Federico Waksman logró un hito histórico al ganar la Mini Transat, la regata que se conoce como “el Himalaya del mar”, una de las competencias más reconocidas de la navegación en solitario.

La competencia se realiza en barcos de 6,5 metros, sin asistencia exterior y en dos tramos, cubriendo una distancia de 4.050 millas náuticas, equivalente a unos 6.518 kilómetros. La regata conectó Les Sables-d’Olonne, en Francia, con Saint François, en Guadalupe, con una parada intermedia en Santa Cruz de La Palma.

El competidor uruguayo –radicado en España– demoró 13 días en viajar desde Santa Cruz de La Palma –desde donde partió el 28 de octubre– hasta Guadalupe.

En la primera etapa, Waksman estuvo en la primera posición durante gran parte de la regata. Estuvo posicionado primero de la flota durante los primeros siete días y fue el primero de los 90 barcos en competencia en pasar por la longitud del cabo Finisterre en Galicia. Ese logró le valió el Trophée du Musée National de la Marine, una distinción que recibirá durante la entrega de premios en Guadalupe. Pero en el último trayecto de esa primera etapa se fue quedando atrás y finalizó noveno.

Su accionar destacado estuvo en la segunda etapa, en la que logró sacarle una ventaja de más de cuatro horas y 17 minutos a Carlos Manera, ganador de la primera etapa y escolta en la segunda. Con esa distancia Waksman alcanzó el primer puesto final.

El protagonista

Waksman, ingeniero mecánico industrial de 34 años, empezó a navegar en el Yacht Club Uruguayo y continuó su formación en la base Mini de Barcelona, en colaboración con la Fundació Barcelona Capital Náutica. Fue el primer uruguayo en completar el cruce del Atlántico en una competencia en solitario, cuando en 2021 participó en la Mini Transat. En su segunda participación logró la victoria más importante de su carrera y de la vela oceánica uruguaya.

Waksman contó que el logro en esta regata es el resultado de “un proyecto que hacemos desde hace dos o tres años y terminó con este cruce atlántico, que es la cúspide, no sólo la propia regata sino el proyecto entero”. “Hay que entender que cuando se habla de la regata Mini Transat se habla de un todo, porque hay que hacer muchas cosas para ser competitivos”, contó tras coronarse ganador de esta competencia.

Waksman destacó que navegó con un barco nuevo: “En 2021 competimos e hicimos una apuesta muy fuerte por un barco de diseño nuevo, construido desde cero, que es muy competitivo”, alegó.

Sobre las particularidades de la regata, reconoció que la primera etapa fue muy buena, pero que cometió un error que cambió todo al final: “Iba ganando, peleando la punta, pero llegando al final tuve decisiones estratégicas malas y termine atrás. Estaba bastante frustrado porque son regatas largas, de casi diez días; fue duro saber que tenía una ventaja por recortar. La segunda fue diferente, mucho más larga, y ahí sabes que las chances están intactas”, analizó.