En la edición del 19 de enero, contamos sobre la existencia y funcionamiento de la Comisión de Proyectos Deportivos (Comprode), creada por la Ley 18.833 de promoción del deporte. Esta comisión, decíamos, está integrada por un representante de la Secretaría Nacional del Deporte, uno del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), uno del Congreso de Intendentes y un representante del deporte, quienes en conjunto asesoran al Poder Ejecutivo para que haga las declaraciones de proyecto deportivo promovido (Prodep).

La herramienta promueve, mediante el otorgamiento de beneficios fiscales a los Prodep, una estimulación a la inversión privada en el desarrollo del sistema deportivo de competencia para complementar los aportes del Estado, de particulares y de las propias entidades deportivas.

“Básicamente, el gran objetivo que marca la ley es mejorar las infraestructuras y desempeños de los deportistas, espacios de entrenamiento o concentración. En particular, refiere al deporte de alto rendimiento, aunque también beneficia a las divisiones formativas de clubes profesionales de básquetbol y fútbol”, explicó entonces a Garra Fabián Álvarez, actual presidente de la Comprode.

Pequeñas grandes historias

Consultados por su experiencia con el mecanismo que lleva a cabo la Comprode, que aprueba beneficios fiscales para las inversiones privadas en el deporte, Déborah Rodríguez, atleta olímpica en tres oportunidades, y Pablo Aprahamian, judoca olímpico en 2016 y contador, contaron a Garra las fortalezas y posibles mejoras de esta herramienta, según su experiencia.

Rodríguez, múltiple campeona sudamericana y medallista panamericana, presentó su primer proyecto a la Comprode como parte de su preparación para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que finalmente se llevaron a cabo en 2021. Su actuación le valió un lugar en la semifinal de 800 metros y finalizó en el puesto 19.

La atleta comentó a Garra que le resultó “una muy buena herramienta para que los deportistas busquen la forma de solventar los gastos de preparaciones para competencias, algo que suele ser difícil”.

“Es una buena herramienta que no se conoce tanto y es una forma de conseguir apoyos más fácilmente, ya que las empresas tienen fines de lucro y el beneficio fiscal las incentiva”, resumió Aprahamian, quien junto a su hermano Mikael, representante olímpico en Tokio 2020, presentan proyectos a la Comprode desde 2017.

Su proyecto en particular tiene como objetivo generar referentes, lograr clasificaciones a los Juegos Olímpicos y medallas en los Juegos Panamericanos y sudamericanos. “Sin [inversión en] infraestructura, los proyectos presentados son estrictamente de preparación y competencia internacional. Basados prácticamente en gastos en el exterior para que sea más simple: competencias y campos de entrenamiento en el exterior para conseguir clasificar y tener medallas en los juegos del ciclo olímpico”, resumió.

“Los hermanos [Mariana y Alejandro] Foglia me habían comentado hace mucho tiempo sobre la Comprode, antes de los Juegos Olímpicos de Río”, recordó Aprahamian, y agregó que “en su momento lo vi un poco complicado y tampoco sabía quién me podía ayudar. Capaz que no toqué la puerta adecuada. Ya para el 2017-2018 encontramos una empresa y con esa herramienta nos cerraban más las cuentas”.

Luego de acordar con una empresa que quería apoyar a los hermanos, “con esta herramienta el monto que nos iba a otorgar se multiplicó por diez, porque les era más conveniente apoyarnos mediante la Comprode que darnos ese dinero así nomás”, apuntó el judoca.

Además, respaldó el mecanismo y sostuvo que otorga garantías para ambas partes: “Nosotros como atletas tenemos una herramienta para solicitar el respaldo económico a las empresas y ellas tienen una garantía de que el proyecto al que donan está avalado por la Secretaría Nacional del Deporte y por las instituciones que están representadas en la Comprode”, fundamentó.

En proceso

Para Rodríguez, es posible que algunas personas no estén acostumbradas a hacer proyectos que implican comunicación previa con las empresas a las que se les exigen “ciertas regulaciones, así como al deportista se le solicita lo mismo para cumplir los requisitos que tiene la Comprode para que el proyecto se apruebe”. “Las partes tienen que funcionar y el proceso no es rápido, sino que lleva varios meses y al final de cuentas realmente vale la pena”, valoró.

Respecto de su proyecto, Aprahamian dijo que “la gente de la Comprode siempre fue muy amable y estuvo dispuesta para ayudarnos en el armado del proyecto. Nos guiaron para que tuviéramos toda la información necesaria de forma correcta”.

