España demostró superioridad en el juego, mientras que Colombia se dedicó a cubrir la última línea y a evitar que el rival llegue a su área. Las españolas fueron mucho más, tal vez las únicas en proponer dinamismo a la hora de jugar, agresividad a la hora de hacer la transición defensa-ataque, limpiar las jugadas y, por sobre todo, querer anotar. Pero las cafeteras, con oficio, se abroquelaron bien atrás y no permitieron que las rojitas quebraran su zaga. Al descanso se fueron 0-0, aunque España hizo el desgaste y mereció irse en ventaja.
En el segundo tiempo cayeron los goles. El primero llegó a los siete minutos del complemento por un error de las colombianas. Tras un remate que parecía fácil y a las manos, la arquera dio rebote y, sumado a un error de la número 2, Laura Orozco, la jugada se complicó y fue gol de María Isabel Okoye paras las europeas.
Al instante, a los 8 minutos, llegó el empate convertido por Gissella Robledo, quien más tarde sería consagrada jugadora del partido. España no se conformaba con el empate y siguió siendo un vendaval. Remató varias veces al arco, siguió en todo momento con el control del balón y era más que injusto ya que Colombia -que contó con un gran apoyo de la hinchada durante todo el encuentro- se dedicó en todo momento a defender y simplemente alejar con pelotazos el peligro de su arco. España fue fiel a su estilo e inquietó hasta el último minuto pero no pudo doblegar nuevamente al rival.