Pelear por los sueños. Dar el máximo para construir el camino llamado felicidad. Eso, entre otras cosas, es la selección uruguaya de fútbol para amputados que competirá en el Mundial de la disciplina que va del 30 de setiembre al 9 de octubre en Turquía. Uruguay consiguió la clasificación en el Sudamericano disputado en Colombia, donde terminó segundo, igualado en el primer lugar con Brasil. Si bien la celeste perdió el título por diferencia de goles, se quedó con uno de los cuatro boletos a la cita máxima.
Uruguay debutará el 1º de octubre ante Angola –el campeón mundial– por el grupo F, al día siguiente jugará con Italia y cerrará la fase de grupos contra Irak. La performance en el Sudamericano permite ilusionarse, con el objetivo de volver con una medalla colgada. El plantel es mixto, una de las integrantes es la delantera Florencia Núñez. Además, es dirigido por una mujer, Leticia Rodríguez.
La celeste ya participó en el Mundial en 2018. Pasaron sólo cuatro años, pero la disciplina parece otra: creció un montón. En 2021 se disputó la primera Liga Uruguaya con tres equipos: Progreso –campeón–, Plaza Colonia y Juventud de Las Piedras. Además, algunos jugadores fueron contratados por equipos argentinos. También se creó la Asociación Uruguaya de Fútbol de Amputados, que cambió radicalmente la organización de un deporte que no para de conquistar terreno.
¿Considerás que el deportista amateur es más pasional?
Hay una creencia de que el amputado tiene pensiones o ayudas económicas. No tenemos nada de eso. Trabajamos. Tenemos familia y responsabilidades. Pero estamos en la selección uruguaya, es el máximo nivel deportivo de la disciplina. Es un orgullo y un desafío representarla donde nos toque. Venimos de lograr un resultado deportivo excelente quedando segundos en el Sudamericano, igualados con Brasil, que es la tercera selección del mundo. A nosotros nos gratifica muchísimo porque nos demuestra que estamos trabajando adecuadamente.
¿Con qué expectativas llegan al Mundial?
Si el nivel deportivo acompaña, podemos dar que hablar. La clasificación nos cambió la cabeza. Hace unos años, Argentina nos goleaba, y en el Sudamericano le pudimos ganar en un partido muy emocionante. Entender ese contexto nos motiva. Ellos llevan más de 15 años en la disciplina y tienen un listado de amputados amplio para elegir. Nosotros somos nuevos y tenemos aproximadamente 50 jugadores en el deporte.
¿En que ayudó la creación de una Liga Uruguaya?
Fue un pilar fundamental para aumentar el nivel deportivo y los lugares donde practicar el deporte. Hay equipos en varios puntos del país, no todo está en Montevideo; eso ayuda a conseguir amputados de distintos lugares. El enfoque está en proyectarla para que llegue incluso a más ciudades. Hoy en día tenemos chicos de Artigas jugando en Plaza Colonia, con viajes excesivos para entrenar y jugar. Es difícil conseguir amputados con esa predisposición. Va creciendo el conocimiento de la disciplina, la difusión, queremos llegarles a las personas que no conocemos o no vemos por la calle.
¿Cómo consiguieron los recursos para viajar?
Claramente la seriedad administrativa nos permitió llegar a la Secretaría Nacional de Deportes y que nos apoyara con 40% aproximadamente del costo del viaje. Comenzamos con muchas fallas y fuimos mejorando, fue una señal para nosotros conseguir este apoyo. Venimos por buen camino y queremos seguir creciendo. Hubo rifas, colectivos en redes de cobranza y eventos como correcaminatas en San José y Colonia. También la presentación del deporte en el Parque de la Amistad. Buscamos que se acerque gente nueva a conocernos y que si puede colabore, obviamente.
¿Qué información tienen de los rivales que van a enfrentar?
Este año se televisaron todos los campeonatos clasificatorios. Hay jugadores que se repiten en los planteles del Mundial 2018. Conocemos estilos de juego. De todos los países hay algo de información en las redes y se puede analizar, por lo menos, cómo juegan en las cosas básicas.
¿Cómo hace el deportista amateur para cuidar sus hábitos dentro de una vida con obligaciones distintas de las de un profesional?
Grupalmente nos brindan planes alimenticios o de trabajo físico, después depende de la autodisciplina de cada uno. El ideal es muy difícil de cumplir si no te dedicás profesionalmente. Pero tratamos de llevarlo lo más cerca posible en la vida cotidiana con los tiempos y las posibilidades que tenemos.
¿Qué representa para vos ser capitán?
Estoy muy agradecido de que me asignaran esta distinción, trato de dar el 100%. Me gusta ver a muchos chicos progresar e incluso muchas veces prefiero que les vaya bien a ellos antes que jugar yo. Me pone muy contento el reconocimiento, pero sabemos que adentro de la cancha hay muchos referentes que toman ese rol.
El fútbol es un deporte históricamente machista que de a poco está cambiando. ¿Cómo sienten que la disciplina sea mixta y tener a Leticia Rodríguez como entrenadora?
Era simplemente darle la oportunidad. Las dos compañeras que integran el grupo se han ganado el lugar que tienen producto de su capacidad. Puede haber prejuicios de afuera, pero no se reflejan adentro. Hay respeto mutuo. No genera ningún esfuerzo extra. Aprendemos muchísimo de ellas.
¿Qué te dio el fútbol de amputados en tu vida personal?
El crecimiento personal es impresionante. A nosotros nos apasiona jugar al fútbol y cuando nos faltó lo extrañamos. Tener este espacio de integración es muy bueno. Si bien no todos estamos amputados por la misma razón, los prejuicios instalados que sufrimos son los mismos o muy parecidos. Vincularnos con personas iguales, que te entienden y sienten similar, nos ayuda muchísimo en lo psicológico. Crecemos juntos. Acá se vuelcan las virtudes al colectivo, motiva. Todos empujan al grupo para no quedarse. Hubo un caso puntual con los goleros que pasó hace poco. Un compañero recién se había amputado y no sabía subirse el cierre de una campera, que para el resto es algo que hacemos sin pensar. Para él era frustrante resolver ese problema y otro con más experiencia lo ayudó y le pasó piques de cómo hacerlo. Ahorra frustraciones y ayuda a crecer desde los detalles más mínimos.
¿Qué representa para ustedes viajar a Europa a hacer lo que aman?
En este Mundial vamos a tener experiencias increíbles. La mayoría no conoce, algunos por primera vez se van a subir a un avión. Vamos a conocer culturas, costumbres, idiomas. Vamos a jugar en el estadio de Fenerbahce o de Galatasaray. Quizás jugadores profesionales que viven del fútbol nunca van a llegar a jugar en esos estadios. Todo va a ser muy especial. Va a marcar un antes y un después para nosotros. Tener esta oportunidad como deportistas amputados es magnífico.
Reglas adaptadas
Se juegan dos tiempos de 25 minutos, los arcos son de cinco metros de ancho por dos de altura. Son siete jugadores, un golero –amputado de un brazo– y seis de cancha –amputados de una pierna–. El guardameta puede jugar libremente pero sin salir del área. Los cambios son ilimitados y puede volver a ingresar un futbolista que salió. El bastón se determina como mano y, si es con intención, puede ser hasta amarilla. Hay dos árbitros de campo y no se cobra posición adelantada. Los saques de banda se ejecutan con el pie.