A la par del Torneo Intermedio y de la Copa Uruguay, en este último mes se intensificó la actividad de un campeonato paralelo que se juega fuera de las canchas pero que está completamente relacionado con lo que pasa en ellas: la disputa por los derechos de televisión del fútbol uruguayo. Varios partidos de esta competencia se juegan en la actualidad y llevan los nombres de Liga Profesional, AUF TV, Copa Uruguay, Villa Española, Mutual y Tenfield. Los contendientes intercambian golpes con declaraciones y comunicados, y agregan todos los días nuevos capítulos a una batalla que no da tregua.
En diálogo con Garra, el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Ignacio Alonso, explicó que la asociación busca renegociar los derechos de televisión, porque “lo que se paga es una cifra absolutamente irrisoria respecto de lo que se genera por parte de los campeonatos. Hay un monto de facturación muy importante y el sistema de clubes recibe sólo 30%, cuando debería recibir, por lo menos, 65% de la torta de facturación”.
Comentó que las cifras que se obtienen actualmente son “escalofriantes” e implican el rezago en “infraestructura, el pago de salarios, en contrataciones profesionales y armados de presupuestos, la pérdida de competitividad en los campeonatos internacionales y redunda en un peor producto para el consumidor”. Por eso, argumentó que “el producto fútbol uruguayo” que llega al consumidor es de menor calidad del que podría ser y del que se puede ver en competencias similares en Sudamérica.
Ante este escenario, la AUF está preparando una licitación para volver a negociar el contrato y, cuando se reciban las ofertas, el Consejo de Fútbol Profesional votará con cuál quedarse. La asociación y la empresa se disputan los derechos en una votación que, a causa del nuevo estatuto, está más diversificada que en el pasado: los clubes de Primera y Segunda División, la Liga de Primera División Amateur, la Organización de Fútbol de Interior (OFI), la Liga de Fútbol Sala, la Liga de Fútbol Femenino, la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales (MUFP), la Asociación Uruguaya de Entrenadores de Fútbol (Audef) y la Asociación Uruguaya de Árbitros de Fútbol (Audaf) serán los encargados de decidir.
Entre suposiciones y recordatorios
El cruce entre Tacuarembó y Cooper el 22 de junio fue el primero en la historia de la Copa Uruguay, el torneo que impulsa la AUF y que integra las organizaciones del fútbol uruguayo, AUF y Organización de Fútbol del Interior (OFI). Pese a la importancia del suceso, el encuentro no se transmitió por señales televisivas y lo mismo ocurrió con los partidos siguientes de la competición. Incluso, se dio una situación bastante llamativa: VTV, el canal de televisión que pertenece a Tenfield, promocionó la televisación del encuentro entre Basáñez e Ituzaingó, pero luego no lo transmitió.
Ante la duda de a quién le pertenecen los derechos televisivos de esos partidos, Alonso respondió que Tenfield tiene los derechos de los encuentros que disputen equipos de la división A, B y C, mientras que la AUF posee los derechos de la D y, en el caso de OFI, el organismo comparte sus derechos junto con la asociación.
Con lo que ocurrió en Basáñez-Ituzaingó, equipos de la C y de OFI, respectivamente, Alonso, en su interpretación del contrato, entiende que la empresa dio por sentado que podía transmitir el partido y desde la AUF se le “recordó” que los derechos no eran de ellos. Consultado sobre el motivo por el que la AUF no utilizó la plataforma de AUF TV para transmitir los partidos, el presidente explicó que el canal existe con otro objetivo y que no están en contra de que se transmitan, pero quieren que se les pida autorización: “En estos casos la idea era que alguien comprara los derechos, el cable de los departamentos o Tenfield, por ejemplo”.
Por la vía escrita
La Liga Profesional de Fútbol (Lufpro) es otro de los actores que entra en el juego por los derechos de televisión. Fue creada en 2021 por una mayoría de los clubes de fútbol profesionales, pero pocos meses después se votó el estatuto y surgió un vacío legal que dejó a la cuestión en un limbo: por un lado, los clubes que votaron a favor consideran que el estatuto puede ser aprobado por una mayoría común –a la que llegaron–; los que decidieron en contra consideran que para aprobarlo hay que conseguir una mayoría especial –no se consiguió–. La AUF resolvió que no se alcanzaron las mayorías necesarias, pero los integrantes de la Lufpro siguieron manteniendo que sí.
Esta doble interpretación llevó a que, en un comunicado elaborado por la Lufpro que dio a conocer Referí, la organización intimara a la AUF a no renegociar los derechos de televisión porque de hacerlo sería “ilegítimo y contrario” a sus propios estatutos. La liga se reconoce como el único organismo capacitado para negociar los derechos y advirtió que, en caso de que la AUF continúe con sus intenciones, emprenderá acciones contra la asociación y sus representantes.
