Un Peñarol sin Matías Arezo y Leonardo Coelho, sus dos pilares en las áreas, sufrió su primera derrota en el campeonato en Belvedere ante un Liverpool que estuvo lejos de mostrar un gran rendimiento, pero que supo aprovechar las ausencias claves de la visita. El partido fue malo y estuvieron muy lejos de generar peligro de forma sistemática, sólo el negriazul, cuando el carbonero tuvo que arriesgar y dejar espacios, tuvo algunas chances de contragolpe que le dieron color al partido.
En su pasado duelo ante River Plate, el carbonero pudo sortear la ausencia de Arezo, su gran goleador, de la mano de su jugador más influyente, Sebastián Rodríguez. No pudo hacer lo mismo en Belvedere. Por el lado de Liverpool, aún no pudo sacar el mejor rendimiento de sus juveniles estrella, Luciano Rodríguez y Fabricio Díaz, pero fue sólido defensivamente, supo pegar y aguantar y logró una gran victoria que mejora su situación en la tabla de posiciones.
Con un centro del campo muy disputado y un gran nivel de ambas líneas defensivas, los primeros minutos del encuentro en Belvedere fueron parejos. Los dos equipos quisieron progresar jugando a ras de suelo, pero el gran trabajo de anticipación y marca de los zagueros de ambos impidió que generaran peligro dentro del área. Solo Liverpool estuvo cerca de abrir el marcador con una buena jugada, que atajó Thiago Cardozo con un gran juego de pies.
Desde el comienzo generó mucha expectativa el duelo entre dos de los mejores centrocampistas del campeonato: Sebastián Rodríguez y Fabricio Díaz. Pese a la paridad de la primera media hora, Rodríguez demostró influir más en el fútbol de su equipo con sus habituales buenos pases y capacidad para influir en el juego en distintas alturas de la cancha. Por eso, Peñarol estuvo un poco mejor, pero no lo hizo pesar en el área, donde se notó la falta de Arezo.
Liverpool fue más directo, intentó lastimar en transiciones, pero siempre dio la sensación de que le faltaba unos segundos más de elaboración en las jugadas. En su intento de explotar los picantes Alan Medina y Luciano Rodríguez, sacrificó a Díaz, que podía mover un poco más la última línea de Peñarol, que estuvo sólida. Así se fue un primer tiempo lento, impreciso y poco divertido.
El segundo tiempo no empezó mucho mejor, Peñarol empezó a ser un poco más directo e intenso e hizo que hubiera más ida y vuelta, pero eso estuvo lejos de mejorar la calidad del partido, ya que todo continuó siendo muy impreciso. Pero con el paso de los minutos fueron quedando más espacios, y con una ofensiva tan rápida como la de Liverpool, era claro que iban a terminar teniendo más oportunidades de generar peligro.
Y así fue. En un contragolpe tremendo, Lucas Lemos se fue de área a área en segundos, con una notable corrida. El jugador negriazul vio cómo su compañero Gastón Martirena picó en diagonal al vacío a toda velocidad, esperó que llegara al espacio y soltó un gran pase que lo dejó frente a Cardozo, que no falló: definición pinchada sobre el golero y 1-0.
Peñarol se vio obligado a ir con más ganas para igualar el resultado, pero no mejoró sus formas. En eso, Liverpool empezó a aprovechar esos crecientes espacios y pudo hacer gala de la velocidad de sus futbolistas, que armaron buenos contragolpes, pero que tuvieron problemas para resolver en el último tercio. No hubo cambios, ni Peñarol pudo abrir el cerrojo de Liverpool ni el negriazul logró ampliar su ventaja ante el carbonero.
Con la victoria, el negro de la cuchilla llegó a los 12 puntos del campeonato e igualó la posición de Nacional, que aún no jugó por esta fecha. Luego de un comienzo irregular en el Torneo Apertura, los dirigidos por Jorge Bava consiguieron una victoria que puede ser un punto de inflexión en el campeonato. Por el lado de Peñarol, la derrota no le quita la punta, ya que nadie puede alcanzar sus 17 puntos en esta fecha, pero duele de cara al clásico, que se puede tornar aún más relevante si Nacional derrota mañana a River Plate y queda a 2 puntos de la primera posición.