Una de las exigencias del nuevo Reglamento de Concesión de Licencias de Clubes Profesionales aprobado en la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) el año pasado, exige que todos los clubes de Primera División tengan un primer equipo y al menos una categoría juvenil de fútbol femenino. Si no lo tienen, tienen la posibilidad de asociarse a otro equipo y de contar con el soporte técnico, equipamiento e infraestructura en condiciones adecuadas.

Fénix no tenía equipo femenino, y asociarse con Canelones fue una iniciativa beneficiosa para ambos equipos. El vínculo es incentivado por las carencias del segundo, que tenía muchas ganas de competir pero carecía de recursos económicos.

Garra estuvo en la Plaza de Deportes de Canelones, donde entrena el equipo, y dialogó con el director técnico, Hugo García, y con las jugadoras Dahiana Cedrés, la capitana, y Pilar González, volante que integró la selección que representó a Uruguay en la última edición del Mundial Femenino sub 17.

¿Cómo lograron que Fénix los eligiera?

Fue un contacto. Con esto de que los clubes están obligados a tener equipo de fútbol femenino, estuve analizando y surgió la posibilidad de establecer una charla con la gente de Fénix, en particular con Álvaro Chijane. Le pasé un mensaje y quedamos esperando una respuesta que nunca llegaba. Empezamos a trabajar hasta que él se puso en contacto y tuvimos una reunión a la que fuimos con un grupo de padres. En el encuentro nos dijeron que estaban dispuestos a darnos una mano y formar esta unión para poder competir como Canelones Fénix.

¿Cómo se ve reflejado eso en la convocatoria? ¿Hubo gurisas que se acercaron por que vieron que Fénix iba a formar parte?

Fénix es un llamador. El año pasado el plantel se había desmembrado un poco, había varias jugadoras que se habían ido e iban a participar en San Jacinto Rentistas u otros equipos. No estábamos organizados como ahora.

¿Cómo organizaste el trabajo cuando se hizo la fusión entre los clubes?

A lo primero que apunté este año fue a crear un equipo de trabajo profesional, para tratar de ser lo más profesionales posibles dentro del ámbito del femenino y de lo que nosotros podemos. El equipo de trabajo que tengo es muy bueno.

¿Fénix aportó económicamente para tener el equipo de profesionales con el que cuentan?

El equipo de trabajo de Canelones femenino somos todos honorarios: el ayudante técnico, el entrenador de arqueras, la psicóloga, la doctora, los kinesiólogos y yo. Estamos conversando con Fénix porque soy entrenador y estoy afiliado a la Asociación Uruguaya de Entrenadores de Fútbol [AUDEF], y lo que nos exigen es tener un contrato. Después, es todo a pulmón.

¿Hace cuánto que te dedicás al fútbol femenino y por qué lo elegiste?

Trabajé en el fútbol masculino aquí en Canelones. Se me pidió una mano con el femenino cuando la AUF empezó a exigir a los entrenadores la licencia de entrenador, y el que estaba a cargo del proyecto, que hace siete años que compite en la AUF, no era entrenador habilitado para entrar a la cancha, porque si no tenés el título no podés dirigir. Entonces vinieron a buscarme para coordinar el trabajo. De esto hace tres años. El año pasado estuve un tiempo, luego volví al fútbol masculino y a fin de año retomé el trabajo con ellas, este año tengo la idea de estar al 100% acá.

¿Qué diferencias existen entre trabajar con un equipo masculino y con uno femenino?

Es muy diferente. Soy docente en OFI [Organización del Fútbol del Interior] y en AUDEF, en los cursos de entrenador. Doy técnico-táctico y no hay clases para el fútbol femenino, por eso hay muy pocas entrenadoras. Tampoco hay clases específicas para el femenino, que es algo específico. Cuando empecé acá tuve que capacitarme: participé en talleres, en cursos, en clínica, para interiorizarme en cómo es el trabajo con la mujer y cuáles son las diferencias con el fútbol masculino. Es impresionante. Al varón, al joven, de chiquito ya le dan una pelota y lo llevan al fútbol. Eso les aporta ciertos conceptos que estas chicas no tienen, por los prejuicios que tenían sus papás de llevar a una niña a jugar al fútbol, y esas diferencias marcan.

¿Qué objetivos tienen para este año?

La expectativa es llegar lo más arriba posible. Por suerte, el año pasado pudimos entrar en la categoría, pero teníamos un equipo muy debilitado, la mayoría de los partidos estábamos jugando con chicas de 13, 14 años contra jugadoras de Primera. Este año nos armamos bien, hicimos un partido el sábado, a Nacional le faltó gente, jugadoras de la selección y demás, pero hicimos un partido de igual a igual y terminamos 2 a 2.

