No para de pensar en Qatar 2022. El entrenador de la selección celeste recibió a la diaria con la camiseta puesta, como si fuera a salir a la cancha. Su actitud es de juego, de fútbol 24 horas al día, siete días a la semana. A casi 70 días para el inicio del Mundial ya esboza en su cabeza qué equipo tendrá, cómo se parará en la cancha, cuáles comportamientos quiere, qué hacer con la pelota y qué hacer cuando no se la tiene. Sobre la planificación de la selección, el tiempo de trabajo que queda, los jugadores que tiene y cómo prepararse para ganar, Diego Alonso, señores y señoras.
¿Sabés cuántos días faltan para el mundial?
[Se ríe] Exactos, no. Voy haciendo la cuenta, pero tanto no.
¿No sos tan obsesivo como se dice?
Lo que sí me preocupa, más que el inicio del primer partido, es la preparación. Con eso sí estoy obsesionado, con prepararnos bien. En estos días de setiembre poder entrenar lo mejor posible, tratar de entrenar nosotros los comportamientos que queremos. En este momento eso es lo más importante. Cuando estamos con los jugadores tenemos como referencia el Mundial, pero hablamos mucho de lo que tiene que ser la preparación; el prepararse para poder llegar en las mejores condiciones.
Reservaste a 41 jugadores, se vienen dos amistosos, ¿cuál es el plan?
Hicimos una reserva como generalmente la hacemos, amplia, porque nos da seguridad por si sucede alguna fatalidad o algún evento que no nos permita contar con algún jugador. Después definiremos la lista. Dentro de la preparación de los entrenamientos será importante entrenar con sparring las tres semanas previas para hacer ejercicios que nos permitan ser muy precisos. Tenemos muy poquito tiempo, ahora, en fecha FIFA, y muy poquito tiempo antes del Mundial, entre siete y nueve días de preparación dependiendo de los viajes y de cómo irán llegando los futbolistas. Es importante poder generar entrenamientos y ejercicios que nos permitan adelantar y ser precisos, no gastar tiempo que no sea útil.
Enfocado en eso, te hago un paréntesis del presente y futuro, y te llevo al pasado reciente: ¿cómo fue entrenar en el Complejo Celeste con los jugadores sin equipo?
Había esa situación con jugadores que estaban libres y se les dio la posibilidad de trabajar acá. Lo que hicimos con ellos fue una especie de pretemporada para que llegaran en las mejores condiciones a sus nuevos clubes.
¿Sólo trabajos físicos, o aprovechaste para hacer trabajos de la selección?
Mayormente se trabajó a nivel físico. No puedo negar que hubo algún día que trabajamos cosas o comportamientos que tienen que ver con algunas situaciones de juego de la selección. Pero la mayoría del tiempo fue predisponer a los jugadores ayudándolos para que, cuando pudieran llegar a un equipo, llegaran de la mejor forma.
¿Te llegó a preocupar en algún momento? Dio la sensación de que actuaste rápido sobre una situación que se dio, entre otras cosas, por la complejidad de tener un Mundial en fecha no habitual.
Sucede habitualmente, pero creo que no es visible porque no está el Mundial a la vuelta de la esquina. Hay veces que los futbolistas no tienen la posibilidad de tener equipo y de terminan llegando a último momento. La proximidad del Mundial y la relevancia de los jugadores que estaban entrenando también hace que sea mucho más visible lo que sucedió. Nosotros lo tomamos con tranquilidad, ellos también, y lo que nos llena de satisfacción es que todos llegaron en buenas condiciones a sus nuevos clubes.
No son casos frecuentes, por lo menos en el Uruguay de los últimos años. Otro caso atípico es que Luis Suárez, el máximo goleador, esté jugando en el fútbol local. ¿Cómo lo ves? ¿Hablaste con él sobre su decisión?
