La séptima fecha del Clausura se abrió en el estadio Belvedere, donde Liverpool cayó 2-1 ante Fénix. Diego García marcó para el local y se dio vuelta con goles de Maximiliano Juanbeltz y Sebastián Da Silva.
El negro volvió por momentos a ser aquel negro. Liverpool dejó la sensación de tener en algún rincón aquella identidad futbolística. Lo demostró en el inicio. Con intención ofensiva y tenencia de pelota dominó desde el arranque el encuentro ante Fénix en el primer partido del interinato de Gustavo Ferrín después del cese de Emiliano Alfaro.
Además, a los pocos minutos encontró la apertura en un rebote que bien aprovechó Diego García para rematar, encontrar un rebote, desvío y gol negriazul.
La visita pudo ponerse en partido tras una polémica decisión del árbitro Santiago Motta, que cobró penal en un duelo aéreo. Pateó seguro adentro Maximiliano Juanbeltz.
Luego todo se apagó. Con un hombre menos para el local por la temprana expulsión de Bentaberri, cuando el local aún ganaba el entusiasmo inicial, fue en merma. Fénix, de pocas herramientas, pareció conformarse con ese tipo de trámite.
Inicio lindo de partido que cayó en un pozo de poco fútbol.
El ave sorprendió
Como un ovillo entreverado, y que se fue confundiendo más, así fue gran parte del complemento. Aquella posible recuperación indentitaria del local quedó en ello, en impulsos.
Diego García fue el motor futbolístico del equipo, ahora dirigido por Gustavo Ferrín. Sin socios claros, el autor del gol no pudo cargar tal peso con el devenir de los minutos.
Tuvo sus primeros minutos con Liverpool Abel Hernández, que llegó desde Argentina para comenzar esta nueva etapa negriazul.
Lo de Fénix fue claro. Puso gente grande para tener como herramienta pelotas aéreas. Por abajo fue poco, un mero reflejo de su desempeño en la temporada. Pero con esos grandes lo hizo por debajo. En una pelota larga que deja muy parada toda la línea defensiva local, Sebastián Da Silva cruzó un preciso remate.
Gol, triunfo y esperanza viva para los de Capurro, pensando en su complicada posición de descenso directo. Lo interesante es que, a pesar de su mala acumulación de temporadas, en la actual está a sólo un punto de la posición de clasificar a la Copa Sudamericana.
El panorama negriazul no tiene complejidades con el descenso, pero sí una disparidad muy grande respecto de temporadas anteriores. Lejos de la pelea por un torneo corto y en penúltimo lugar en la tabla acumulada, deja al descubierto lo que ha sido la pobre temporada del actual campeón uruguayo.