Las edades van desde los 13 hasta los 33 años. ¿Las mujeres se están acercando más al fútbol femenino?

Sí, ha tenido un auge muy importante por lo que significó el Mundial. Eso hizo que los papás entiendan que no es malo jugar al fútbol, que no es un deporte de hombres. Las nuevas generaciones están abriendo la cabeza, y hay chicas que quieren jugar al fútbol. Ayer recibimos una llamada de un papá que quería traer a una niña de 11 años. No podemos aceptarla porque los espacios no nos dan, pero es genial que eso suceda.

España ganó el Mundial de fútbol femenino sub 17 del año pasado. Esa selección cuenta con dos o tres patrocinadores y en entrevista con Garra nos comentaron que incluso el equipo masculino tenía menos auspiciantes. ¿Podemos hablar de patrocinadores para el fútbol femenino en Uruguay?

Es imposible. Nosotros tenemos alguno que ha confiado a pesar de que esto estaba muy desorganizado. Hoy día, si el patrocinador cree, le podemos mostrar cierta seriedad. Pero en Uruguay no podemos pensar en vivir de los patrocinadores. Acá no es lo mismo tocar una puerta diciendo que sos del femenino: es nada lo que recaudas en comparación con el masculino. De todos modos, algo se viene dando.

¿Qué tienen que saber esas madres y esos padres prejuiciosos que no dejan a sus hijas jugar al fútbol?

Que no tengan miedo ni prejuicios. Nosotros tratamos de darle seriedad, con profesionales, la psicóloga, la médica. Hay que sacar el mito de que el fútbol femenino es malo.

Donde manda capitana

Dahiana Cedrés juega al fútbol desde hace dos años, cuando surgió la sub 16 de Canelones. Actualmente es la capitana del equipo.

¿Cuál es el trabajo de una capitana?

El mismo que todas, somos iguales. Sólo que en la cancha se puede sentir un poco más mi voz; eso es lo que necesitan las compañeras, que yo les transmita ganas. Siempre que una cae tengo que traerla para arriba, para lograr el mismo objetivo de todas, que es siempre ganar cada partido.

¿Por qué el fútbol?

Desde chica quise jugar. Siempre me gustó, gracias a que en mi familia hay algunos futbolistas.

¿Aspirás a jugar en otro equipo?

No. Este es el que me gusta. Cada día se va acercando más gente y el club se vuelve mejor. Ahora tenemos otros objetivos más grandes, y eso me gusta más.

¿En qué cambió el cuadro desde la unión con Fénix?

Hay muchas chicas nuevas. La gente de afuera se une más para alentarnos. Canelones se está reconociendo más, y eso hace que nosotras estemos con más ganas.

¿Que pensás del lugar que tenemos ahora las mujeres en el fútbol y qué lugar deberíamos tener?

Con respecto a las canchas estamos mejorando. Deberíamos tener todo más igualado al masculino, aunque es cierto que cada día se está trabajando mejor.

Visión de jugadora

Pilar González, también volante, juega desde 2016 en Canelones y participó en el Mundial femenino sub 17

¿Cómo está el club ahora?

Ahora somos más que nunca. Desde que estoy, este es el año en el que más apoyo hemos recibido, en el que más recursos hemos tenido y en el que hemos contado con jugadoras con más fútbol. Este año vamos a sorprender.

¿Sentís que la fusión con Fénix les dio más fuerza?

Sí, porque ellos lo necesitaban pero nosotros también. Nos hacían falta cosas que para ellos no son complicadas y nos costaba más conseguir, como la cuota de entrar a jugar, los materiales, la locomoción. Por otra parte, ellos les faltaba el fútbol femenino. Eso quiere decir que nos damos una mano mutuamente.

¿Cómo fue tu experiencia en el Mundial?

Jugar un Mundial es lo más grande para cualquier jugadora de fútbol, y haberlo logrado de tan chica es hermoso. Aparte, ponerte la camiseta de tu país y representarlo en una competencia tan grande fue un placer. No pienso bajar, hay que seguir para lo que viene.

¿Qué se viene?

Ahora aspiro a ser convocada para el Sudamericano sub 20, con las mismas jugadoras que estuvieron en el Mundial, ya que queremos seguir unidas. Más adelante me encantaría salir del país para jugar en otro fútbol femenino, que sea más reconocido y donde haya ganancias, porque me gustaría vivir de esto.