Sí, hablé, pero las decisiones siempre son del jugador. En alguna oportunidad ellos pueden preguntar o intentar que yo sea hombre de consulta, pero trato de no meterme en su decisión. Sí lo puedo valorar con ellos, intercambiar opiniones, pero jamás les puedo decir “lo mejor está por acá o está por allá”. No me corresponde. Su decisión tiene que ver con el compromiso que tiene con la selección. Al futbolista uruguayo le importa su carrera, le importa su familia, pero también le importa mucho el compromiso con la selección. Y en cada decisión que toman siempre tienen presente a la selección.
Está la vida en la selección, pero también el desarrollo del jugador en su club: ¿qué es lo importante al controlar el rendimiento de los jugadores en sus clubes?
Siempre me interesa que los jugadores tengan participación y jueguen mucho en sus clubes. Más allá de eso, lo que más me interesa son las características de los jugadores. Porque entendemos que para competir como nosotros queremos competir tenés que tener jugadores para lo que querés desarrollar. Hay infinidad de situaciones. Vas entendiendo que hay jugadores que juegan en una posición, pero nosotros lo podemos utilizar en otra posición.
¿Ejemplo?
Ronald Araújo. Lo habíamos visto jugar de lateral en algún partido, y sabíamos que por sus características podía jugar ahí, porque cada vez que él salía a hacer un cierre como central a la banda, lo hacía como lateral. Para eso el scouting: para ver que podía hacer perfectamente esa función.
De hecho, ahora en Barcelona juega en esa posición.
Exacto. Otro ejemplo puede ser [Federico] Valverde. Generalmente juega por derecha, pero en el scouting que hicimos lo habíamos visto jugar por izquierda, cuando lo dieron a préstamo, apenas llegó a España, a Deportivo La Coruña. Su perfil jugando en esa posición es muy bueno, más allá de que juega en el otro perfil. Eso nos garantiza tener posibilidades. El scouting favorece tener más información y que, de repente, cuando uno vaya a elegir a un futbolista no sea sólo por el rendimiento, sino también por las características.
¿Algo de eso hay en el caso de Facundo Pellistri?
Sí. Entendíamos que necesitábamos jugadores que jugaran por la banda, que tuvieran uno contra uno, que tuvieran desequilibrio y fueran veloces para ir por fuera cuando uno no puede ir por dentro, y él, claramente, era un jugador con esas condiciones. Todo lo que vimos de él con el ojo se reflejaba en la información que teníamos a nivel de análisis y estadísticas.
Para ganar
Y de ahí, según tu método de trabajo, ¿cuáles pasan a ser los puntos importantes pensando en la etapa de precompetencia, esas tres semanas antes del Mundial?
Me imagino que habrá un poco más de ansiedad [se ríe]. Esas tres semanas son de suma importancia porque tenemos que ser capaces de entrenar y ajustar cada detalle. Diez minutos de entrenamiento son sumamente importantes. Por poner un ejemplo: contra Paraguay o antes de Perú hubo jugadores que llegaron el lunes al mediodía después de haber jugado el domingo. A las cinco de la tarde estábamos entrenando presión. Ejercicios de alta intensidad. Lo que nos permitió haberlo entrenado antes es programar ejercicios recuperatorios para que el GPS nos dé los datos que queremos tener.
Entrenar para “nosotros”, como has dicho, y no entrenar para ganar.
Es tal cual. A diferencia de las fechas de eliminatorias, en las que nosotros entrenamos para ganar. Cada uno de los ciclos que tuvimos preparamos cada partido, desde el primer día que se bajaron del avión, para ganar. Sin embargo, cuando fuimos a Estados Unidos, entrenamos para nosotros, y no para ganarle a México. Después le ganamos, pero fue una consecuencia. Lo que queríamos era despertar más comportamientos de juego o acentuar otros que habíamos hecho en lo previo. Lo mismo va a suceder ahora [en Austria]. Queremos tener esa posibilidad de entrenar para nosotros para prepararnos para lo que viene. Seguramente en la preparación del Mundial dividamos esos nueve días; un poco para trabajar nosotros todo lo que vendrá, otro poco preparando el primer partido del Mundial.
¿Qué sabés de los rivales y qué te falta saber?
