Nacional goleó a Deportivo Maldonado el sábado pasado. Continúa primero en el Clausura, igualado a Peñarol, y cinco puntos atrás del carbonero en la tabla Anual, a falta de seis por disputar. Martín Lasarte, quien, visiblemente enojado, no habló con la prensa tras la victoria ante los fernandinos, dialogó en el programa radial Minuto uno.

Sobre el último encuentro, analizó: “Hubo connotaciones diferentes a las de un partido corriente; fue sin gente. Un jugador profesional se acostumbra a determinadas cosas que cuando faltan se echan en falta, en Nacional siempre jugamos con mucho público. Por otro lado, enfrentamos a un equipo prácticamente descendido, lo que le da una peculiaridad. En bastantes momentos del partido hicimos las cosas bien, en algunos momentos no y entramos en terreno de incertidumbre en el resultado que no ameritaba”.

También explicó las razones por las que decidió no hablar públicamente: “Se juntaron cuestiones del partido y otras personales. Cuando eso pasa es mejor no participar en declaraciones públicas para no meter la pata. Preferí no hablar, mantenerme en silencio y tranquilo para dejar pasar un rato”, contó, y agregó que vivió algo parecido en un pasaje del segundo tiempo.

“Me fui a sentar al banco porque, en lugar de ayudar, los estaba volviendo locos a los jugadores. Quería colaborar desde afuera y estaba restando. Busqué serenidad para tomar mejores decisiones. No fue un buen día. Ganamos, por suerte, y seguimos en carrera”.

Sobre su futuro en Nacional, contó: “Si somos campeones se renueva automáticamente nuestro contrato. Si no lo somos, se estudia por parte de la nueva directiva. Agradezco que, aunque estamos en un año electoral, ninguna lista haya hablado hasta el momento de promesas en el cargo de entrenador. Pese a la campaña y la votación que se va a dar, mantenemos la tranquilidad para trabajar en los objetivos de este año”.

Al ser consultado sobre las críticas a los arbitrajes de cara a la definición del torneo y el tercer gol ante Deportivo Maldonado, dijo: “Soy anti VAR porque es una justicia mal aplicada. Resuelve algunas cosas y complica otras. Ahora hay máquinas y personas que las manejan que no son capaces de darnos justicia absoluta. Terminamos complicando más el tema. El tener esa herramienta libera de responsabilidad al árbitro. La primera sensación del gol del Ojito Rodríguez dio la sensación de que estaba adelantado”.

Para cerrar, contó de forma jocosa cómo se lesionó al mandar un cambio en un partido: “En el penal que atajó Luis Mejía contra Racing, me paré rápido para llamar a Jeremía Recoba para entrar: quería un equipo asimétrico ya que estábamos teniendo problemas en la banda izquierda. Cuando hice el movimiento, sentí una pedrada en el gemelo. Me desgarré, ahora ando rengo y se burlan en las prácticas. Es lindo que el cuerpo todavía responda, aunque sea de esta manera”, bromeó.