En los picaditos de las calles de Flor de Maroñas en la década de los 2000, Franco Cepillo González conoció al amor de su vida, el fútbol. “Siempre fue esto lo que yo quise hacer: jugar”, responde ante la pregunta de por qué eligió dedicarse a este deporte.

La respuesta es acorde a una pasión que no se explica. Con su hermano como referente, los fulbitos de barrio nunca faltaron, pero muy temprano empezó a jugar al baby fútbol en el club Terremoto. Luego pasó por otros equipos de Flor de Maroñas e incluso estuvo un tiempo en Bella Vista, hasta terminar su primer proceso como jugador en el Cosmos Corinto antes de vestir la camiseta de la franja.

Cuando Cepillo habla de Danubio su tono de voz cambia: deja notar que en el equipo de la Curva tiene todo que ver con quién es hoy en día. “Franja negra que la vida me ha tatuado, ni la muerte te podrá borrar jamás”: esa canción que tantas veces escuchó en el estadio María Mincheff de Lazaroff lo representa porque con la franja en el pecho dio sus primeros pasos formales en la actividad que es base en su vida.

Fue en los primeros tiempos que jugó en Danubio que aprendió cuestiones básicas del fútbol que aplica hasta el día de hoy y que considera que son la base de su buen despliegue futbolístico: “las pausas, la pegada, el control”, enumera. En esos años tempranos se terminó de formar como enganche, posición en la que ya jugaba en el baby, una etapa en la que hizo muchos goles.

Sueño oficial

El debut profesional de Cepillo en el equipo de la Curva de Maroñas fue el 2 de abril de 2022 en un partido ante Wanderers en Jardines por la séptima fecha del Torneo Apertura. Jorge Fossati mandó a González a la cancha en el minuto 71 para que ingresara en el lugar de Guillermo May. En esa temporada jugó un total de 16 partidos oficiales con la número 5 en la espalda y sólo una vez lo hizo como titular, ante River Plate por la cuarta fecha del Intermedio.

Jugar en Danubio significa mucho para él y su familia, sobre todo para su padrastro, que es hincha de la franja desde siempre. “Mi madre es más hincha mío que otra cosa, siempre me sigue a todos lados”, dice con una voz que denota emoción al referirse a las primeras personas a las que menciona cuando recuerda el apoyo de su familia.

El enganche, que en Danubio juega principalmente como volante interior, tiene al argentino Alexis McAllister y a Lionel Messi como referentes. “Los sigo desde siempre, me gusta cómo juegan y trato de aprender de ellos”, cuenta.

“Es un orgullo jugar en Danubio porque es algo que soñé desde chiquito”, sostiene el futbolista de 18 años, que también habla de orgullo cuando menciona a la selección y “llevar la 10 en la espalda”.

La celeste del alma

Curiosamente, Franco no recuerda cómo le llegó el llamado para integrar el grupo de 28 juveniles que Diego Alonso reunió para entrenar a la selección principal de cara al Mundial de Qatar. “Vi la lista y ahí me enteré. Fue un momento muy emocionante para mí y para mi familia”, recuerda.

La convocatoria por el cuerpo técnico de la selección mayor de Uruguay fue el 4 de enero de 2022. Ese día comenzó la aventura junto con los otros juveniles citados con posibilidad de ser convocados a la mayor en la doble fecha FIFA de las eliminatorias para el Mundial 2022.

A su vez, en febrero fue convocado por primera vez para ser parte de los entrenamientos de la selección sub 20, pero Cepillo ya sabía de vestir la celeste porque había sido el capitán de un combinado sub 18 que viajó a Japón para jugar un cuadrangular internacional amistoso.

Un año después, el 3 de enero de 2023 se dio a conocer la lista definitiva del plantel que disputaría el Campeonato Sudamericano sub 20 y Franco fue confirmado por el entrenador, Marcelo Broli.

El 22 de enero Cepillo fue titular en ese torneo en el partido contra Chile, que la celeste ganó 3-0 y fue el inicio de una gran competencia para el conjunto charrúa: Uruguay obtuvo siete victorias, un empate y perdió un solo partido, con lo que logró el subcampeonato y la clasificación a la Copa Mundial sub 20 y a los Juegos Panamericanos. González estuvo presente en ocho de esos encuentros y, si bien no convirtió goles, brindó una asistencia y tuvo una actuación destacada.

Ahora se prepara para vivir otro desafío con la selección juvenil uruguaya: el Mundial de Argentina, que está a la vuelta de la esquina y al que la celeste llega como una de las selecciones más competitivas de América Latina, aunque con el detalle de que tendrá a Argentina como rival, que estaba fuera de la competencia pero jugará por ser anfitrión del torneo. “No nos fijamos en que Argentina ahora vaya a competir. Nos estamos preparando de igual a igual para hacer un buen torneo y para dejar lo mejor de nosotros”, asegura González sobre esta próxima competencia.

Con el foco en el Mundial, Cepillo siente que cumplió un gran sueño al vestir la camiseta de Uruguay. “Es lo mejor que me pasó con el fútbol, es a lo que cualquier futbolista uruguayo debería aspirar”, finaliza.