Antes de la pandemia, en aquel planeta casi indistinguible del actual, las comedias duraban muchos años. No reinaba esa inmediatez que hoy contamina las redes sociales, los ciclos noticiosos y el disfrute de la vida cotidiana. Un programa de televisión tenía tiempo de encontrar su voz y su público. Y si no me creen, vean la primera temporada de Seinfeld y feliciten al ejecutivo que le vio potencial a ese manojo de episodios.
Eso no significa que en la actualidad ninguna serie de comedia supere el par de temporadas, aunque para eso necesita haber comenzado con el pie derecho (o los dos pies, para estar más seguros). También es cierto que en este panorama de constante renovación, junto al reino de la inmediatez, corremos el riesgo de invisibilizar títulos solamente porque están ahí, en nuestras plataformas, hace un tiempo prudencial.
Si ya se cruzaron varias veces con Hacks, la notable comedia que ofrece HBO Max desde 2021, pero nunca la vieron, mi deber es tratar de hacerles cambiar de opinión. Sí, son 37 episodios hasta el momento, pero con lo ganchera que puede ser la historia de estas dos mujeres que alternan ciclos de amor y odio, se termina más rápido que muchas películas de ritmo lento.
Las protagonistas eternas (cuatro años es una vida) son Deborah Vance y Ava Daniels. La primera es una comediante clásica, de la vieja escuela, que al comienzo de la serie ve cómo su currito en un hotel de Las Vegas está en peligro y para evitarlo no tendrá más remedio que unirse con una joven escritora de comedia (la segunda). El choque generacional, de clases y hasta de gustos será instantáneo.
La primera temporada de Hacks es de conocimiento. Nosotros las a ellas y ellas se conocen, con bastante resistencia, entre sí. La serie estará (y sigue estando) ambientada en el mundo de hacer reír, especialmente con público en vivo, y más allá del tópico fascinante, no deja afuera a ninguna clase de audiencia... salvo a quienes no les guste eso de reír, que de todos modos no estarían viendo una comedia.
Todo empieza y termina con las dos compañeras de trabajo, pero un poco más en Deborah, interpretada por Jean Smart (en el papel de su vida). Millonaria, caprichosa, pero también golpeada por las circunstancias y dispuesta a seguir rompiendo techos de cristal. De todos modos, su rol, como en las mejores duplas de comedia (del Gordo y el Flaco a Olmedo y Portales), se afianza porque al lado tiene quien le haga la segunda: lo de Hannah Einbinder como Ava es menos notorio, pero igual de fundamental.
En cuatro temporadas, es lógico y necesario que se construya un universo alrededor de los personajes, que irá mutando de acuerdo a la trama de cada una de las tandas de episodios, que son a la vez una progresión obvia y una reinvención de la serie. Se destacan Paul W. Downs (cocreador de la serie) como Jimmy, el agente que une a las dos mujeres y se pasará haciendo malabares para que no se separen, y Megan Stalter, a quien acabamos de ver en Demasiado, demoliendo cada escena en la que hace de la torpe y desenfadada asistente Kayla. También está Poppy Liu como la croupier Kiki, Christopher McDonald como el gerente del casino, Kaitlin Olson con la hija de Deborah... y siguen firmas. Créanme que van a aprender a querer u odiar a un montón de personajes más.
Se trata de una comedia premium, con los mismos valores de producción de los tradicionales dramas de HBO, y que además logra el difícil cometido de generar sonrisas, risas y carcajadas, aunque los resultados podrán variar. Ver los imponentes paisajes artificiales de Las Vegas, acompañar a un ómnibus de lujo o poder mostrar un rincón remoto del mundo son elementos con los que cuentan los guionistas para la construcción del verosímil.
Si en algo se le pueden ver los hilos, y esto aplica especialmente en aquellos que maratonean los episodios (lo cual a esta altura es lógico), es el ciclo sin fin de idas y vueltas entre las protagonistas. No llega a ser la previsible montaña rusa de Silicon Valley, otra serie premium de HBO. Allí se abusaba del “si les va bien, les va a ir mal, pero si les va mal, les va a ir bien”, y de todas formas era graciosísima. Uno desea que Deborah y Ava tengan una temporadita entera sin sobresaltos, pero en los roces están las chispas, en las chispas está el fuego y esta serie sigue prendiéndose fuego todo el tiempo. La quinta temporada ya está confirmada.
Hacks. 37 episodios de entre 30 y 40 minutos. En HBO Max.