Pasan las fechas y Liverpool no puede salir del pozo en el que está sumergido desde que comenzó el Torneo Clausura. Empatar con Danubio de visitante, en principio, no es un mal resultado. El problema aparece al ver la Tabla Anual, donde en cada fecha el negriazul pierde más pisada ante Nacional. El equipo de la Curva de Maroñas fue bastante superior a la vista durante la mayoría del partido y aunque el empate lo mantiene invicto en el Clausura, el resultado sabe a poco por cómo se dio el encuentro.
Liverpool no tuvo respiro. En los primeros minutos, Danubio dominó las segundas pelotas, cada envío aéreo que cayó sobre la mitad de la cancha de la visita terminó en disputa ganada para la franja. Los locales pusieron la misma actitud e intensidad cuando el negriazul intentó sus clásicas salidas en corto desde el fondo y lograron ensuciarlas. Los minutos pasaron y Danubio le sumó juego a su combatividad, hizo que la pelota corriera más por el suelo y se arrimó con más peligro al arco rival.
A la incomodidad que generó la franja se sumó la extrema rigidez de los dirigidos por Jorge Bava. Su juego ofensivo fue nulo durante la primera parte y no pudo tener la pelota ni para descansar. El dominio sin mucho peligro de Danubio fue el escenario perfecto para que las jugadas de pelota quieta preparadas por Jorge Fossati salieran a relucir. Cada foul de Liverpool fue una posibilidad de innovar para el local. La justicia llegó de un córner: Leandro Sosa engañó a la defensa negriazul y puso un gran envío que cayó enfrente al área. Nicolás “Ojito” Rodríguez remató la pelota de cachetada y de primera, Britos la atajó, pero no pudo evitar que Aarón Spetale pescara el rebote y pusiera el 1-0.
La visita intentó reaccionar, pero sus ataques sólo favorecieron los contragolpes de Danubio, que tuvo un par de buenas oportunidades para estirar el marcador. El descanso le dio aire a Liverpool y los cambios que hizo Bava cambiaron la dinámica del partido. La clave fue el ingreso de Fabián Díaz, el centrocampista ayudó a que su equipo dominara la pelota y pudiera generar sus primeras situaciones de peligro. A los 10 minutos del complemento, Andrés Cunha, con la ayuda del VAR, cobró penal para los negriazules por mano en el área de Ojito Rodríguez. Thiago Vecino se midió ante Esteban Conde, especialista en atajar penas máximas, no arrugó y la mandó a guardar: 1-1.
Danubio es un equipo duro, se sobrepuso relativamente rápido al revés que dio el partido y, nuevamente, a fuerza de pelotas quietas, estuvo a punto de ponerse otra vez en ventaja. A 15 del final, el encuentro se volvió de transiciones, los equipos empezaron a intercambiar golpes y a ceder espacios atrás producto del cansancio y la ambición de ganar. La localía y el saber que fueron superiores durante la mayor parte del encuentro hizo que los jugadores de la franja atacaran con más insistencia. Arrinconaron a Liverpool otra vez y contaron con las chances más claras para destrabar el empate. Liverpool sabía que el empate no le servía para sus ambiciones de luchas por la Tabla Anual e intentó contestar las iniciativas de la franja, pero fue superado. Incluso, se salvó en un par de oportunidades, Britos tuvo un par de grandes atajadas que impidieron que el local volviera a marcar la diferencia.
El partido terminó en igualdad y con ambos equipos disconformes con el resultado. Danubio llegó a los 10 puntos en el Clausura y sueña con alcanzar posiciones de torneos internacionales. Liverpool suma 6 puntos en el Clausura y si Nacional gana el clásico mañana quedará a 10 puntos de distancia del tricolor en la Tabla Anual.