El 22 de noviembre de 2020, Manuela Rotundo, atleta sanducera de 16 años, consiguió el récord nacional sub 20 de lanzamiento de jabalina. Lo hizo en la Copa Uruguaya desarrollada en la pista de atletismo Darwin Piñeyrúa, de Parque Batlle. Su registro fue de 50 metros y 44 centímetros. Para ella, la marca no fue una alegría completa, porque la dejó a escasos seis centímetros de conseguir la clasificación al Mundial sub 20 de Nairobi 2021. Manuela no lo sabe, pero con ese registro hubiese sido medallista de plata en los Juegos Olímpicos de 1952.
La comparación con las marcas de Helsinki 1952 es antojadiza, pero tiene un sentido. En aquella edición compitió la primera deportista uruguaya que representó al país en unos Juegos Olímpicos en la historia. Hasta entonces, todas las participaciones deportivas celestes entre 1924 y 1948 habían sido masculinas, mientras que el olimpismo organizaba competencias femeninas desde 1920. La pionera oriental fue Estrella Puente, lanzadora de jabalina que llegó a la final olímpica y, con 41,44 metros, terminó en el décimo lugar. Casi 70 años después, Uruguay ha tenido 32 participaciones de mujeres en las Olimpíadas, pero nunca una lanzadora de jabalina volvió a pisar las pistas en el principal evento deportivo. Manuela sueña con llegar.
Es un camino largo, que no está planificado para Tokio 2021, pero su ambición es la de ser olímpica. Su primer paso fue en 2018, cuando conquistó la medalla de oro en los Juegos Sudamericanos escolares de Arequipa, con una marca de 41,57 metros. Para entonces ya tenía el récord nacional sub 18, con sólo 14 años. Cierra 2020 como un año de gran crecimiento. Lidera los rankings sudamericanos sub 18 y sub 20, siendo la única lanzadora menor de 20 años con registros por encima de 50 metros en este continente. Además, finalizó la temporada en el puesto 11 del ranking mundial sub 18 y en el puesto 46 del mundo en sub 20. Por si fuera poco, a la mejora de su récord nacional sub 18 (jabalina de 500 gramos) ‒alcanzó los 52,91 metros el 5 de setiembre‒ se sumó el mencionado récord nacional sub 20 (jabalina de 600g).
Hija menor de tres hermanos, estudiante ejemplar, este año cursará quinto biológico y evalúa estudiar medicina. Se traslada de su casa al liceo, a las clases de inglés y a los entrenamientos, tanto de vóleibol como de atletismo, en su moto eléctrica por las calles de Paysandú, a las que define como tranquilas y con poco tráfico. Tan ocupados tiene sus días, que sus compañeras de liceo le preguntan por qué entrena tanto. Cerrado el año competitivo y en tiempos de descanso para el cuerpo y la mente, conversamos con Manuela Rotundo, una adolescente de Paysandú que en 2021 tiene el deseo de hacer un viaje a Kenia.
¿Cómo fueron tus inicios en la jabalina?
Yo empecé atletismo hace poco, en 2018. Mi profe de educación física del liceo nos preguntó qué era lo que más nos gustaba. Al principio de ese año no hacía jabalina, hacía disco y salto largo, y el profe me anotó en jabalina. Comencé para hacer los juegos escolares, que son departamentales, regionales, nacionales y luego sudamericanos. Lo intenté en 2017, en realidad, y no llegué al Sudamericano. Entonces seguí entrenando y en 2018 fue cuando hice el primer récord. En noviembre o diciembre de aquel año logré batir el récord nacional sub 18, que estaba en 35,50 metros. La primera vez que hice la marca lo iba a buscar, porque lo había hecho en entrenamientos previos y había ido a una competencia el fin de semana anterior en la que había quedado a algunos centímetros. Esa fue la primera vez que lo batí, y en diciembre de 2018 tuve mi primer Sudamericano [Juegos Sudamericanos Escolares de Arequipa, en los que Manuela fue medalla de oro].
¿Cómo recordás tu primera competencia?
En mi primera competencia, en 2017, por el liceo, yo no sabía nada en general. Todos estaban con zapatillas de clavos, re pro. Para mí era algo totalmente extraño, porque nunca había competido y en el momento no entrenaba. Fui por ir. No entendía nada, pero estuvo bueno. Es un lindo ambiente el atletismo.
¿Qué te gusta de ese ambiente?
A pesar de que hay muchos equipos, siempre se están dando para adelante. Hay mucho apoyo de todos. Cuando yo compito me dan para adelante todo el tiempo. Está buenazo eso.
¿Qué te atrapó de la jabalina en aquel momento?
También juego al vóleibol en el Centro Allavena. El gesto de jabalina es muy parecido a la pegada del saque, y ahí me invitó Julio [Acosta, entrenador] a hacer jabalina. Fue más o menos por eso, y después seguí. Jugué en la selección uruguaya de vóley el año pasado, y este año, en enero o febrero, íbamos a ir a China a entrenar.
