En el estadio María Mincheff de Lazaroff, Danubio y Nacional igualaron 0-0. El resultado no le sirve a ninguno porque ambos estaban necesitados de ganar para encaminarse en el Apertura. Más allá de las expectativas, el empate es justo porque si bien Danubio estuvo más activo, tuvo más la pelota y dominó el juego por momentos, no supo qué hacer frente al arco y los goles errados le costaron caro. Franco Cepillo González fue la opción de gol, pero no estuvo fino, y junto a sus compañeros de ataque no complicaron demasiado a la defensa tricolor. Nacional, por su parte, se despertó recién en el complemento, pero no logró romper el cero. Para colmo de males, salió lesionado Emmanuel Gigliotti.
Los bolsos siguen desordenados, y por muy sencillo que sea el fútbol de Álvaro Gutiérrez, a sus jugadores se les está haciendo difícil ponerlo en marcha en los partidos.
Fútbol de barrio
Más de 3.800 personas arribaron al estadio ícono del barrio Jardines del Hipódromo. A lo largo de la historia de la universidad del fútbol, muchos futbolistas llegaron al corazón del barrio Piria para cumplir un sueño. Danubio, que tiene a más de la mitad de su plantel formado en la Curva de Maroñas, jugó la primera parte con una posición más ofensiva y tomando la iniciativa, mientras que el tricolor se mantuvo replegado.
La visita jugó con las ausencias de Leandro Lozano y Yonathan Rodríguez, que fueron expulsados por incidentes ocurridos al término del clásico ante Peñarol. Lucas Morales ingresó en el lateral derecho y Diego Rodríguez en la mitad de la cancha.
El primer acercamiento del equipo de Álvaro Gutiérrez fue un remate al arco de Gigliotti tras una buena jugada por derecha de Federico Martínez, pero Mauro Goicoechea se quedó con la pelota sin mayor exigencia. Pero los acercamientos no potenciaron al bolso, sino todo lo contrario. A Nacional le costó ponerse en partido.
Como resumen de los 45 iniciales, ganó la ineficacia en ambos equipos.
Más de lo mismo
La expectativa quedó puesta en el segundo tiempo. Cepillo González y Alejo Cruz crearon la chance más clara, la pelota se fue apenas afuera. En la vereda de enfrente, Nacional tuvo en Fagúndez a su pieza clave: el diez fue el encargado de generar las pocas jugadas de peligro que tuvo el equipo albo frente al arco y que en dos ocasiones evitó Goicoechea.
A lo último, apareció Guillermo May y en combinación con Santiago Romero volvieron a alertar a todos los espectadores. Así se fue el trámite, con Danubio volcado al ataque y con Camilo Cándido y Marcos Montiel atentos para evitar el desenlace de las construcciones ofensivas locales.
Nada distinto pasó y el 0-0 es un resultado justo, aunque ninguno lo quería.