Los franjeados estuvieron más cerca de su idea que en las dos fechas anteriores. Movieron la guinda, generaron espacios y buscaron asociaciones colectivas que empezaron a afianzar el juego que el equipo quiere lograr. Un solitario tanto de cabeza de Sergio Felipe, tras un córner en corto que derivó en centro de Carlos Grossmüller, les dio el triunfo a los de Marcelo Méndez, que tienen ganas de ser protagonistas en el Apertura. Danubio debió liquidarlo antes, pero no tuvo efectividad en el juego por el piso y tuvo que sufrir hasta el final las arremetidas cerrenses, basado más en corazón que en argumentos futbolísticos.
El local salió a escena con un 4-2-3-1 que, por momentos, pareció bastante aceitado. Maravilla Grossmüller se ubicó detrás de Santiago Paiva y buscó mover la guinda por las bandas, tanto con Thomás Chacón por la izquierda, como con Denis Olivera por la derecha. En pocos minutos hubo dos jugadas de peligro que pudieron abrir la cuenta. Primero la tuvo el lateral Emiliano Ancheta con un zapatazo que desvió muy bien Carlos Techera. Luego hubo una jugada divina, que arrancó en un pase de Leandro Sosa a Grossmüller, que con un amague la dejó pasar (clase) y dejó solo a Chacón, que hizo la diagonal y mandó un remate que se fue apenas afuera. Universidad del fútbol.
Después, Cerro reaccionó y empezó a aplicar más en su juego directo y de contragolpe. El Culaca Jorge González volvió a optar por un 4-3-3 bastante compacto que robó algunas guindas y la movió bien para llegar con superioridad numérica. La chance más clara la tuvo el Gato José Luis Tancredi con un bombazo a distancia que desvió notablemente Federico Cristóforo.
En el complemento Danubio volvió a insistir con su receta de los toques cortos, las triangulaciones y la amplitud de su esquema. Tanto insistió por abajo, con los pases en profundidad y los pases filtrados, que el gol vino por arriba. Los franjeados siempre sacaron con dos hombres en los tiros de esquina, Cerro se durmió, y Emiliano Ancheta tocó en corto con Maravilla, que tiró un centro divino para que Sergio Felipe cabeceara con un misil para el gol.