Con 46 años, nacido en Melo, hoy se sienta en la silla del ente regulador del fútbol amateur por fuera de Montevideo: la Organización del Fútbol del Interior (OFI). Lleva su vida en el fútbol: desde sus inicios colaboró con su club, Melo Wanderers, tanto como jugador y directivo, y más adelante cumplió tareas como dirigente y delegado en la Asociación Departamental de Fútbol de Cerro Largo. Desde 2016 fue consejero suplente de la Confederación de Fútbol del Este y en el último período fue consejero electo en el Congreso de Minas. En el marco de su asunción como presidente de OFI, la diaria dialogó con Sebastián Sosa.

¿Qué te motivó a iniciar esta carrera dirigencial dentro del fútbol del interior?

Como muchos, empecé como dirigente de club en el Melo Wanderers, mi club de chiquito. Ahí, durante mis últimos siete años como jugador, me desempeñé en varios cargos dentro del club: secretario, tesorero y vicepresidente, hasta que dejé de jugar y seguí como director técnico, un período corto y obligado, para dar una mano. Me han preguntado por qué no seguí dirigiendo y no me llamaba mucho. Lo mío es estar vinculado a la directiva y tratar de construir desde este lugar.

Ahora como presidente ¿cómo analizás la situación de OFI?

Venimos de un proceso desgastante previo a la elección. En lo personal creo que deberíamos buscar un buen relacionamiento entre los dirigentes de ambas listas. El Ejecutivo quedó compuesto casi que en mitades iguales. Previo al proceso electoral venimos desgastados, hubo una especie de quiebre entre dos posturas que terminó complicando bastante a Mario Cheppi, el presidente saliente, y no nos dejó trabajar como deberíamos.

Espero tener la sapiencia para poder acortar la distancia que hay entre los dos lados y que podamos construir. No queremos tener un Ejecutivo de oposición permanente, es mejor ser un bloque que pueda construir. Dependerá de cómo estuvimos en la lucha electoral, con algunos será más fácil y con otros más difícil.

¿Identificás propuestas de la oposición que podrían implementarse en este período?

Fuimos compañeros de camino en estos años y las necesidades detectadas son parecidas. La necesidad de una mesa que se encargue de los torneos fue planteada por Nilo [Scarpa] en su plan de gobierno, junto con tres o cuatro puntos en común. También propuso un plan de ayuda a jugadores en caso de lesión, que está bueno, y lo habíamos votado en general. Había cosas que no estaban claras, como su financiación, pero el proyecto está bueno y es necesario, debemos buscarle otro fondeo.

¿Qué ha sido lo más urgente a atender desde la toma de posesión del cargo?

Lo más urgente está sucediendo, se designaron los cargos de secretario y tesorero, que eran necesarios para funcionar. A 60 días de la asunción tenemos que presentar el presupuesto del cuatrienio, entonces estamos en reuniones con los patrocinadores, la SND [Secretaría Nacional del Deporte]; necesitamos tener definiciones en eso para poder presentar el presupuesto en un congreso en Melo a mediados de diciembre.

¿Pudieron trabajar en los calendarios y competencias de OFI?

Todavía estamos viendo de bajar un poco a tierra la Comisión de Calendario, que sería una suerte de mesa de torneo un poco ampliada. Sería el primer paso. Hagamos o no ajustes en estos primeros meses, por estatuto tenemos que presentar el 31 de octubre un calendario de actividades de 2023, para que las ligas se puedan organizar.

Estamos tratando de organizar el trabajo, ver si conformamos las antiguas comisiones que veníamos realizando. Tengo una idea para que no sea igual a como lo veníamos haciendo. En alguna comisión tendremos menos gente, en otra ampliaremos un poco, necesitamos una mesa de torneo que trabaje asociada con otras áreas como finanzas o el Consejo Técnico de Árbitros.

¿Creés que es posible implementar un reglamento de OFI aplicable a todas las ligas?

Necesitamos tener un asesor jurídico permanente. No lo tenemos y hubo problemas para funcionar. Capaz que no es el asesor quien tiene que meterle mano al reglamento, agiornar y sacar esas ambigüedades, diferencias y vacíos que existen en algunos puntos del estatuto y reglamento, pero seguramente va a ser un guía y debemos rodearlo de otros profesionales.

¿La definición del Reglamento General de la AUF que se va a discutir dentro de poco puede influir en el de OFI?

La idea del asesor jurídico es que acompañe este proceso, porque tiene un camino andado. Las cosas que pesan o que tienen un perfil político todavía están a definirse y ahí es donde no podemos errar con la letra para no perder algunas concesiones que obtuvimos en el último estatuto de la AUF. Si no está bien defendido lo que ganaste hace tres o cuatro años, te debilitás ahora.

