No me lo contó nadie. Viejo Rampla, cuadro duro y corajudo, criollo, altivo y melenudo como la furia del mar. Rampla obtuvo en el estadio Centenario una de sus más maravillosas victorias de lo que va del siglo al derrotar a Nacional 3-0 y clasificarse entre los ocho mejores de la Copa Uruguay, donde ahora jugará cuartos de final ante La Luz.
¿Ah, sí? ¡Claro! ¿Pero cómo no? Se sabía que Nacional estaba con suplentes. No estaba Luis Suárez, ni el Chino Sergio Rochet, pero además, salvo Leo Coelho, no había ni uno de los restantes nueve titulares. Todo bárbaro. Todos lo sabíamos. Nacional jugó con un equipo de suplentes, pero que serían titulares en donde estuvieran inclusive en el propio Nacional. Pero ¿usted sabía que el bravo Rampla también estaba jugando con suplentes? Fue así, porque esta oportunidad de jugar como en los viejos tiempos ante Nacional en el Centenario y por cosas grandes le llegó justo en el incongruente momento en que sueña con ascender y tiene pesadillas con descender. Porque es increíble la situación que Rampla tiene que decidir el domingo en el último partido de la fase regular de la B ante Miramar, en el que si gana, puede pelear por el ascenso, pero si pierde, puede ir a jugar para evitar el descenso. ¡Y hasta le puede pasar que le pasen las dos cosas a la vez!
Iba media hora y a la salida de un córner ramplense, la pelota le queda fuera del área a Facundo Silvera, que la acomodó un poquito de derecha y su tiro perfecto con el borde interior de su zapato izquierdo fue inalcanzable para Martín Rodríguez, y ahí la locura, casi desmayarse de la alegría y explotar de gozo.
Un sueño
Después a aguantar, pero también a tirar algún ataque y de peligro, hasta que en la media hora del segundo tiempo Melazzi volvió a meter increíble carrera, sacó una falta y el argentino Mauro Cachi, vivo, inteligente –y además con enorme categoría–, engañó a propios y extraños que esperaban el centro y la puso contra el primer palo. Golazo e inesperado 2-0.
Melazzi, extenuado y acalambrado hasta las orejas, no puede salir porque Rampla había hecho los cinco cambios. A los minutos vuelve y, con los tobillos en la mano y los músculos hechos moco, pica a Almeida, le gana, se mete al área y define perfecto para poner este loco 3-0.
Miles de ramplenses, que saben lo que es el peregrinar la gloria perdida o buscada en los andurriales del fútbol y el señorío de un viejo campeón, terminan cantando Viejo Rampla, cuadro duro y corajudo, criollo, altivo y melenudo como la furia del mar.
Clasificaron Progreso, La Luz y Plaza Colonia
Dos de la B se hicieron grandes y se metieron entre los ocho mejores de la Copa Uruguay. Fueron Progreso y La Luz, ambos jugando como visitantes ante equipos de la A. Los gauchos del Pantanoso, incluso, pasaron goleando: 3-0 a Rentistas (tantos de Alejandro García, Facundo González y Nahuel Roldán). La Luz, por su parte, festejó en la hora tras derrotar 3-2 a Albion (goles de Luis Machado, Horacio Sequeira y Santiago Ramírez para los ganadores, y de Cristian Barros y Gonzalo Papa para el pionero).
Casi a la par del batacazo de Rampla jugaron Plaza Colonia-Cerro Largo en Colonia. Fue victoria de los patablancas, 1-0 con conquista de Cristian Cebolla Rodríguez.