Los nombres de las esposas [se ríe]. Sabemos todo, o intentamos saberlo todo. Tratamos de tener la mayor información. Tampoco queremos agobiar a los jugadores con tanta información, nos gusta dar la justa y necesaria, la que sea útil. Como te dije: la preparación es lo más importante. Si uno quiere llegar a algo, se tiene que preparar.
¿Cuántos partidos viste de ellos?
No llevo cuenta. Pero entre nota y nota estoy viendo partidos.
“No hay partido fácil y menos el primero”, se suele decir. ¿Se prepara más el primero?
No lo sé... Lo que sí sé es que, cuando estás en fase de grupos, hay una regla simple que dice que tenés posibilidad de fallar una vez. El primer partido te marca: si lo perdiste, no podés fallar más. Esa es la importancia de ganarlo o de no perderlo, seguir con la chance. Creo que cualquiera de los tres es importante, el cuarto es importante, el quinto es importante, el sexto y el séptimo son importantes. Hay que prepararse bien para tener la suficiente capacidad de afrontar todo.
¿Dónde encontrás el equilibrio entre “mi potencial, lo que tengo y lo que puedo dar” y “lo que tiene el rival, lo que me preocupa”?
Lo más importante es lo que podamos hacer nosotros, lógicamente teniendo una referencia con respecto al rival. En los partidos que hemos tenido, una cosa es el sistema que tengas para pararte; para mí no es importante el 4-4-2, 4-3-3, 5-3-2, porque nos hemos parado de diferentes maneras todo el tiempo, sino cómo descomponés y qué es lo que vas a hacer. Lo que hemos intentado hacer, más allá del sistema, es funcionar combinativo, muy agresivo a la hora de atacar cuando encuentra los espacios, generando muchas situaciones de gol, que nos generen poco. Hay que trabajar para que tengamos soluciones cuando nos presionen mucho. La referencia que necesitan los futbolistas es saber contra quién se van a enfrentar individualmente. Saber qué es lo que hace el otro para saber aprovecharlo. Pero no es que cambiamos todo.
¿Eso ya lo estás trabajando con los jugadores, pensando en los rivales del grupo?
Hemos tenido reuniones a nivel de líneas, hemos repasado lo que hemos hecho en la fecha FIFA anterior, para la que hicimos entrenamientos de adquisición y jugamos. Con esos partidos mostramos: les pedimos esto por eso, este ejercicio lo hicimos por esto otro, acá lo hicimos muy bien, acá también, y en esto tenemos que corregir. No hablamos tanto de los rivales, aunque en alguna ocasión hemos dado algún tips, pero eso será más adelante.
Vos sí sabés pero todavía no se los transmitís, me parece.
Lo más importante ahora es que ellos entiendan lo que necesitamos para crecer y mejorar como equipo, ajustando detalles, porque en la alta competencia como es el Mundial lo vas a necesitar.
“Si no soportás el proceso, no podés vivir el propósito”, dijiste. ¿Cómo está siendo ese proceso?
Entendemos que muy bien. Es arduo, es duro, te tenés que preparar todo el tiempo, exigirte. Si querés ser te tenés que preparar: tiene que ver con eso. En mi caso, quiero ser técnico de la selección, me tuve que preparar; como selección queremos llegar a lo máximo, tenemos que entrenar duro, soportar ese proceso para poder disfrutar.
El Profe Óscar Ortega dijo que su palabra sagrada es “eficacia”. ¿La tuya cuál es?
[Piensa durante varios segundos] “Eficacia” puede ser la de él, sí. Yo no encuentro una sola. No sé si tengo una sagrada. Hubo un entrenador que me gustaba mucho que decía “ganar, ganar y ganar, para volver a ganar, ganar y ganar”. Luis Aragonés. El fútbol termina siendo eso. Pero para que pase eso, cuando uno analiza, te tenés que preparar. Todo el mundo dice que lo más importante en el fútbol es ganar. Hay gente que dice que ganar no es lo más importante, sino que es lo único. Y yo doy un paso más: lo más importante en el fútbol es prepararse para ganar. No tiene que ver sólo con una palabra, sino con una filosofía.