Con fuertes vientos y mucha ola, el velero uruguayo tuvo un día de alta exigencia que finalizó con los puestos 14, 15 y 17 en cada una de las tres regatas. La jornada dejó a Uruguay posicionado en la 17ª ubicación de la clasificación general, misma colocación en la que terminó Pablo Defazio junto a Mariana Foglia en Río 2016.
Se completó así un cuarto de las 12 regatas que están previstas y que continuarán los días jueves, sábado y domingo, para llegar a diez parejas en la regata por las medallas.
Los uruguayos, que llegaron con el sueño de poder meterse en ese top 10, tuvieron un primer día duro en el que valoraron la posibilidad de volver a competir, tras dos años sin poder hacerlo producto de la pandemia. En un deporte que tiene su epicentro en Europa, Defazio y Dominique Knüppel habían viajado en 2020 a prepararse en ese continente, con varios campeonatos planificados allí. Sin embargo, la aparición de la covid-19 obligó a suspender todas aquellas competencias y les dio a los celestes tiempo para entrenar, pero siempre en solitario y sin poder medirse con sus rivales.
En una clase que tuvo sus últimos mundiales en Nueva Zelanda y Australia, además de un evento en Tokio dos años atrás, los altos costos de trasladar el barco en contenedor y las dificultades logísticas para ello son un factor que pesa en la preparación.
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Con Lima 2019, los Juegos Panamericanos en los que clasificaron a Tokio, como último antecedente, Defazio y Knüppel buscarán adaptarse rápidamente al ritmo de regata para poder mantenerse competitivos en la segunda jornada, mañana jueves por la madrugada de Uruguay.
Entonces se correrán otras tres regatas y, con el desgaste a cuestas, llegará el día de descanso, antes de sumar otros dos días de competencia el sábado y el domingo, para completar la fase regular del campeonato. La medal race se llevará a cabo el martes 3 de agosto.