Los bohemios sacaron flor de triunfo en su primera presentación en el torneo. Tras tener fecha libre, les tocó recibir a los rojiverdes en su casa y lo hicieron de gran forma. A pesar de jugar parte del complemento con un jugador menos, fueron inteligentes y manejaron el ritmo del partido. En el peor momento el bohemio sacó a relucir su chapa, aguantó bien, convirtió el tercero y luego equilibró las acciones para irse victorioso. Vaya que entusiasma.

Eduardo Espinel se paró con un efectivo 4-2-3-1 que manejó bien las acciones de juego toda la tarde. De arranque un bombazo de Federico Barrandeguy, potente y de derecha, fue el golazo con el que Wanderers abrió el tanteador. A los pocos minutos cayó el segundo, luego de una gran combinación de toques que dejó a Barrandeguy por derecha tirando el centro; en el área apareció Manuel Castro, que se ubicó bárbaro y metió un divino cabezazo para sellar el 2-0. Parecía fácil.

Pero Boston River juega y sabe a qué. El equipo de Bolívar, que viene de obtener un gran triunfo ante Banfield por Sudamericana, se alineó con un 3-4-1-2 que complicó a los locales. Ese sistema fue muy bien aprovechado a lo ancho por los 11 de Alejandro Apud, pero faltó el puntillazo final para ser más peligroso.

En el arranque del complemento los rojiverdes buscaron ser más verticales y así comenzaron a caer. Lograron descontar con una anotación de Federico Gallego, que encontró un rebote tras un tiro libre ejecutado por Ronald Araújo. Para bien suyo, a los minutos se fue expulsado Emanuel Gularte en Wanderers, y eso los dejó con superioridad numérica para ir por el empate. Faltó inteligencia.

Con tranquilidad y buen juego, a pesar del mal estado del campo, los locales manejaron la guinda y empezaron a encontrar espacios en el fondo de su rival, que se iba a por el empate. Una jugada que manejó Rodrigo Pastorini, aguantándola, derivó en pase a Federico Barrandeguy, y otra vez el lateral le pegó como venía para marcar otro gol. Con el 3-1 Wanderers se sintió cómodo, se cerró bien y ganó.