Mukarama Abdulai, la número 8, es la imparable capitana del equipo femenino sub 17 de Ghana. La delantera tuvo gran responsabilidad en la clasificación de su conjunto, siempre determinante en su función. Se destaca hoy en Uruguay, donde fue la mejor jugadora de los dos partidos que jugó con su selección, pero también lo hizo antes del Mundial: anotó 12 goles en la fase clasificatoria de la zona africana para estar hoy en el Mundial sub 17 de fútbol femenino de la FIFA Uruguay 2018. Detrás de todo, siempre como soporte, hay una historia de vida.

¿Cómo fueron tus comienzos?

Estuve interesada en el fútbol desde que soy chica, no me acuerdo exactamente cuándo. No fue fácil empezar porque mi mamá no me dejaba, pero como para mí alcanzaba con tener la pasión e intentar ser una mejor jugadora cada vez, seguí.

¿Cómo hacías para jugar si no te dejaban? ¿Estabas en algún equipo?

En un equipo empecé con más o menos ocho años. En ese momento jugaba por todos lados, cada vez que podía. No tenía un equipo ni un lugar fijo para jugar, ni siquiera en la escuela, por ejemplo. Uno de mis hermanos un día me llevó a un equipo en nuestra región, el Northern Ladies, y ese es el cuadro en el que juego desde 2011. Me quiso llevar para que pudiera jugar con otras chicas, porque no tenía otra posibilidad: hasta entonces yo sólo jugaba con mis hermanos y algunos amigos de ellos, y a escondidas de mi madre.

¿Qué otras dificultades enfrentaste por ser mujer y jugar al fútbol?

No es fácil ser mujer en general, pero ser una mujer en el fútbol, mucho menos. Hay muchas mentes negativas que te rodean, que te dicen que no podés hacerlo, que eso es para hombres. Entonces yo siempre me digo a mí misma que tengo que guiarme por lo que tengo adentro, por mis sueños. No es fácil, tengo que ir a por ello. Go for it, me digo. No tengo que escuchar lo que dice la gente, porque yo sí puedo.

¿Cómo fue ir a la escuela y entrenar al mismo tiempo?

Teníamos dos sesiones: de mañana iba a la escuela, y cuando salía iba al entrenamiento, todos los días. Me dividí así, no es fácil.

¿Cómo entraste a la selección?

Un día me llamaron del equipo nacional, ya hace tres años de eso, y no podía más de la felicidad. Unirme al equipo nacional era y es mi sueño; tenía 14 años.

¿Qué importancia se le da al fútbol femenino en Ghana?

El fútbol femenino en Ghana está creciendo. Le prestan atención como al fútbol masculino. Es decir, va creciendo la atención al fútbol masculino y, a partir de ahí, se le presta atención al equipo femenino. Es serio, es importante; te prestan atención, pero a los hombres más, por supuesto. Sus sueños son el fútbol, y como están llegando a sus sueños es muy importante. No puedo decir que es igual de importante el fútbol femenino que el masculino; estamos lejos, pero creo que ese día llegará.

¿Cómo acompañó tu familia tu crecimiento en el fútbol?

Mi madre me decía que debía dejar el fútbol e ir a vender cosas al mercado, que el fútbol no me ayudaría, que no vale la pena. Esas cosas. No me dejaba. Mis hermanos me llevaban, en su contra. Y hoy en día mi madre me pregunta todos los días cómo voy, no quiere que pierda ningún entrenamiento. Incluso ahora, cuando estoy cansada, me levanta y me dice que tengo que ir a entrenar. Cambió mucho, y eso es lindo. Vio que el fútbol no es algo sin sentido para mí. También mucha gente me ayudó a llegar al lugar donde estoy. Me decían que podía, a pesar de todo.

¿Qué se siente al estar jugando el Mundial?

Está buenísimo. Al principio yo tenía miedo, ya que era por primera vez la capitana, pero he visto que teniendo buena actitud y siendo positiva todo está bien.

¿Qué es lo que hacés en tu rol de capitana?

Tengo que ser la coach commander en el campo. Tengo que trabajar en la comunicación entre todas las jugadoras, en las relaciones con mis compañeras. Mis compañeras son divinas; si vienes a los partidos, podrás ver que con las chicas nos amamos, amamos al cuadro, es algo muy especial. Lo demostramos cuando bailamos.

¿Qué expectativas tenés para este torneo?

Lo que esperamos, lo que tenemos como objetivo es tomar cada partido como el más importante. Un partido a la vez. Y ser optimistas para llegar al final.

¿Tenés algún referente?

Cristiano Ronaldo, el único. No puedo nombrar otro que no sea él.

Mukarama Abdulai, de Ghana, hoy en el entrenamiento en el Complejo Rentistas. Foto: Mariana Greif

Mukarama Abdulai, de Ghana, hoy en el entrenamiento en el Complejo Rentistas. Foto: Mariana Greif

Foto: Mariana Greif

¿Qué hacés cuando no estás jugando al fútbol?

Voy a la escuela, porque por jugar al fútbol se viaja mucho. Durante la copa perdemos muchas clases, entonces hay que recuperar, y estudiar mientras viajamos para mantener las calificaciones.

¿Cuáles son tus expectativas a futuro?

Tengo 16 años. En el futuro quiero ser una jugadora profesional de fútbol. También quiero seguir estudiando algo relacionado con el deporte, porque sabemos que no se puede jugar al fútbol toda la vida.

¿Por qué el apodo de su equipo es The black maidens?

El apodo surgió porque las sub 20 son las black princess y las mayores son las black queens.

¿Cómo se llevan con el entrenador?

Nuestro entrenador es como nuestro segundo padre, y las que nos ayudan [son acompañadas por dos ayudantes] son nuestras mamás.

Agnes Anaafi, Mukarama Abdulai y Cristina Agyeiwaa, de Ghana, en el hotel Radisson, el sábado 17 de noviembre. Foto: Mariana Greif.

Agnes Anaafi, Mukarama Abdulai y Cristina Agyeiwaa, de Ghana, en el hotel Radisson, el sábado 17 de noviembre. Foto: Mariana Greif.

Foto: Mariana Greif

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