Nicolás Loureiro llegó a Uruguay para la fase final de la liga Junior NBA, organizada entre la Intendencia de Montevideo y la NBA, en la que se reunieron cientos de gurises en jornadas que comenzaron por los distintos barrios capitalinos para jugar su etapa definitoria en el Antel Arena. Una suculenta experiencia de desarrollo y captación de talentos, combinada con cursos para brindarles herramientas a los entrenadores uruguayos.

Loureiro es argentino y actualmente trabaja en las oficinas centrales de la NBA en Nueva York. A los 15 años se fue a vivir a Canadá y su vínculo inicial con la liga más famosa del mundo fue en los torneos de verano de Toronto Raptors. Con el tiempo se fue convirtiendo en un verdadero trotamundos: estuvo en India, China, México y Australia. En el país oceánico entrenó a Santiago Véscovi, jugador uruguayo que actualmente se desempeña en el básquetbol universitario de Estados Unidos.

¿En qué consiste tu tarea para la NBA?

Hace dos años llegué a las oficinas principales, para trabajar en el área de desarrollo de básquet Latinoamérica. Era una oportunidad de tocar lo más alto de la organización y ayudar al continente a crecer. Mi rol específico trata de desarrollar programas de formación en Latinoamérica, ofreciendo oportunidades de desarrollo para jóvenes, entrenadores, árbitros y aficionados. Esto lo hacemos por medio de ligas Junior NBA, NBA Basketball School, Coaches Academy y campamentos de identificación de talento, entre otros. Nos dedicamos a ofrecer oportunidades únicas a todos los participantes de nuestros programas, para que se incentiven a seguir involucrados con el básquet y la NBA. Expandir a lugares nuevos para entregar el mejor producto posible.

¿Cómo se identifica a un jugador con potencial talento?

Es una pregunta que probablemente lleva más tiempo en resolver, pero en términos generales se observan todos los aspectos del jugador: físico, técnico, táctico, personalidad y antecedentes familiares. Es una mezcla de muchas cosas. La NBA tiene captadores en todo el mundo que hacen ese trabajo, se dedican específicamente. Con los años vamos afinando el ojo y te vas dando cuenta cuáles son los talentos de proyección con posibilidad de dar el salto. Obviamente, siempre hay jugadores que sorprenden, como Facundo Campazzo en Argentina, que llegó a lo más alto y cuando era más joven no quedó en equipos profesionales. Siempre buscamos que, aparte del talento, tengan pasión por el juego y ética de trabajo para seguir mejorando.

¿Cómo llegó la liga Junior NBA a Uruguay?

Se hizo el contacto con la Intendencia de Montevideo. Ellos estaban interesados en volver a traer la Junior NBA a Uruguay. Dentro del acuerdo, el proyecto involucró la liga y una academia para entrenadores, para intentar desarrollar y darles herramientas a las dos partes. Se buscó tocar los barrios, juntar clases sociales, integrar los valores que promovemos para todos los chicos de Montevideo.

¿Cómo seguiste el inicio de la liga a la distancia?

Por fotos y videos. Muchos mensajes y llamadas con Luis Silveira, que fue el representante que colocó la intendencia. El Bicho hizo un trabajo increíble de organización, siguiendo a la liga por todos los barrios, con el nivel de seriedad que queríamos darle. Él estuvo en contacto con jugadores, entrenadores y padres. Yo llegué a la final. Que fue la parte linda, para la televisión, en el Antel Arena, pero no me quiero olvidar de todo lo que pasó antes, que fue igual o más importante. Me hubiera gustado mucho estar presente en los barrios. Espero repetirlo el próximo año y venir antes para vivirlo.

Foto del artículo 'Nicolás Loureiro, del área de desarrollo de la NBA: “Identificamos talento y mucho potencial de crecimiento en Uruguay”'

Foto: Federico Gutiérrez

¿Qué sentiste al estar presente en el Antel Arena para la etapa final?

El estadio es único en Latinoamérica, es increíble. Fue muy lindo ver a todos los que fueron parte presentes para celebrar el evento en un lugar tan hermoso. Imagino que para ellos fue una experiencia inolvidable. Del lado personal me encantó ver la pasión de los jugadores, entrenadores y aficionados. Fueron 2.500 personas presentes. Los vi muy motivados, contentos. Una cantidad de sonrisas y buenas acciones. Daba una satisfacción enorme. Fue una experiencia que van a recordar para el resto de sus vidas.

