España se convirtió en la primera selección clasificada a las semifinales de la Copa Mundial Femenina de Fútbol Sub-17. El partido, en los 90 minutos, terminó empatado 1-1, y la victoria llegó a través de los penales, por 3-1.

Fue muy superior España en el primer tiempo. Se destacaron Eva Navarro, la capitana, y Paola Hernández, que en ambos casos estuvieron a punto de convertir y abrir el marcador. Primero fue Navarro, que se metió en el área por el sector derecho, quedó de frente a la golera Yu y se la picó. Era un golazo, pero entre el viento y el efecto que tomó el balón se abrió tanto que fue a parar afuera de la cancha. Pudo ser. Después, Hernández, que no dudó y metió un zapatazo que se colaba en el ángulo superior derecho si la golera coreana no atinaba a volar: atajadún para mantener el 0-0.

El tiki-taka español empezaba a dar sus frutos. El dominio de las acciones, la posesión del balón y las jugadas más peligrosas eran de las españolas, pero el gol no llegaba. Y como terminó la primera etapa empezó la segunda: con España inclinando la balanza hacia la cancha de Corea del Norte. Salma Paralluelo, una de las figuras del equipo, también tuvo su gol en una internada por izquierda con varios rebotes incluidos pero que terminó sacando en la línea Corea. De tanto insistir llegó el 1-0, merecido, justo. La número 10, Claudia Pina, remató de primera una pelota que bajó del aire y si bien le salió al medio y encontró el cuerpo de Yu terminó adentro del arco. Eso fue a los 72, buen momento para marcar el gol ya que quedaba poco tiempo, pero Corea del Norte, sin jugar un buen partido, tiró un córner pasado al segundo palo y Kyong Yong Kim, de cabeza, puso el 1-1 a los 74, solo dos minutos después.

El resultado estaba muy lejos de lo que había pasado adentro de la cancha, pero de merecimientos no vive el fútbol, y con el empate nos íbamos a la primera tanda de penales del Mundial, no sin antes destacar la atajada impresionante de Yu, ya en los descuentos. Fue un partidazo. En los penales fueron más efectivas las españolas y se quedaron con el triunfo por 3-1, con una notable actuación de su golera, Catalina Coll, que atajó los dos primeros para enderezar la serie. Nerea Nevado, la número 2, fue la encargada de patear el último y darle la clasificación a España.

Las jugadoras de Nueva Zelanda luego de clasificar a semifinales, tras derrotar a Japón por penales.

Las jugadoras de Nueva Zelanda luego de clasificar a semifinales, tras derrotar a Japón por penales.

Foto: Sandro Pereyra

La tarde coloniense se cerró con el partido entre Japón y Nueva Zelanda. Otra vez con empate 1-1 en los 90 minutos y definición por penales que fue favorable a las neozelandesas, que tuvieron, como a primera hora las españolas, a su gran figura en el arco: Anna Leat. La golera, de gran partido, coronó su actuación con un penal atajado y uno convertido, el último, para meter a su selección en semifinales.

Nueva Zelanda, que dominaba el partido, tocaba y llegaba con sus volantes bien abiertas, convirtió un golazo para el 1-0, a los 17 minutos de juego. Golazo, hay que repetirlo. Lo armaron en el pizarrón y lo llevaron a la cancha a la perfección. El tiro de esquina cruzó toda el área y dos jugadoras neozelandesas la dejaron pasar, la primera, Gabi Rennie, pasó por arriba de la pelota, la segunda hizo una cortina de básquetbol para llevarse la marca de una japonesa, y la tercera en cuestión, Amelia Abbott, esta gran jugadora que tienen las All whites, la tomó al borde del área y la puso contra un palo. Gol de crack de Abbott. Demostración de táctica, estrategia y fútbol, “dinámica de lo impensado”, diría Dante Panzeri. Al instante lo tuvo de nuevo Nueva Zelanda, con la delantera número 9, Maggie Jenkins, que pateó y estrelló su remate en el travesaño. Pudo estar el 2-0, pero no llegó, y Japón lo aprovechó a pesar de que estaban siendo superadas: Yuzuki Yamamoto se metió en el área y obligó a que toda la defensa de Nueva Zelanda se replegara, tan es así que su tiro rebotó en la golera pero la venció, y en la línea se la llevó puesta Hannah Mackay-Wright, que se tropezó con pelota y todo y generó el empate japonés, a los 31 minutos.

Los minutos finales de la primera etapa y gran parte del segundo tiempo fueron muy tranquilos, sin jugadas de mucho peligro, con la pelota en el medio como gran protagonista. De todos modos, Japón apretó mucho a su rival y por momentos parecía que Nueva Zelanda no aguantaría esa presión. Se repitieron en pelotazos para las delanteras, y de a poco se fue consumiendo el tiempo del partido hasta llegar a los penales, en los que fue determinante Leat, que contuvo uno y pateó el último, el quinto, para darle la victoria a Nueva Zelanda y demostrar su clase de crack.