En los tres días en los que se disputaron finales, el remo uruguayo consiguió subir al podio al menos una vez. Este miércoles, nuevamente a lo más alto. Fueron Martín Zócalo y Eric Seawright quienes se consagraron campeones panamericanos en la regata del doble par abierto (sin límite de peso) que disputaron remada a remada con Cuba durante todo su desarrollo. Ambos se sumaron a Marcos Sarraute y Leandro Salvagno como los máximos medallistas de Uruguay en una sola edición, con tres medallas cada uno (una de cada color), igualando en cantidad a Ana María Norbis (natación 1967) y Alberto Camilo Velázquez (ciclismo 1963).

Luego de la regata, contaron que venían de competir contra el bote de Cuba en el pasado Mundial, y que sin estar en las mejores condiciones, no habían quedado lejos de ellos. “Venían muy preparados en ese bote, pero sabíamos que las cosas se podían dar, e hicimos todo por la medalla que nos faltaba, que era la de oro”, afirmó Zócalo.

“Tuvimos una regata que quizás no se repita en la vida, porque hicimos todo perfecto”, dijo Seawright, nacido en Canadá pero dorado con la celeste. “Nunca nos olvidamos de para qué estábamos ahí, y en cada metro de la regata pudimos estar concentrados”, agregó.

“Todos los días nos levantamos temprano y vamos a entrenar a un lugar, esté frío, cálido, húmedo o seco, con viento, lejos de casa sin ver a la familia por meses y sabemos que estamos entrenando para quedar adelante en esos últimos 500 metros”, concluyó Eric.

Un rato más tarde, Bruno Cetraro casi consigue lo mismo, ya que arañó su tercera medalla en estos Panamericanos, cuando quedó detrás del representante de México Juan José Flores, por apenas siete centésimas (sí, 0,07 segundos), en un final que no empaña la gran regata que el uruguayo hizo, para terminar detrás de Brasil, Estados Unidos y el mexicano.

Brillante

La del doble par fue la frutilla de la torta para depositar a esta actuación de la selección uruguaya de remo como la mejor de un deporte celeste en la historia de los Juegos Panamericanos (desde 1955).

Si bien el ciclismo también obtuvo cinco medallas en la primera edición de 1955, ninguna de ellas fue de oro, por lo que la actuación de los remeros es cualitativamente mejor. Por otra parte, también en ciclismo se consiguieron dos medallas de oro en 1963 y 2003, pero en ninguna de esas ocasiones, ese deporte alcanzó los cinco podios que el remo logró en esta ocasión. A nivel de medallas, por donde se la mire (en cantidad y color), nunca antes existió una disciplina con tal nivel de desempeño. Destacó también la primera clasificación del remo femenino celeste a una final, con el sexto puesto de Tatiana Seijas y Nicole Yarzón.

Tras este cierre, el remo uruguayo llegó a 16 medallas en el historial de los Panamericanos: cinco de oro, cinco de plata y seis de bronce, e igualó al ciclismo en la cantidad de oros. El deporte pedal tiene (18 preseas: cinco de oro, seis de plata y siete de bronce) y la chance intacta de sumar más el domingo, cuando se dispute la prueba de ruta femenina con Agustina Reyes y la masculina con Eric Fagúndez, Roderyck Asconeguy y Leonel Rodríguez en el pelotón.

Más manos

“Lo di todo, fue una rival que conectó más manos, por eso no se dio, pero esto no se termina acá, esto está empezando”, dijo la boxeadora Camila Piñeiro, la abanderada de la delegación que cayó por decisión unánime luego de tres rounds sobre el ring contra Jajaira González, de Estados Unidos. “Son mis primeros Panamericanos y vamos por mucho más”, aseguró la uruguaya que no logró meterse a semifinales. Una victoria hubiese significado el logro más importante de su carrera, ya que aseguraba la medalla de bronce y además el boleto a París 2024.

“Simple, conectó más manos. Las mejores manos netas fueron de ella, hay que admitirlo”, reconoció Camila sobre las razones de su derrota.

Con una nueva derrota, la selección uruguaya de handball completó su segunda presentación en estos juegos. Esta vez fue una previsible victoria brasileña por 28-9, que de todas formas no dejó a Uruguay eliminado, ya que el resultado de segunda hora favoreció a las celestes. Paraguay derrotó 31-26 a Cuba y ahora Uruguay tiene una rendija abierta: en caso de vencer por 5 o más goles a las paraguayas este jueves, las celestes avanzarán a semifinales y tendrán dos chances de alcanzar medallas. Si vencen en la semifinal, asegurarán la plata, y en caso de perder irán por el bronce. Pero primero lo primero, porque este jueves a las 10.00 en Viña del Mar deben derrotar, y por importante diferencia, a una selección guaraní que en los últimos años ha sido superior a este nivel.

Desde otro paraje costero, Punta de Lobos, llegó una buena y una mala para Julián Schweizer, quien está compitiendo en la especialidad de longboard (tabla larga). El surfista celeste ganó en segunda ronda por la mañana su pasaje a la tercera. Fue en una serie durísima contra el gran favorito peruano Benoit Piccolo Clemente y el estadounidense Cole Robbins. Allí Julián se metió segundo, detrás de Clemente. En la tarde, en un mano a mano con el brasileño Carlos Bahía, Schweizer no pudo repetir y terminó siendo superado, por lo que deberá disputar este jueves a las 8.00 la ronda 3 de repechaje frente al salvadoreño Amado Alvarado. Si consigue avanzar, se cruzará en la ronda 4 de repechaje contra el vencedor del cruce entre Robbins y el chileno Rafael Cortez. Ese eventual cruce será el viernes 27, desde las 14.08. Para llegar a la final y repetir al menos la medalla de plata obtenida en 2019, Schweizer debe ganar estas dos rondas. En caso de perder en ronda 3 de repechaje, quedará eliminado, y si avanza, ya tendrá asegurada al menos la disputa por el bronce. Finales por oro y bronce serán el lunes 30 de octubre desde el mediodía.

Entre Clemente y Bahía, se disputará el viernes un lugar en la final, mientras que el perdedor ya tiene asegurado su lugar en la final por el bronce.