¿Sentís que tenés que elegir una disciplina u otra?
De momento voy a hacer las dos, porque me gustan ambas y no se ha dado que me digan que tengo que decidir por una. En los Juegos Sudamericanos 2018 yo clasifiqué en las dos y me dijeron que me tenía que decidir por una: me decidí por atletismo.
¿Dónde encontraste la motivación en 2020?
Este año fue muy raro, muy atípico. Las competencias empezaron a mitad de año, en agosto, por ahí. Teníamos que buscar motivación, porque al no haber competencias teníamos que prepararnos y estar siempre listos. En cualquier momento podían venir las competencias y no sabíamos cuándo, entonces había que mantenerse en nivel. Ahora mi motivación es ir al Mundial sub 20, y por la marca que hice quedé a seis centímetros de la marca mínima para clasificar al Mundial [50,50 metros]. En la cuarentena, la motivación era tratar de superar mi récord y mantenerme cerca de mis mejores marcas.
Contame de tus emociones el día que batiste el récord sub 20.
Quedé a solo seis centímetros de la marca para el Mundial y me dio una rabia... No es que me digas medio metro, ¡no!, son seis centímetros. Pero a su vez fue tremenda alegría, porque era la primera vez que batía el récord sub 20, con la jabalina de mayores; y el récord de mayores no está a tanto. Está en 51, creo [51,68, en poder de María Mello desde el 27 de febrero de 2014]. Vamos a seguir metiéndole para el récord de mayores y para esos seis centímetros.
¿Cómo te imaginás un Mundial?
Empezando a entrenar a full. Nuestro objetivo es entrenar fuerte ahora, tener el lanzamiento practicado, la técnica y la fuerza para hacer la marca en la primera competencia. Así, después, seguir entrenando y no preocuparnos tanto por eso. Me imagino mucha presión, porque es un Mundial, empezando por eso. Pero también muy contenta, porque no es poco representar a Uruguay en un Mundial.
¿Sentís presión cuando competís?
Lo disfruto mucho al momento de competir, pero tengo cierta presión y también la adrenalina del momento, de estar compitiendo. Yo misma me pongo esa presión, y creo que es algo que me ayuda a lograr buenos resultados.
¿Qué otras competencias hay por delante?
Clasifiqué al Sudamericano sub 18 y sub 23, que se iban a realizar este año en Paraguay y Guyana y se pararon por la pandemia. Deberían ser en 2021. Estos Sudamericanos iban a ser mis primeras competencias internacionales. Está muy bueno. Es un orgullo representar a Uruguay. Íbamos a buscar medallas, porque en este momento estoy primera en Sudamérica en sub 18 y sub 20. Yo tengo 16 años, doy unos años de ventaja para el ranking sub 20, que además es con una jabalina más pesada, de 600 gramos, en vez de la de sub 18, que es de 500 gramos.
Julio Acosta te motiva para que lances disco. ¿Cómo te ves vos?
Me gustaría hacer las dos. En las competencias nacionales hago las dos pruebas, pero me gusta mucho más la jabalina porque me va mucho mejor. Aparte, para el disco no entreno todos los días; a las competencias voy más a tirar jabalina, y hago disco porque es otro día en los calendarios.
¿Cómo es tu rutina de entrenamiento en Paysandú?
Entreno en pista, lunes, miércoles y viernes, durante una hora y media. Martes y jueves hago vóley, y de tarde hago pesas para el atletismo en el gimnasio. Todos los días de mañana estudio en el liceo, y tengo inglés también. Durante la pandemia traje pesas para casa y había días en que hacía gimnasio y otros días en que corría. Entreno en la pista nueva de la plaza de deportes. Está tremenda. Hay pila de gente que va a hacer ejercicio y a moverse. Cuando yo arranqué estuve menos de un mes en la pista de tosca y después, cuando empezó la obra de construcción de la pista nueva, entrenaba en el velódromo para preparar los Juegos Sudamericanos. A veces también en la cancha de fútbol.
¿Qué metas y sueños tenés en el deporte?
Los Juegos Olímpicos serían el sueño. Creo que a todo atleta le gustaría llegar a unas Olimpíadas. Además, casi todos los uruguayos que compiten en Juegos Olímpicos en atletismo en los últimos años son corredores.
¿Tenés referentes o atletas que admires?
Admiro un montón a Pía Fernández, la corredora. Ella entrena, corre, dedica su vida a eso. Sube historias a Instagram a las seis de la mañana corriendo. Hace un sacrificio y un esfuerzo para entrenar que es impresionante. Aparte, también es muy buena persona.
¿Sentís que en este tiempo te has ganado un lugar en el atletismo?
No sé si me gané un lugar, porque eso es mucho. Pero sí creo que lo más importante es que he conseguido los récords sub 18 y sub 20, que estaban hace tiempo ya. Poder mejorar eso es muy bueno, es mucho. También formo parte del equipo de una marca deportiva [361º] y dan mucho apoyo. Además de la ropa y el calzado, se preocupan por cómo estoy y siempre dan para adelante.