Se destaca la presencia de dos futbolistas marfileños en Plaza Colonia, que ya fueron “señados” por River Plate de Argentina: Yacouba Meite y Modibo Traoré. El millonario puso unos dólares para asegurarse de que si los muchachos la rompen, tienen la prioridad de compra sobre los africanos. Desde Alphonse Tchami hasta Félix Orode, en Argentina hace años que buscan la renovación. En Uruguay también, desde los tiempos de Mbiakop, Momo y Tatap en Tacuarembó, o las corridas de Antoine Hella en El Tanque o las del más recordado Pierre Webó en Nacional, también ven con buenos ojos esas llegadas que para los futbolistas pueden significar la existencia de un horizonte.

Matías Zunino pasó por todas en Liverpool, de las puteadas a la idolatría, de las lesiones a la baja tensión. El futbolista surgido en las inferiores de Danubio ha vivido así toda su carrera. En realidad, esa escala intermitente es la más normal o la más común, pero estamos acostumbrados a unir el concepto de futbolista con el de éxito, y es cierto que Zunino ha conseguido el éxito deportivo, pero la sinuosidad de su carrera marca el paradigma de lo más alcanzable. Jugó en equipos como la IASA, El Tanque y Nacional, club del que fue y vino, entre la Liga de Quito y La Blanqueada. Zunino, ahora, firmó por el equipo del Turco Apud, el Boston River que hila fino. El elenco danubiano, por su parte, movió la escalera cuando contrató a Gonzalo Bueno. El futbolista, también de intermitencias, supo gritar campeón, es ganador, es de esa estirpe: viene de familia futbolera y está acostumbrado a los avatares. Es alta en Danubio luego de jugar en el Pontevedra de España. El equipo de la Curva de Maroñas también se quedó con la competencia de Franco Faría, de Cerro.

Ángel Rodríguez volvió a Deportivo Maldonado proveniente del club con nombre de poeta en el fútbol peruano, el César Vallejo. Defensor Sporting no ha registrado altas hasta la fecha, por lo que puede llegar a sorprender, o está en el silencio de la derrota, que dura tiempos variables. En tiendas de Capurro se anunció la llegada de Diego Arismendi desde el equipo buzón. El popular Mama supo vestir cuatro camisetas del fútbol inglés, la del Stoke City, la del Brighton and Hove Albion, la del Barnsley, la del Huddersfield Town. También jugó en Arabia Saudita, yendo y viniendo del club de sus amores, Nacional.

La Luz, el equipo que “escupe y escupe”, o así lo dicen sus hinchas como en un pregón, contrató a un futbolista argentino que viene de jugar en el Hougang United FC de Singapur; es el caso de Brian Ferreira. Trajo además a Juan Román Pucheta del semillero del mundo, Argentinos Juniors, que si trae algo nomás del dueño de su nombre dará que hablar; le dio cabida a Diego González, el futbolista de Almagro recordado por sus tiempos en Tacuarembó y por sus últimos goles con la camiseta de Rampla Juniors o de Villa Española. Tras la salida de Nicolás Shiappacasse, el equipo de Aires Puros busca ídolo. Mientras, ese ídolo controvertido que habitó la cárcel y el Atlético de Madrid busca nuevamente destino porque en el Oviedo le dieron salida.

Nacional, que quedó afuera de la Copa Libertadores en manos del Chiquito Romero y el Colo Barco, estampó en días turbulentos la llegada de José Alberti. Mientras, su tradicional rival, Peñarol, consiguió la firma de José Neris, que viene de Colón de Santa Fe, después de navegar por el Albion tras su salida del equipo de la dársena.

Plaza Colonia apunta a zafar de las últimas tablas, que son las que tiemblan, apostando nuevamente a la cantera africana tras el éxito del nigeriano Evere. Desde Costa de Marfil llegaron Meite y Traoré, futbolistas de 18 y 19 años que fueron junados por los ojeadores del millonario argentino, que puso una cifra de 100.000 dólares sobre la mesa de los patas blancas para asegurarse su competencia en el caso de que los muchachos la rompan. Otra que ruleta. La pelotita gira y no se sabe cuándo para, pero alrededor los plenos no escatiman.