La observancia o no de la ley que modifica el artículo 38 de la Constitución aún no estaba en juego, porque aún el presidente Luis Lacalle Pou no había trasladado a la población que tenían un proyecto de ley que buscaba delimitar la aglomeraciones restringiendo el derecho a reunión. Hoy día, aún a sabiendas de que la aglomeración, como dijese Lubo Adusto Freire, quedará a interpretación de la autoridad, se puede decir que 15 personas reunidas en un salón y sin tapabocas –porque si estaban tomando bebidas alcohólicas no lo podían hacer con el barbijo– están al límite de la infracción. Un penal.

Fue el domingo pasado, en un hotel de la zona metropolitana, con detalles precisos que emparentan la situación con lo veraz más allá de lo verosímil, que 12 jugadores de Nacional, pasajeros del hotel e integrantes asimismo de la burbuja sanitaria dispuesta en acuerdo entre la Conmebol y el Ministerio de Salud Pública, mantuvieron una reunión social, con tres pasajeras del mismo hotel, que a pesar de ser el recipiente de la burbuja tricolor, estaba abierto al público. La noticia, trabajada y confirmada la dio el suplemento deportivo Ovación, que se extiende en otro tipo de consideraciones que obedecen a ciertos principios de los colectivos en torno a la competencia, que perturban y soliviantan al entorno laboral y también a buena parte de la afición.

Es que un grupo de deportistas no puede –menos ahora en burbuja– socializar, tomando alcohol y cruzándose con visitantes del sexo opuesto. De ahí cuenta Ovación que hubo reacciones del técnico, de la secretaría técnica y de todos quienes no compartían tal reunión. La noticia, que se conoció una semana después de acaecida la situación que promovió una serie de reuniones internas, trajo, una vez hecha pública, una serie de reacciones en cadena que van desde la lógica infernal de la tribuna de las redes sociales hasta la acción del Poder Ejecutivo, que a través del Ministerio de Salud Pública citó de oficio a las autoridades de Nacional para observar la conducta de algunos jugadores “según algunos trascendidos de prensa”. Así lo comunicó a través de Twitter el Teniente Coronel (R) Pablo Picabea, asesor de fiscalización del MSP. Picabea, que parece no ser muy aficionado al fútbol, o si lo es no sabe que el nombre de Nacional no se ha cambiado y mantiene su anglicismo de Football, estuvo en el Parque Central el último jueves fiscalizando en el partido de Libertadores entre Nacional y River Plate de Argentina.

Las distintas versiones oficiosas de la citación del MSP a Nacional, parecieron convertirse en oficiales cuando la comunicación en la red del pajarito del cabildante que ya en ocasión del partido copero ponía una foto suya con equipo de protección “Fiscalizando cumplimiento de protocolos en áreas donde surgieron brotes. ¡Cuídense!”.

El club tricolor ha tenido al menos dos inconvenientes o faltas en relación a las comunicaciones inmediatas de sospecha o positivos, cuando estaba jugando en la Liga Uruguaya de Básquetbol ante Aguada, cuando tuvo a un deportista positivo, y en la información del positivo de un integrante del personal el pasado jueves.

Habrá que esperar cuáles son las medidas que se toman desde la autoridad de la salud, y también a la interna, en algo que tiene mucho más que ver con conceptos de comportamientos que hacen a la prestación deportiva, y no a su validez o invalidez en relación a la sociedad.