Volvió a perder Deportivo Maldonado y ya no lidera el Apertura

Con un imprevisible golazo de Diego Casas, Fénix le ganó 1-0 de visitante a Deportivo Maldonado, cuyo liderazgo, en la antepenúltima fecha del Apertura, ha quedado en cuestión. Dos derrotas consecutivas han dejado un mínimo crédito a los punteros, que pueden llegar a la penúltima fecha arriba de todos o en el segundo escalón, si Liverpool gana el domingo.

Valores, aptitudes, emociones

En el desempeño de los colectivos laborales- un partido de fútbol profesional institucionalizado es un trabajo- la performance anímica a veces pesa tanto como el desarrollo de la aptitudes necesarias para que ese colectivo responda y avance como tal.

En un partido de fútbol, donde hay un antagonista omnipresente que dinamiza cada una de las acciones de la contienda, hay elementos de acumulación emocional que pueden disparar o frenar acciones de tipo técnicas, específicas del desarrollo de la tarea que busca llegar al objetivo. En fútbol, cuando un torneo está empezando, los equipos se preparan para ganarlo. Lo gana uno sólo, por eso hay otros premios que no son consuelo, sino que son emulaciones de la virtud: terminar la competencia en el mejor lugar posible de acuerdo a su desarrollo.

Cuando un partido está empezando, hay menos salidas de emergencia si falla la victoria, pero hay veces que un empate empuja, e inclusive puede haber derrotas que por las circunstancias de la contienda pueden terminar siendo trampolines para futuros éxitos.

Golpeado

Cuando en un partido de un campeonato un equipo recibe un golpe inesperado -o por lo menos no tan previsible- un rato antes, sus aptitudes técnicas engarzadas colectivamente, pero también a través de desarrollos individuales pueden quedar visiblemente menguadas por un bajón anímico.

Cuando en un partido de un campeonato un equipo que casi nadie pensaba que podía ser firme candidato a ganarlo recibe un gol, y eso se repite en la zona candente de la definición del torneo, el equipo dará muestras de sus aptitudes técnicas y estratégicas para cambiar el destino del partido y mantener el destino del campeonato pero precisará ejercitar, y tener músculo para resolver esa incómoda situación.

En los últimos tres partidos, Deportivo Maldonado, el que casi nadie creía que iba a pelear el campeonato pero que entró al último tercio del torneo con ventajas superiores a los seis puntos, acumuló dos derrotas consecutivas por 1-0.

Estaba el Depor acomodándose al partido con Fénix que se defendía, era sólo esperar el gol rojiverde. Pero a los 35 minutos, Diego Casas, el fornido delantero nacido en Vichadero, la pudrió desde 30 metros, como seguramente nunca lo habrá soñado en el Municipal de Vichadero ni en ninguno de los clubes donde jugó, y la pelota se incrustó en el ángulo sacudiendo las redes y los ánimos. Casas recibió una pelota que no dejaba de tener dueño, y se le afirmó de lejísimos, cuando nadie esperaba esa decisión, ni ese desenlace. ¡Qué golazo! ¡Qué golpazo!

Porque hay ánimo y desanimo, y un impresionante golazo de esos, cuando va en contra no solo de los intereses de tu colectivo sino de lo que pasaba, incide directamente en lo que pasará.

El líder, Deportivo Maldonado, que había hecho las cosas para seguir en la punta, quedó descolocado. En lo que quedaba del primer tiempo y en el segundo también. Quedaron descolocados en el remate del campeonato, en los últimos partidos y su liderazgo ha quedado en cuestión, pero de todas maneras llegará al remate en la pelea. Tal vez termine esta fecha segundo, si el domingo Liverpool le gana a River, y hasta igualado por Nacional y Peñarol si estos ganan el sábado ante Albion y Boston River respectivamente. Pero estará con la condición anímica que se dé, y con sus aptitudes buscando pelear por un histórico título para el elenco fernandino.

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