¿Cuáles son esas concesiones?

Los temas importantes a reafirmar son algunos relativos a finanzas, que refieren a la autonomía de la OFI, el tema de los aportes que se dan por la selección uruguaya, que antes tenía un concepto de distribución entre unos pocos clubes y ahora el Congreso es más amplio, entonces el superávit de la selección debería derramar para todo el fútbol uruguayo.

También es importante defender la jurisdicción de la OFI, que es el ente encargado de regular el fútbol amateur fuera de Montevideo. Lo tenemos por estatuto, pero se tiene que terminar de concretar en el reglamento. Es de los temas más pesados.

Por último, lo referido a los derechos de formación, ya que no tenemos regulación interna y es importante porque formamos a los gurises; después se van y no le queda un porcentaje al club o liga de origen.

“Debería haber una apertura, porque el fútbol uruguayo es mucho más que 14, 15 o 25 clubes profesionales”.

En todas las canchas

¿Creés que tu vínculo con el Ejecutivo de la AUF puede ayudar a mejorar la integración OFI-AUF?

Creo que sí. Estamos ante una elección y cambio de autoridades en menos de seis meses. Tenemos buena onda con el Ejecutivo, hemos trabajado y existen discrepancias en varios temas, pero son lógicas. Ellos han sido receptivos y cercanos a la OFI.

Todavía hay cierto rechazo en los clubes, que es lógico, no lo critico. Veníamos de 100 años de una forma de conducción del fútbol y ahora van perdiendo algunos espacios de poder y se molestan. Debería haber una apertura, porque el fútbol uruguayo es mucho más que 14, 15 o 25 clubes profesionales.

¿Cómo creés que va a influir en las dinámicas y negociaciones ese cambio de Ejecutivo en la AUF?

Va a depender, por lo que se ve hasta ahora Nacho [Ignacio Alonso] es una opción y asoma Adrián Leiza, por lo menos extraoficialmente. Tendremos que conversar, puedo tener una preferencia personal, pero esto va bastante más allá.

¿Qué tanto te condicionan las intendencias departamentales en la ejecución de las propuestas?

Podría decir que nada, pero no es por ahí. Están muy arraigadas, tenemos un vínculo muy grande. Algunas colaboran con las selecciones, con los juveniles, con los mayores y a veces colaboran con los cuerpos técnicos. Los estadios en su gran mayoría son municipales. Tenemos una relación directa que no la podemos obviar. No creo que nos condicione, queremos un buen relacionamiento. Hace un tiempo teníamos un convenio por el que apoyaban con dinero a las selecciones, no significa nada para las intendencias y a las selecciones les hace bien. Hay intendentes futboleros o con el deporte en primera línea y colaboran mucho. A otros no les interesa mucho el fútbol o el deporte y también se les complica.

En una comunicación anterior asegurabas que la OFI “hoy en día tiene una lógica de comunicación por encomienda, como en los tiempos de la Onda)”. ¿Cómo intentarán mejorar este aspecto?

Va más allá de la comunicación. Hay que meter mano, estamos viejos y atrasados en cuanto a la comunicación. La comunicación hacia las ligas, las redes sociales, la página web, el marketing. Pero era más bien una metáfora, porque los plazos procesales de los tribunales están asociados a la lógica de antes. Soy de Melo y la Onda demoraba, hacías un escrito, lo mandabas y llegaba a los tres días a Montevideo, después tres días más para que te dieran vista con una carta. Nuestros plazos aún están asociados a esa lógica. Se ha intentado acortar, aunque como los dirigentes y los tribunales son honorarios depende de la buena disposición o del tiempo que tengan, con las herramientas que tenemos hoy como un mail o una audiencia por Zoom. A veces estas cosas complican los campeonatos, si se retrasa un fallo pasan tres o cuatro fechas, hay que volver para atrás y eso perjudica y le quita valor al producto.

¿Cuáles son los principales desafíos en el vínculo con Tenfield?

En cuanto a lo técnico, Tenfield es muy bueno, la difusión que tuvieron los campeonatos me parece bárbaro, nos faltaba. No hay marcha atrás con el tema de la televisión para los dos campeonatos mayores. Esperemos que para otros menores también haya pantalla. Tenfield tiene una particularidad, que es que se mete a veces en la parte política y eso me parece que no está bueno. Tenemos que tener la capacidad de saber separar los tantos y que el acuerdo sea un acuerdo comercial. El contrato sigue vigente hasta los dos torneos de 2023 con opción a que el Congreso apruebe un año más.