El documental Federico El Grande es la historia del seis veces ganador de la Vuelta Ciclista del Uruguay, Federico Moreira, historia que toca corazones en todos los lugares por los que Federico pasó pedaleando en su bicicleta. Con el director Nicolás Jardim, y el protagonista que no requiere mayor presentación, la diaria conversó a propósito del proceso de creación del filme y sus actuales repercusiones.
¿Qué significa para vos que exista una película documental de tu vida deportiva?
Federico Moreira: Satisfacción y la alegría de que se pueda revivir lo que uno vivió en su momento. Esta idea surge de reflotar y conseguir todos los materiales de lo que había pasado en aquella época. En mi participación en la película hablo sobre la Vuelta de Chile, que fue uno de los destinos adonde viajé con ellos para mostrarles el lugar donde se había gestado mi victoria en el 85. Después más nada, me vine a enterar de la película cuando ellos la tenían pronta. Lo que se hace ahí es recoger el testimonio de lo que la gente vivió. No hay inventos de la historia. Son recortes periodísticos, imágenes televisivas, documentos y declaraciones de gente que corrió en su momento conmigo. Más allá de lo que uno pueda decir, en esos videos que se pasan se refleja lo que la gente sentía por el ciclismo, y en particular por mi persona.
¿Te encontraste con testimonios que te sorprendieran en la película?
FM: Hay testimonios que me sorprendieron porque no sabía cuál era el rumbo de la película. Yo no me puse con ellos, decidiendo que iba o no iba, esto me gusta o no me gusta, esta persona sí o no. Son ellos los que hicieron el trabajo.
¿Por qué tomaste esa decisión de que una película sobre vos se haga de ese modo, con poca intervención tuya?
Porque es mi manera de ser, tengo mi forma. Cuando he tenido que tomar decisiones las tomé, siempre pensando en que estaban siendo lo mejor. Vos podés ser el número uno, pero cuanto más arriba estás, más contras tenés. Cuando uno logra algo, tiene que tener el lomo bien duro para aguantar las críticas y no dejarse doblegar. Teniendo la conciencia tranquila, eso es lo que vale, y como te digo, no hay crítica que ya no haya sentido, que ya no haya escuchado. A mí me sorprendió la manera en que lo encararon. Y lo fundamental de todo, reitero, es que eso es lo que está escrito en la historia. Está escrito en papel, está dicho en las radios y están las imágenes televisivas.
¿Por qué una película de Federico Moreira?
Nicolás Jardim: Por lo que fue para todos los uruguayos. Hoy en día me resulta muy raro pensar que un ciclista uruguayo pueda ser un ídolo como fue él. Un referente nacional, uno de los grandes nombres del deporte local. Obviamente después vino Milton Wynants con su logro en Sydney, pero Federico venía de una carrera que lo había depositado en un lugar de la idolatría popular impresionante. Me llamaba mucho la atención por qué había sucedido eso, y quería investigar los sucesos deportivos y descubrir específicamente qué había pasado y cómo fue generando eso en la gente. Todos tenemos un recuerdo de haber jugado a ser Federico Moreira arriba de una chiva.
¿Qué de esa idea que vos traías, cambió al hacer la película?
NJ: Ninguna. Al contrario. Descubrí que el arraigo popular de Federico era incluso mayor al que me imaginaba. Llegar a lugares y que me dijeran: “Me llamo Federico por Moreira”. Anécdotas de esas un millón. El arraigo popular de él sigue siendo increíble hasta el día de hoy.
Malla oro posta
¿Fue la cobertura de prensa de la época un insumo importante para la película?
NJ: Lo fue, pero fue lo más difícil; sobre todo con los archivos de video. Hay un problema con los archivos de video en Uruguay, que no es tema sencillo conseguirlos.
En el ciclismo, particularmente, por lo que implicaban las horas de grabación y la propia economía de los medios en el momento, pisaban un casete arriba de otro. Si bien se seleccionaban y algunos se archivaron, muchos no, muchos se perdieron. Muchos de los momentos importantes los conseguimos con gente aficionada a Federico que los grababa en sus casas. Resúmenes informativos y de las carreras. Así llegamos a rescatar varios momentos importantes de la carrera de Federico. En el caso de Chile, que tenían digitalizado y archivado, lo pudimos conseguir, pero muchísimos otros no.
En la película se ve lo que otros vieron de vos ¿qué personaje ves vos?
FM: Muchas veces uno dice una cosa y ya le buscan la quinta pata al gato. Quien tuvo oportunidad de andar en una Vuelta y ver lo que eran esas llegadas, saca las conclusiones. Eso no miente. Kilómetros y kilómetros de gente. Estamos hablando de muchas vueltas. Me tocó vivir épocas muy dispares en el ciclismo. Épocas en las cuales llegamos a largar 38 corredores una vuelta del Uruguay y épocas con 150 corredores.
Vos como cineasta, tuviste muchos elementos para construir el relato. ¿Sentís que todo lo pudiste incluir?
NJ: Quedan muchas cosas fuera, pero nosotros habíamos tratado de hacer un guion. La narración iba a ser clásica en el sentido del héroe, porque su vida fue así. Tiene la epopeya del héroe, con sus momentos oscuros en la carrera. Deja de correr, vuelve; la propia epopeya del retorno del héroe, la tiene. No pudimos escapar de eso porque sentimos que su vida también fue una epopeya en el sentido deportivo. Tomamos una decisión, que quizás fue la más difícil, de que Federico no hablara de su vida. No es un documental donde él hable en primera persona de los momentos de su vida. Quisimos respetar eso porque al documental lo motivó lo que él dejó en los demás.
