En la fecha del 23 de julio, vale la pena recordar y valorar aquellos primeros tiempos de fútbol femenino uruguayo, cuando fue oficial, reconocido e incorporado a su seno por la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).
El acta de la primera Asamblea de Clubes que se desarrolló precisamente el 23 de julio de 1996 es escueta, pero marca dos aspectos fundamentales, muestra el colectivo que, comandado por la profesora Matilde Reisch, elaboraba los pasos iniciales y señala los objetivos finales y los pasos a dar en esos días para afirmar organizativamente la nueva actividad de la AUF.
Ya en esa fecha estaba instalado en una de las salas –la que daba a la avenida 18 de Julio, en el “fondo” del edificio- el llamado desde el comienzo como Departamento de Fútbol Femenino. Una vieja máquina de escribir, incluso para la época, una mesa, algunas sillas y pocas carpetas era el mobiliario del nuevo emprendimiento.
Los primeros pasos
La primera actividad fue jugar al fútbol. Antes de tener la “oficina” armada. No podía ser de otra forma. Pero sucedió de forma utilitaria, en una cancha chica con pocas jugadoras por equipo y con alto espíritu de celebración, de alegría, de sentir que iba en serio y que podía progresar rápidamente.
Matilde Reisch fue nombrada como responsable del fútbol femenino en la segunda mitad del año 1995 luego de que la AUF recibiera la directiva de FIFA de tener competiciones y una selección femeninas. Esa indicación del máximo órgano del fútbol internacional llegó a todas las federaciones miembros. En 1986, en el Congreso de FIFA realizado en México se había aprobado una propuesta de países escandinavos para que FIFA asumiera organizar el fútbol femenino mundialmente. Se demoró pero funcionó.
El nombramiento de Matilde supuso un triple acierto: estuvo desde siempre vinculada al deporte –fue jugadora de vóleibol- y era “futbolera”, era profesora de Educación Física y, fundamental, tenía mucha experiencia de gestión por haber estado al frente del órgano encargado del deporte municipal de Montevideo, desde el primer gobierno del intendente Tabaré Vázquez.
Lo primero que hizo fue contactar con equipos femeninos ya existentes, “pequeños fueguitos” que se prendían y se apagaban en competiciones intermitentes y básicamente inorgánicas. Heroicas mujeres los integraban.
El Torneo del Nautilus
De aquellos contactos iniciales surgió el Torneo del Nautilus que comenzó el 29 de enero de 1996 en la pequeña cancha de fútbol 5 del club ubicado en la rambla de Punta Carretas, que estaba separada de la vereda sólo por una alambrada. Es la misma canchita y la misma alambrada que aún existe.
Ocho equipos participaron de aquel esbozo de futsal: Aquelarre (nombre que ocultaba el de Cerro, del que se sentían orgullosas representantes sus jugadoras), que fue el equipo campeón ganando los cinco partidos que disputó, incluida la final que coincidió con el clásico futbolístico del Cerro ya que el segundo fue Rampla Juniors.
Los otros equipos fueron Nacional (que ganó la Copa de Plata con un equipo muy joven), Lagomar, Alas Verdes (equipo de profesoras de Educación Física, mayoritariamente provenientes del club Biguá), Sportivo Ferrocarril (que derivaría, al año siguiente, en River Plate), Picapiedra (un equipo B de Rampla) y una selección de Ciudad de la Costa. Fueron diez jornadas con dos partidos por noche.
El éxito fue importante y se repitió otro torneo en marzo en el mismo lugar, en el que ganó Rampla y, ya en el otoño del 96, dos torneos más con nuevos clubes, en el club Peturrepe del Prado.
Todo eso fue antes de las asambleas de clubes que llegaron cuando se avanzó en la constitución de clubes y estos empezaron a hacer experiencias en cancha de 11, lo que estaba previsto para el tiempo cercano. El Departamento de Fútbol Femenino hizo una jornada experimental importante de fútbol 11, un domingo de mayo, en el estadio Olímpico.