“Los estudios dicen que si la profesora es mujer, las niñas se motivan más a seguir en el juego, por tanto hay que apuntar a que crezca el número de entrenadoras mujeres”.

¿Qué impacto tuvo la liga a nivel femenino?

Fue muy bueno. Dejó cosas positivas para involucrar más a jugadoras y entrenadoras. Se está buscando mejorar la cantidad de chicas que jueguen y dirijan en básquetbol. El número que tuvimos fue muy alto. Se vio talento a desarrollar. Camila Kirschembaum es un ejemplo. Ahora está en Estados Unidos, becada. Hay que seguir empujando porque hay mucha pasión. Los estudios dicen que si la profesora es mujer, las niñas se motivan más a seguir en el juego, por tanto hay que apuntar a que crezca el número de entrenadoras mujeres.

¿Qué impresión te causó la academia con entrenadores uruguayos?

Fue muy positivo, han sido receptivos. Estuvieron motivados, hicieron preguntas, la participación en las actividades de interacción fue muy buena. Se nota que quieren aprender y están listos para crecer. Definitivamente, la pasión está y es cuestión de seguir dando pasos adelante, tomando iniciativas de desarrollo para seguir formando entrenadores y que ellos compartan las herramientas y conocimientos con los más jóvenes.

¿Cómo trabaja la NBA con los talentos jóvenes que va captando a nivel mundial?

La NBA ofrece oportunidades de distinta índole. Hace poco se abrieron las academias; se trata de un programa de alto rendimiento, en el que se reconocen los mejores talentos de cada continente y se les ofrece ir a entrenar y estudiar full time, para preparar a los chicos en todos los aspectos. Es muy completo. También hay campamentos de Básquet sin Fronteras, se realiza uno en cada continente de edades entre 16 y 18 años. Son eventos de tres o cuatro días en los que se les dan herramientas para que los chicos puedan seguir trabajando con sus entrenadores el resto del año. La idea es seguir ampliando este tipo de oportunidades para tener lo más cerca posible a los talentos.

“Identificamos talento y mucho potencial de crecimiento en Uruguay. Esperemos que siga creciendo el básquet y el desarrollo de los jóvenes aquí; la NBA está comprometida en ayudar ese proceso”.

Hace unos meses, Rubén Magnano declaró a Garra: “El talento es nuestro, pero el éxodo es una necesidad” ¿Considerás que es así?

Para hacer un análisis de desarrollo, tendría que ir a los clubes, ver cómo trabajan y conocer a los entrenadores. No lo he hecho y no me gustaría dar una opinión general sin saberlo. Identificamos talento y mucho potencial de crecimiento en Uruguay. Es cuestión de seguir formando entrenadores para que les pasen experiencia y herramientas a los jugadores y que estos puedan desarrollarse y dar el paso al siguiente nivel. Esperemos que siga creciendo el básquet y el desarrollo de los jóvenes aquí; la NBA está comprometida en ayudar ese proceso.

“Santiago Véscovi siempre me pedía más herramientas y trabajo”.

¿Qué imagen te quedó de tu tiempo compartido con Santiago Véscovi?

Santi es una gran persona. Fue un placer trabajar con él. Me acuerdo que desde el primer día que llegó estuvo dispuesto a trabajar. Voló de México a Australia, un viaje larguísimo y cansador. A las dos horas ya estaba en el gimnasio con la máquina de lanzamiento, por su cuenta, sin que nadie le exigiera nada. Eso resume su compromiso y dedicación para absorber cosas de todos los entrenadores que ayudaron a formarlo. Apuntamos a que los jugadores se puedan autoliderar y den compromiso y horas extra para mejorar. Él lo demostró desde el principio. Me gustó mucho que siempre me pedía más herramientas y trabajo. Hoy se está viendo todo lo que acumuló durante muchos años de formación. Estoy muy contento por él y no tengo dudas de que va a seguir creciendo. Además, sirve como ejemplo para otros chicos. El mensaje más importante es que, si uno se dedica y lo quiere, las oportunidades se van a dar. Hay que estar listos cuando las puertas se abren. Entrar y demostrar sus cualidades.

¿Con qué sensación te vas de Uruguay?

Una imagen muy positiva. No me quiero ir. Me encantaría seguir trabajando en programas de desarrollo de formación. Los entrenadores quieren mejorar y están abiertos a nuevas ideas. Hay mucho talento en Uruguay, me voy con sentimientos muy lindos. Seguiremos dando nuestro granito de arena con la NBA porque hay mucho futuro. Estoy muy agradecido a todos los que fueron parte de esta movida.