Danubio-Peñarol se jugó el sábado pero estuvo latente todo el fin de semana, aunque tal vez este lunes siga vibrando. El partido no estuvo exento de polémicas, con decisiones arbitrales, con y sin VAR, que fueron cuestionadas: Peñarol, que se sintió perjudicado, se reunió de urgencia el domingo para analizar la situación. Se especuló con una declaración oficial, pero el club decidió no hacerla.
Juez y parte
El domingo también habló el árbitro de dicho partido, Christian Ferreyra. Entrevistado por Punto Penal, el juez consideró que “en lo personal fue un buen trabajo arbitral, donde hubo muchas jugadas difíciles, pero estuvimos acertados”.
Ferreyra fue consultado sobre las veces que lo llamaron desde el VAR y que terminaron anulando goles del carbonero. Sobre la primera, el árbitro dijo: “El VAR siempre chequea. Cuando detectaron que había un jugador en posición adelantada, participando en interferir al adversario, se volvió a evaluar la ubicación del futbolista. Luego de definir el offside, se analizó de qué manera interfiere el jugador. Lo hace en su movimiento de ir a buscar el balón y tener un contacto con el rival. Se evaluó la jugada y se entiende que hay una interferencia”.
En cuanto al segundo gol, Ferreyra explicó que la instancia fue “similar a la primera jugada, en el sentido de que se evalúa de la misma manera porque interfiere al adversario. Las condiciones que se dan es que, por lo que muestra el trazado del VAR, el jugador [Hernán Menosse] está en posición adelantada. A partir de ahí el jugador realiza una acción de que va a ir a disputar el balón. ¿Cuándo es offside? Cuando el jugador va a disputar el balón, obstaculiza al rival; y lo otro es que el balón está en disputa, en contexto de juego. Sólo por offside no está cometiendo falta, pero sale de esa posición para disputar el balón. Con todas esas consideraciones se evaluó”.
En la misma entrevista Ferreyra comentó que fue amenazado por mensajes de WhatsApp. El árbitro dijo que una cuenta de Twitter hizo público su número de teléfono y tras eso le llegaron muchos mensajes, entre ellos varias amenazas. Tras hacer la denuncia a través de la Asociación Uruguaya de Árbitros de Fútbol (Audaf), el tema pasó tanto a Fiscalía como a la Unidad de Violencia en el Deporte.