¿Ustedes le hicieron saber a él cómo era el trabajo que iban a hacer?
NJ: No se lo dijimos. Tuvimos una entrevista larga cuando fuimos a Chile y esa entrevista la usamos para conocerlo más, hablando de un montón de cosas, pero fue un insumo para poder narrar.
¿Te gusta ser recordado como un héroe?
FM: Creo que la contestación es bastante lógica. Querer ser algo es una cosa, lograrlo es otra. Lo que yo quería era ser ciclista y cumplir con la gente que confiaba en mí y en mis compañeros. ¿Qué tuve, qué tengo, qué llevó a que ese fenómeno se convirtiera en un gran fenómeno social? No prestaba atención a todo mi entorno. Trataba de cumplir. Me concentraba en hacer mi trabajo, porque había hecho 20 o 25.000 kilómetros para prepararme.
¿Qué ves en el ciclismo que lo haga atractivo para una película?
NJ: Elementos que me llaman la atención: imaginarse héroes y antihéroes. Fuimos a buscar al francés que corrió la última etapa contrarreloj en 1990 acá, para poder compararlos. Esa selección podía correr el Tour de Normandía y eligieron venir a correr la Vuelta del Uruguay, que es la décima competición más antigua del mundo. Ese año la Vuelta se definió con una contrarreloj, como lo hacía el Tour de Francia. Lo que encontré fueron elementos para sentir cómo me seguía sorprendiendo la figura de Federico. Escaló y ganó la vuelta de Chile en la montaña. Había colombianos y a él no lo vencieron. Tiene esas cosas que para alguien que no entiende de ciclismo son sorprendentes. Escuchar a un médico explicar por qué tenía estas condiciones, porque tenía un corazón grande que bombeaba mucha sangre, las piernas...
Esta historia
¿Qué les parece el ciclismo hoy en día? ¿Puede hacer la película una contribución a recuperar popularidad?
FM: Yo prefiero no opinar del ciclismo de hoy. Cuando digo me voy, me voy, y si tuviera que hablar generaría mucha polémica. He visto demasiadas cosas que no me llenan, que no me gustan. No es el momento ahora, porque estamos tratando de revivir viejas épocas y no quiero aprovechar un momento de alegría para transformarlo en polémica. Yo diría que antes de hablar del ciclismo, deberíamos hablar de todo el deporte nacional, de políticas deportivas que no se aplican o se aplican a medias, y cuando tenemos un triunfo parece que conquistamos América. Los hechos demuestran que los chicos nuestros que se van para Europa (no uno, varios), compiten en un muy buen nivel. Lleva un proceso, pero si miráramos todas esas cosas y todos los deportes en los que tienen que emigrar para poder lograr algo, yo creo que hay que tomar una política de Estado. Pero yo estoy en otro lugar y no soy quién para decir quiénes tienen que invertir esto o aquello en el deporte.
NJ: Hay que pensar que hasta el 90 competimos internacionalmente en todo, porque eran otros tiempos. En fútbol, en básquetbol, en ciclismo. Del 90 para adelante fue todo distinto. Los grandes campeones que antes elegían correr la Vuelta, ya no vienen. Él le ganaba a otras figuras.
La película colabora con el folclore del ciclismo. Hay muchos exciclistas y ciclistas que están en el documental. Hay profesionales que fueron campeones, hay un medallista de oro en las olimpiadas.
FM: Las figuras están: Milton Wynants, José Asconeguy, Carlos Gracía, Walter Pérez, Fernando Vera. Si uno supiera que realmente esto contribuye, bienvenido sea, pero creo que tiene que haber todo un entorno, una coyuntura, de autoridades y dirigentes para tratar de sacar el deporte adelante. No es mi intención juzgarlo, pero que miren qué potencial tiene Uruguay en determinadas disciplinas para poder salir.
Sigo viendo clubes que venden tortas fritas y hacen asados para poder salir a competir en una Vuelta. Yo estuve 11 años en la Federación Ciclista del Uruguay y no lo pude mejorar. ¿Así vamos a lograr grandes cosas? Creo que no. No lo va a hacer una persona sola, lo tiene que hacer un conjunto. Desde el más encumbrado de los dirigentes o políticos y todos los chicos que salen y se han hecho camino a los golpes, que no han tenido apoyo y no les hemos dado el apoyo que se necesita.
Al finalizar la película en el estreno ¿qué sentiste?
FM: Que la gente se paró y aplaudió, al igual que sucedió en el teatro Larrañaga en Salto. La gente cuando ve la película le trae a la memoria lo que pasó en aquel momento. Recoge lo que se vivía en aquella época. La gente reaccionó de la misma manera que reaccionaba en aquel momento.
Y para vos como director, ¿qué se sintió?
NJ: Emoción. Lo que provoca es mucha emoción. Hay gente que llora. Es muy fuerte el recuerdo de la figura de Federico y a mí me sigue sorprendiendo eso. Todos los días recibimos mensajes de gente emocionada, desde fuera del país, que les sigue despertando recuerdos, y sentí una emoción que creo que se logró transmitir.
En cartel
La película se estrenó el jueves 27 de abril en Montevideo, en el Auditorio Nelly Goitiño, con cuatro funciones previstas para aquella semana. La buena respuesta del público ha sido tal, que por tercera semana consecutiva se siguen ofreciendo entradas a $ 300 a través de Tickantel. Además la película ya se exhibió en distintas ciudades del interior, y esa gira seguirá visitando diferentes departamentos en los que también despierta interés.