Asimismo, reconoció que es un proceso un poco largo y que en ocasiones “las federaciones no tienen el personal capacitado para meterle garra a esto para que salga”. “Yo soy contador y me revuelvo un poco. Me fijé, descubrí, investigué, me comentaron y lo hice conjuntamente con la gente de la Comprode”, dijo, y opinó al respecto: “Puede suceder que a un atleta al enfrentarse a los números, balances y deducción de impuestos, no le resulte tan sencillo y tampoco creo que debería ser su problema”.

En el mismo sentido, Rodríguez reconoció el valor de la ayuda de su contador durante el camino y en la presentación del proyecto. Incluso contó que la Comprode siguió el proceso de cerca y que otros deportistas que tienen la experiencia de utilizar esta herramienta “se han sentido muy acompañados”. “El proceso es un poco tedioso, hasta que te adaptás y es un poco más fácil, pero el acompañamiento en las primeras instancias es súper importante”, recalcó, y expresó al respecto: “Nos reunimos con la empresa que me acompañó y sacamos este proyecto adelante. No lo hice sola y estoy súper agradecida”.

Impacto y rendimiento

Este mecanismo es utilizado con asiduidad por los hermanos Aprahamian, según expresó el mayor: “Esa financiación fue fundamental para que podamos ir a competir en los Juegos Olímpicos, y mi hermano Mikael a los de Tokio, también ayudó a que consiguiéramos medallas en los Juegos Panamericanos y en Odesur”.

Al repasar sus logros, Aprahamian asegura que “de faltar esta herramienta no creo que hubiésemos logrado la clasificación a los Juegos Olímpicos, o hubiésemos hecho cosas como vender el auto”. Antes, si se disputaban 20 competencias debían elegir sólo cinco, “ahora elegimos diez y eso nos permite tener más puntos, más posibilidades, más roce y más experiencia”, celebró.

“Que las empresas vean que esto realmente funciona y es beneficioso para ellos”. Deborah Rodríguez.

Esta herramienta es bienvenida en el contexto actual del deporte de alto rendimiento, ya que, según afirmó Pablo, “es muy costoso; implica competencias, entrenamientos, viajes, y es todo plata. No son viajes por placer, vas una semana a un centro de alto rendimiento y te sale 100 o 200 dólares por día”.

“A veces sólo con la voluntad y las ganas no se puede, necesitás apoyo económico, y esto nos da una herramienta fundamental para poder hacerlo”, dijo el judoca, y agregó que “el deporte de alto rendimiento te demanda un nutricionista, recuperación, médicos, viajes, competencias, campos de entrenamiento, y todo eso suma 10.000 o 15.000 dólares al año, que para una federación internacional no es nada, pero para el atleta que lo banca de su bolsillo es muchísimo”.

“Que las empresas vean que esto realmente funciona y es beneficioso para ellos”. Deborah Rodríguez.

Para adelante

Para Rodríguez, es momento de promocionar la herramienta para que los deportistas y sobre todo las empresas la usen, “porque el deportista siempre quiere el apoyo”. “Que las empresas vean que esto realmente funciona y es beneficioso para ellos, que exoneran impuestos, y además están apostando por el deporte, porque es un gran apoyo a nuestra carrera deportiva”, destacó.

Muchas empresas conocen el mecanismo de la Comprode, pero otras no: “En ocasiones no hay entendimiento y es otro trabajo que tiene que hacer el deportista, salir a golpear puertas para conseguir empresas que realmente se quieran sumar”, problematizó la atleta.

“Necesitamos fondos y esto lo facilita, pero no es tan fácil tener tiempo de entrenar y después sentarse a entender el mecanismo para luego explicárselo a una empresa y poder recibir su apoyo económico”, señaló Aprahamian.

“A veces sólo con la voluntad y las ganas no se puede, necesitás apoyo económico”. Pablo Aprahamian

El judoca comparó la Comprode con la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones, “una empresa lo usó [el recurso] y le sirvió, luego otra, y ahora todo el mundo sabe, la Comprode también podría ser así. Me encantaría ir a una empresa y que me diga: ‘¿Conocés el mecanismo de Comprode?’, pero no saben y a veces hay que explicarles todo”, lamentó.

En suma, ambos coincidieron en que con el tiempo el mecanismo se hará conocido, se hará costumbre, aunque reconocen que hay acciones concretas que podrían ayudar a aprovechar al máximo la herramienta, como acercar a empresas que ya la utilizaron a los atletas que tengan proyectos deportivos, u otorgar incentivos a los deportistas y federaciones que la usen.

Inscripciones abiertas

Este martes se abrió el plazo para recibir los nuevos proyectos deportivos y permanecerá abierto hasta el 30 de mayo. En caso de no superar los 80 millones de pesos en beneficios fiscales, la convocatoria se extenderá hasta el 30 de junio.

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