Unos días después, el 29 de junio, la AUF también utilizó la vía del comunicado para dar a conocer su posición y, en primer lugar, recordó que “no reconoce” a la Lufpro. Reafirmó su intención de seguir buscando “maximizar los ingresos” por derechos de televisión e invitó al diálogo a todos los clubes profesionales para trabajar en beneficio de los “intereses genuinos de nuestro fútbol”. Además, rechazó las “amenazas institucionales y personales” del comunicado de la liga.
La Lufpro respondió con otro comunicado en rechazo al de la AUF, porque “pretende retener competencias asignadas estatutariamente” al organismo. Como consecuencia, “tanto la Lufpro como los clubes, realizarán todas las acciones legales que fueran necesarias para la protección de sus derechos, así como para la defensa de los intereses de los clubes, y del fútbol profesional uruguayo en su conjunto”.
El caso de Villa Española
Desde que el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) intervino Villa Española por la denuncia de irregularidades en el cumplimiento del estatuto del club, el tema no dejó de evolucionar. En un comunicado que se dio a conocer el 30 de junio, el club anunció que, a raíz de los hechos de violencia sistemáticos y su intensificación durante el partido entre Villa Española y Racing, los miembros de la directiva y los del cuerpo técnico dejarán sus puestos, y Santiago Bigote López decidió retirarse como futbolista.
“Estas formas recurrentes refieren a un método violento conocido que aplica el poder en el fútbol. Lo que se esgrime como razones, llámese las manifestaciones políticas o las supuestas irregularidades estatutarias, no son más que excusas que ocultan otros intereses. El objetivo de los denunciantes y de los violentos siempre estuvo claro: remover esta directiva por las buenas o por las malas y ser funcionales a ese poder y a esos intereses”, apuntó el comunicado.
Como consecuencia, la MUFP emitió un comunicado en rechazo a los hechos de violencia y resolvió parar el fútbol de forma indefinida. Durante el programa de radio 100% deporte, el presidente de la MUFP, Diego Scotti, aseguró que lo sucedido en Villa Española está relacionado con el conflicto por los derechos de televisión y agregó otros casos más: “No son hechos aislados los que están sucediendo, se repite la presencia de actores en distintos lugares, no hay que desconocer la situación de nuestras elecciones, en las que acudimos a seguridad privada y contratamos un servicio 222, el pedido de los futbolistas para que las urnas sean llevadas a los planteles, la denuncia de clubes de OFI, la compra de votos, la situación de Villa Española, la liga profesional, las elecciones en AUF, la renovación del contrato en cualquier momento; está claro que el fondo es ese”.
Tenfield respondió a los dichos de Scotti con un comunicado en el que señaló que “trae a colación una serie de hechos recientes, absolutamente desgraciados, con la finalidad de vincular en forma maliciosa a Tenfield y cuestionar sus derechos de televisación del fútbol uruguayo”. Además, anunció que realizará acciones “civiles y criminales” en su contra.
En referencia a las declaraciones de Scotti, Alonso apuntó que “no se puede negar que hay un contexto político en el fútbol, en todos los ámbitos aparecen intereses relacionados con la comercialización de los derechos de televisión y que tienen que ver con lineamientos referidos a las próximas elecciones de la asociación. En el ambiente hay una cantidad de elementos que hoy se están manejando y que apuntan hacia ese lado. Es un comentario a voces en el fútbol”.
Mucho más que números
Según una publicación de la revista Caras y Caretas, que dice haber accedido a fuentes de AUF, gerentes de Antel y operadores de la industria audiovisual, desmiente que la AUF recibió una cifra cercana a 300.000 dólares por los partidos de la selección uruguaya que se transmitieron por AUF TV. Plantea que, en realidad, la asociación obtuvo 103.000 dólares y que ese dinero es mucho menor al que hubiera obtenido si hubiera acordado la televisación con Tenfield. Para justificarlo, pone como ejemplo una supuesta ganancia de 288.000 dólares que tuvo la AUF por los tres últimos partidos de Uruguay que transmitieron Tenfield y Antel en 2019.
El presidente de la AUF confirmó “plenamente” los números que manejaron los representantes de la asociación en medios de prensa y dijo que los otros que salieron “en distintos medios” no se corresponden con la realidad. Apuntó que la acción de mostrar esos números también está dentro del contexto de renegociación de los derechos de televisión.
Aunque la nota de Caras y Caretas dice que una de las fuentes por la que consiguió esos números fue de la propia AUF, Alonso consideró que la asociación no tiene por qué salir a hacer una contestación oficial sobre un artículo de prensa: “Que digan quiénes son. Acá no se puede salir a contradecir números de una institución sin saber las fuentes. Los únicos datos reales son los de la AUF y son incontrovertibles”.
Para esta nota, Garra intentó comunicarse con Tenfield para tener su versión de los hechos, pero no obtuvo respuesta.