Liverpool quedó eliminado de la Copa Sudamericana tras perder en el Franzini como local 2-1 con Sport Huancayo, que consiguió un histórico triunfo como visitante y el pase a octavos de final.

Liverpool se quedó por el camino porque, primero, no pudo doblegar al arquero Joel Pinto, de soberbia actuación. Después, cuando estuvo 0-1, tuvo que ocuparse de empatar y hacer un segundo gol para ganar, y no sólo no pudo, sino que el segundo gol fue de los peruanos, que así resolvieron la llave.

Estos partidos que deciden llaves eliminatorias ¿se juegan distinto? ¿Hay un camino modelado por la experiencia y la situación para llegar al objetivo final, que en estos casos siempre es avanzar?

A los negriazules les servía el 0-0, pero no salieron a empatar. Al contrario: buscaron, con sus herramientas, con paciencia y con su seguridad, llegar al gol que por tres veces salvó de manera impecable el golero Pinto.

Pero todo, absolutamente todo, cambió cuando Daniel Morales, a los 42 minutos, dejó parado a Andrés Mehring en la ejecución de un tiro libre de zurda que se clavó en el ángulo y se transformó en el gol visitante.

Liverpool demostró que tenía armas para alcanzar el gol, que llegaría un ratito después, a la salida de los vestuarios para jugar el segundo tiempo, cuando Federico Pereira pasó largo por fuera y habilitó atrás a Martín Cachimba Correa, quien metió un pase azucarado para Agustín Ocampo, que controló y definió cruzado para empatar el partido.

Iban 49 minutos y Liverpool mostraba capacidad y confianza para resolver a su favor la clasificación. Lo hizo bien. Utilizó espacios, buena técnica y, obviamente, aptitudes. Llegó y llegó, y el rezago del gol uruguayo sólo se debió a la excelencia del veterano Pinto, que atajó todo lo que pudo.

Cuando faltaban 12 minutos para el final, en una jugada de tres pases de arco a arco, el paraguayo Carlos Neumann, con un toque de calidad, metió el 2-1 para los peruanos.

Fue el fin. Quedaba tiempo, pero no magia. Habrá que volver a empezar.