El acta 1, las Asambleas de Clubes y el fichaje de jugadoras
A medida que los clubes se formalizaban se hizo necesaria la creación de mecanismos de participación y orientación directriz. Eso fueron las Asambleas de Clubes. La primera fue la del martes 23 de julio de 1996, 25 años atrás. En ella consta que participaron delegados de Basáñez, Cerro, Danubio, Liverpool, Nacional, Rampla Juniors y Rentistas.
Entre algunos temas de organización interna resaltan en el acta inicial dos proyecciones hacia algo vital, que apuntaban a la creación de competiciones en el corto plazo. En el tercer punto queda constancia de la intención del Departamento y de los clubes de “realizar actividad oficial durante 1996 en futsal y fútbol 11”, y en el quinto punto se planteaba la voluntad de “comenzar en forma previa a las competencias, el fichaje de las jugadoras” y “realizar una jornada especial el día que, por primera vez, se fiche una mujer en los registros de la AUF”. La sesión comenzó “a las 20.10” con “un informe de situación” de Reisch y terminaría “a las 22.05”. Los pasos fundamentales previstos se cumplieron.
Definido en otras asambleas que los fichajes de jugadoras se abrirían el 15 de agosto, se decidió que quienes lo hicieran en primeros lugares lo eralizaran en forma ordenada y semidigitada. Luego de propuestas e intercambios se decidió hacer un sorteo, ordenando los clubes que ficharían ese día y que cada club elegiría la jugadora que lo representaría. El sorteo fue ganado por Cerro y el club eligió a Silvia Arébalo, su delantera de 26 años. La siguieron Silvana Álvarez, de Rampla; Soraya Cabrera, de Bella Vista; Stella Araújo, de Liverpool, y Marcela Bonifacino, de Nacional. En esa jornada se ficharon un total de 17 futbolistas. A fin del año 1996 ficharon 201 jugadoras. Al final de 1997 llegaron a 377. Y de ahí en más…
Lo que vino poco después
En los tres meses finales del año comenzó la primera temporada de campeonatos de fútbol femenino organizados por la AUF a través de su Departamento de Fútbol Femenino.
Se le llamó, para aludir a su valor específico, Campeonato Inaugural, pero entronca perfectamente con los Campeonatos Uruguayos que se han desarrollado con continuidad y sin excepciones hasta nuestros días, constituyendo una fortaleza del fútbol femenino uruguayo. Por eso, por ser el primero el de 1996, es que el Campeonato Uruguayo 2021 -que está muy retrasado- será la 26ª edición, como la del año pasado fue la 25ª.
El 27 de octubre de 1996, al comenzar esa primera edición, se cumplía el objetivo básico: que existiera un torneo anual de fútbol femenino. Por eso, según fuentes extraoficiales, esa fecha sería designada próximamente como el Día del Futbol Femenino Uruguayo.
Siete clubes participaron: Rampla Juniors, Cerro, Danubio, Bella Vista, Liverpool, River Plate y Basáñez. Se jugó en la primavera con triples jornadas vespertinas domingueras en las canchas principales de los clubes participantes. La primera etapa fue en el escenario de Bella Vista, el Parque Nasazzi, en la fecha anotada. De ahí en más se jugó en el estadio Olímpico, estadio Tróccoli, estadio Belvedere, Parque Méndez Piana (designado por River), La Bombonera y, la culminación del 22 de diciembre, en el estadio Jardines del Hipódromo, que hoy lleva un nombre de mujer, estadio María Mincheff de Lazaroff.
El domingo 22 de diciembre de 1996 se coronó Rampla Juniors como el primer campeón, venciendo a Danubio en la última etapa a la que llegaron tres clubes con chance de titularse, Rampla con 13 puntos, Danubio y Cerro con 12.
El año siguiente, en 1997, se comenzó a jugar el Campeonato Uruguayo con el mismo formato que el similar masculino, con Apertura y Clausura. Luego, más adelante, se establecerían diversos formatos.
Y la historia continuaría…