Dos partidos le pusieron el cierre a la primera fecha del Torneo Apertura, y en ambos casos no hubo visitas cordiales: Deportivo Maldonado venció 1-0 a Plaza Colonia en Colonia, mientras que Fénix se impuso 3-1 sobre Defensor Sporting en el Franzini.
Maximiliano Cantera tiene buen pie. No es ninguna novedad resaltar esa cualidad del volante ofensivo, que tiene pasado en Liverpool, Fénix y Nacional. Por lo general, se encarga del armado, ese entretejido entre atrás y adelante. Y, obviamente, es muy bueno en esa tarea, destacándose como uno de los mejores asistidores del torneo local. En Colonia Cantera tuvo algunos chispazos de eso, pero donde se destacó fue en una pelota detenida, tiro libre que lo pateó de muy buena manera y convirtió el, a la postre, único gol del partido.
Así como Cantera fue clave para el gol fernandino, el mercedario Guillermo Reyes fue fundamental defendiendo el arco del Depor. El arquero, sobre todo en el segundo tiempo, cortó absolutamente todo envío a su área, fuera por abajo, como centro o directo al arco. Por eso se quedó con la victoria el equipo que ahora dirige Fabián Coito.
En el Franzini quien abrió el marcador fue Fénix. Discutido, polémico, mirado en el VAR, el gol valió pese a que en la instancia previa al tiro definitivo la pelota dio en la mano de un atacante capurrense. El árbitro, que fue llamado por la cucaracha, fue hasta la pantalla ubicada a pie de cancha, miró la incidencia y ratificó su decisión: gol. Ya se está empezando a usar en otras partes del mundo y, ya que estamos con el VAR, parece acertado: los árbitros dicen en voz alta por qué cobraron o no cobraron lo que vieron.
Fénix no sólo abrió el marcador, sino que metió el 2-0. Fue de Maicol Ferreira de penal, tras una falta torpe que le cometieron a Agustín Ocampo, un exvioleta. Después, en el segundo tiempo, cayó un gol por bando y el juego se fue 3-1 para la visita. Fénix ganó por orden, por estrategia, porque supo aguantar los minutos en donde Defensor empujó y estuvo cerca del empate. A la viola, muy por el contrario, le sobró desorden y voluntad, pero le faltó eso que llaman fútbol.