Por la sexta del Intermedio de la Serie A en el Estadio Luis Franzini, el local triunfó ante Danubio, su clásico rival, y con ello depende de sí mismo para ganar su serie. Ahora quedó líder de la Anual a la espera de otros resultados.
En una noche en la que el invierno dijo presente, violetas y franjeados saltaron a jugarse mucho. Sobre la rambla la baja temperatura se hizo sentir, pero eso no amainó la llegada del público en ambas parcialidades. Por ser día de semana gran parte de la gente ingresó ya comenzado el cotejo.
La rivalidad estaba y el color también. El supuesto decía que se venía algo lindo. La electricidad estuvo desde el arranque, aunque canalizada de formas distintas.
Danubio insinuó querer algo con la pelota, y el violeta se mostró más directo y veloz con sus puntas. Esto se mantuvo tan sólo unos minutos, porque la elegancia técnica del argentino Elizari provocó dejar a Valiente frente al arco, que definió -aún mordido- contra el primer palo.
Esto sí que cambió la pizarra. Danubio no volvió hacer pie en los siguientes minutos y el local sacó provecho de ese desconcierto. El pibe campeón del mundo Anderson Duarte hizo de las picantes y enloqueció a la zaga izquierda franjeada. El delantero tacuaremboense tuvo de las claras, la destacada con una aceleración y pegada que sacó notable Goicoechea.
En esa primera parte Defensor jugó y se sintió cómodo. La visita, además de flaquear defensivamente, no conecto entre su mediocampo y sus puntas. La imprecisión y cierta intermitencia de otro campeón del mundo, Franco González, a Danubio lo golpeó y a su vez no encontró variantes para cambiarlo.
Algo extraño
Arrancó el complemento con la máxima. En una dinámica y precisa asociación por izquierda, la viola combinó y Nicolás Rodríguez asistió al destacado Duarte, que remató seco y adentro para poner el segundo local. La cosa pintaba que el partido se iba definiendo sobre todo por cómo estaba jugando Danubio. Pero el fútbol tiene esa bella incertidumbre.
En una solitaria y poca esperada jugada por izquierda, Alejo Cruz dejó el tendal violeta para asistir al medio pinchado y que Guillermo May definiera solo de cabeza. Golpe de ilusión para el franjeado, que se puso a tiro y logró en cierta medida emparchar esos huecos que tanto disfrutó el violeta en la primera parte y el segundo gol.
Pero para los de Jardines fue sólo eso, porque no logró sincronizar su ofensiva y el Cepillo González no apareció, lo cual la ilusión fue minimizando de a poco.
El final fue de empuje danubiano y de cuchillo en los dientes para el local. Ya la planificación y las cuestiones tácticas no eran claras, sino más bien una lógica instintiva de uno ir y el otro aguantar. Con esto Defensor espera definir la serie en la próxima, nada más que ante Peñarol en el Campeón del Siglo, también pensando en el liderazgo de la tabla acumulada.
Para los dirigidos por Esteban Conde, el panorama es otro. Ya sin chances de pelear por el Intermedio y más alejados en la Anual, el Clausura parece ser el horizonte, un devenir que deberá afrontar y ajustar sobre todo con el bajo rendimiento de este viernes y la poca creación ofensiva.