad.
Desde el título, Sermon on the ‘Mount se burla de la mano que les dará de comer otros cinco años, ya que ese 'Mount es tanto monte o montaña como una referencia a la empresa Paramount. El resto del episodio estaría dedicado a Donald Trump, a quien la serie había ignorado olímpicamente durante su primer mandato, ya que el presidente en ese universo había sido Mr. Garrison, el clásico maestro de los protagonistas.
Esto cambió a partir de esta temporada. Después de revelar que Garrison llevaba mucho tiempo ausente de la Casa Blanca, mostraron a Trump con un diseño de personaje similar al que utilizaban para representar a Saddam Hussein en la película de South Park de 1999. Allí el dictador iraquí abusaba de su pareja, que no era otra que Satanás. Y en Sermon on the ‘Mount descubrimos que la nueva pareja sexual de Satanás es Trump, y que al compartir cama el Señor de las Tinieblas se burla del micropene del presidente de Estados Unidos.
Cuando los ciudadanos de South Park (el pueblo) protestan contra el presidente, este los demanda por 5.000 millones de dólares. Y Jesús, que es un personaje recurrente en la serie, aparece para sermonearlos. “¿De verdad quieren terminar como Colbert?”, les pregunta. “Tienen que dejar de ser estúpidos. Si alguien tiene el poder de la presidencia y también tiene el poder de demandar y aceptar sobornos, entonces puede hacerle lo que quiera a quien quiera”.
Al igual que en el juicio a Paramount, llegan a un acuerdo y como parte de él deben emitir publicidades de apoyo al presidente. La que puede verse en el episodio consiste en un video deepfake hiperrealista en el que Trump camina por el desierto, termina arrastrándose desnudo y vemos su micropene animado. Cierra con la frase: “Trump, su pene es pequeñito, pero su amor por nosotros es grande”.
No debería sorprender a nadie que la Casa Blanca no haya visto con buenos ojos el episodio. Taylor Rogers, asistente de la Secretaría de Prensa, dijo a The Hollywood Reporter: “Este programa lleva 20 años sin tener relevancia y pende de un hilo con ideas sin inspiración e intentos desesperados de llamar la atención. El presidente Trump cumplió más promesas en seis meses que cualquier otro presidente en la historia del país, y ningún programa de cuarta puede arruinar su racha”. Los botijas dirían: “Entró la balubi”.