Tremenda victoria la de Wanderers en el estadio Olímpico ante Rampla Juniors, por 3-2. El resultado final no coincide con el trámite del partido, en el que los bohemios fueron amplios dominadores de la tarde de la villa del Cerro, uno de los pocos lugares de Montevideo donde no llovió durante la disputa del partido. Wanderers, de mal Torneo Apertura, arrancó con todo en el Intermedio. Si bien el primer partido que jugó lo perdió ante Racing, el otro equipo que está arriba en la serie A, los dirigidos por el cardonense Eduardo Espinel lograron su segundo triunfo consecutivo en pocos días, y los dos a domicilio. A la victoria 2-0 ante Danubio de entre semana en Jardines del Hipódromo se le sumó la de este sábado, ante Rampla en el Olímpico, por 3-2.
Los del Prado llegaron a ponerse 3-0 en el marcador, pero terminaron sufriendo en el final por los descuentos del Rata Diego Martiñones y Julián Lalinde, que marcaron los goles ramplenses a los 85 y 88 minutos. Con esas dos anotaciones el equipo de Julio Fuentes se fue arriba a buscar el empate, pero no lo logró. La ventaja que había sacado el bohemio era muy amplia, en juego y en resultado. El primer gol de la tarde llegó a los 40 minutos de juego, por intermedio de Ignacio María González. El crack número 10 la puso en el ángulo con una calidad HD: una buena jugada que comenzó en los pies de Manuel Castro por la izquierda y una pelota que quedó boyando en el área –porque Rodrigo Pastorini la fue a pelear– derivó en el pie derecho de Nacho, que lo abrió como indica el manual, con la parte interna del zapato, para colocarla contra el palo. Golazo. Luego llegarían dos más, otro de Nacho González, después de otra muy buena combinación, y el tercero del floridense Pastorini, que interceptó una pelota en mitad de cancha, se mandó solo en velocidad, eludió a Rodrigo Odriozola y definió de zurda. Entró como pidiendo permiso esa bola y todo parecía liquidado. Pero hay que saber sufrir.