La undécima fecha del Torneo Clausura llegó al mítico estadio Centenario. Allí Racing ofició de local ante Nacional. La victoria tricolor fue justificada en el trámite: los dos cabezazos fueron de Lucas Sanabria y Jeremía Recoba. Con esto, el equipo albo mantiene la punta del Clausura y recorta en la anual, expectante del partido de Peñarol.
El partido tuvo un arranque de esos bien discretos, en los que el estudio de qué hacía el otro equipo le ganó a las intenciones propositivas.
La primera novedad que intentó Nacional fue por izquierda, con la proyección de Gabriel Báez desde el lateral. Buscó cambiar su herramienta habitual y eficaz: el tándem dinámico por derecha de Leandro Lozano y el paraguayo Galeano.
La otra buena noticia para el tricolor fue la demostración de que Nicolás López estaba enchufado, y eso es un plus en cualquier equipo.
Por el lado de Racing todo se mostró más forzado. El nexo quiso ser Lucas Rodríguez desde la zona central del mediocampo, pero con dificultades colectivas. La mano en alza de Jonathan Urretaviscaya evidenció la necesidad de buscarlo más.
Perdido ofensivamente, los de Sayago encontraron en su punta Dylan Nandín lo más interesante. Explosivo y movedizo, fue la carta más fuerte, aunque con pobres asociaciones en el último tramo del campo.
Nacional bajó su ritmo y dejó de practicar frontón sobre el arco de Odriozola. La pelota ya no pasaba prolija por Christian Oliva y Lucas Sanabria. El argentino Alexis Castro no apareció y el bolso entró en un pozo ofensivo.
Inteligente, Racing pispeó esto y mejoró en lo que le había faltado. Mejor manejo en ataque y una clarita para Agustín Alaniz, que contuvo Mejía.
El tricolor encontró la luz nuevamente bajo la lámpara del Diente López, que sacudió la zurda en un par de oportunidades.
Y en esa nueva oleada ofensiva del equipo de Lasarte apareció lo que le faltaba a Nacional: el gol. De cabeza, Lucas Sanabria anticipó la floja salida de Odriozola. De ahí al descanso, con tranquilidad, en un trámite que le fue favorable al equipo de la blanqueada.
Manotas de victoria
En el inicio del complemento, Racing perdió un preciado tesoro: marró un penal atajado por Luis Mejía, tras ser cobrado mediante VAR.
Después, la escuelita perdió el hambre que mostró desde la segunda salida de vestuarios. Los puntas perdidos y un mediocampo poco generador explicaron la baja producción en ataque para los dirigidos por Eduardo Espinel.
El marcador era ajustado y favorable al bolso, y quedó cada vez más lejos un posible empate, y más cuando, en otra pelota parada, el ingresado desde el banco Jeremía Recoba conectó otro cabezazo de gol.
Nacional fue más y sostuvo la ventaja tras la heroica jugada de Manotas Mejía, que contuvo ese penal.
Otra vez, Nicolás Lopez fue lo más distinto en calidad.
A Racing le queda el apunte de que al salir con vocación ofensiva tiene un paquete de buenas herramientas. A la hora de enfrentar a un poderoso que pelea el año, se cuidó demasiado en salir a buscar otro ritmo y estuvo errático desde la pena máxima.