En un partido de ida y vuelta, hasta frenético por momentos, Liverpool le ganó a Chelsea y se consagró campeón de la Supercopa de Europa, título que definieron por ser los últimos campeones de la Champions League y la Europa League, respectivamente. El ganador se impuso por penales, luego de haber empatado 1-1 el encuentro y 2-2 tras la media hora de alargue.
Cómo se fueron dando los goles son la demostración cabal de la intensidad del encuentro y los momentos en los que uno superó a otro. El primero fue de los londinenses. A los 36 minutos el francés Olivier Giroud recibió un pase de cirujano del yanqui Christian Pulisic y definió con clase.
Liverpool fue más en el arranque del segundo tiempo. Más adelantado en la cancha y con Roberto Firmino en cancha, los rojos se fueron arriba y empataron minutos después del comienzo: el bueno de Sadio Mané comenzaba a ser figura. El senegalés, precisamente, fue quien adelantó a los suyos a los 5 de comenzado el primer tiempo del alargue, porque pese al palo y palo del encuentro no se pudieron convertir más goles en los 90 iniciales.
Por el viento anímico, pareció que el campeón de la Champions League se llevaba la copa. Chelsea sorprendió con los cambios, sacando a Giroud y a Pulisic, ambos de buenos rendimientos, y poniendo a dos jóvenes valores, Mason Mount y Tammy Abraham. Ambos rindieron, y a Abraham le cometieron el penal que Jorginho transformó en 2-2. Nada más pasó entre ese minuto, el 101, y el 120 de cierre.
Todo se resolvió en los penales. La efectividad superó a los arqueros. Bien pateados la mayoría, en especial dos que fueron al ángulo. En el último de la serie, el pibe Abraham lo pateó al medio y el arquero Adrián lo atajó con el pie.