Xavier Biscayzacú tiene 19 años. Nació en Veracruz, México, mientras su padre jugaba para el equipo de esa ciudad. El gurí fue campeón de la Copa Uruguay con Defensor Sporting; en los últimos meses puso su nombre arriba de la mesa a base de grandes actuaciones para mostrar su valía y que nadie lo conozca como el hijo del Grillito. Como carta de presentación, su primer gol profesional para darle el pase a la final a la violeta contra Boston River y el penal de la consagración contra Nacional.

De tal palo, tal astilla. Sus tantos decisivos fueron en el arco de la Colombes, en el estadio Centenario, mismo lugar donde su padre convirtió por primera vez. También en ese lugar Gustavo anotó dos de los tres goles en el recordado hattrick clásico defendiendo a Nacional. Viven el fútbol juntos, el hijo disfruta las charlas y los consejos del Biscayzacú grande. La actividad favorita es sentarse en el living a mirar rodar la pelota por donde sea.

Xavier todavía mezcla la timidez de un joven de su edad con la seguridad del jugador que se le planta al entrenador para pedirle patear en la tanda de una final. No le escapa a la responsabilidad y quiere seguir creciendo en el fútbol, donde tendrá un 2025 para consolidarse luego de un primer año de aparición auspiciosa en el primer equipo de la institución de Punta Carretas.

Por ahora juega por México, selección con la que disputará el Mundial sub 20 que se realizará en Chile. También fue sparring de Uruguay bajo la conducción técnica de Diego Alonso y Marcelo Bielsa. En un futuro, se verá.

Nos atendió en su casa, donde hay una hermosa habitación con todas las camisetas que usó Gustavo y los trofeos que fue ganando en su extensa carrera. La mamá de Xavier y esposa del Grillito fue armando carpetas con los recortes de diarios que Gustavo fue acumulando de recorrida por el planeta del fútbol. Ya es momento de empezar a juntar material del nene, que anda volando y ya arrancó a escribir su historia.

Decilo vos

¿Cómo analizás tu 2024 futbolístico?

Fue muy especial todo lo que me sucedió. Se dieron un montón de cosas que soñé desde chiquito. Fue un año muy bueno donde pude salir campeón con el equipo que me formó y con la selección de México para clasificar al Mundial sub 20. Además, hice mi primer gol como profesional. Fueron alegrías muy grandes, ganar la Copa Uruguay fue muy especial, más siendo la tercera consecutiva de Defensor.

¿Sentís que el esfuerzo empezó a dar frutos?

Desde chiquito estoy en Defensor. Pasé por un proceso muy largo como todos los jugadores, aprendí mucho, fui sufriendo, que también es parte del fútbol. Ir consiguiendo cosas de a poco es algo que siempre quise, voy plantando mi nombre en primera. Ojalá el año que viene sigan los logros.

¿Cuándo te diste cuenta de que estabas listo para dar el salto a primera y cómo te fuiste preparando?

A los 15 o 16 años ya estaba entrenando pensando que en algún momento podía llegar al primer equipo y tener mi oportunidad. Obviamente, cuando llega el momento te das cuenta de que es otro roce; la mentalidad de los compañeros y el tipo de entrenamientos son muy diferentes. Adaptarse a todo eso lleva un proceso, a pesar de que en Defensor la preparación para llegar ya es muy fuerte. En mi caso, intenté hablar con los más grandes para que me enseñen y me formen. Muchos me ayudaron y tuve grandes referentes. Después del debut tuve una lesión. Cuando volví, estaba muy bien. Siento que influyó un poco que me había sacado el peso de arriba de los primeros partidos. Estaba con confianza, con otro roce, y me sentía preparado. Por suerte fui ganando minutos y aportando cosas importantes al equipo.

¿Cómo viviste el primer gol, que fue en la hora y para pasar a la final de la Copa Uruguay?

Me pasaron muchas cosas por la cabeza. Sobre todo, mis padres, que me apoyaron desde chiquito para que no me faltara nada. Mi viejo antes del partido me había dicho que iba a hacer mi primer gol en el mismo arco donde él lo hizo, el de la Colombes. Fue increíble convertir para clasificar a la final y que él se emocionara en la tribuna.

¿Viste la imagen en la que se lo muestra llorando?

Sí, la vi. Es muy difícil explicarlo con palabras. Es increíble. Estaba toda mi familia. Es un arco que queda marcado para nosotros. Capaz que son cosas del destino o coincidencia, no lo sé. Fue único que los dos hagamos el primer gol como profesionales en el mismo lugar. Nunca más nos vamos a olvidar.

¿Cómo viviste la final con Nacional?

Fue un partido muy especial, era un cuadro grande de rival, nosotros teníamos que demostrar que Defensor venía siendo fuerte en la copa. Si bien se hablaba de la presión de Nacional, la nuestra también era grande porque era el principal objetivo que teníamos en el año, aparte de quedar en Uruguay 4 para la Copa Libertadores, que también fue importante. Cuando llegamos a la tanda de los penales tuvimos que ver quién pateaba. Le pedí al Chino Navarro que por favor me dejara uno y me dio la confianza. Intenté estar tranquilo, no ver nada más y asegurarla.

“Mi viejo antes del partido me había dicho que iba a hacer mi primer gol en el mismo arco donde él lo hizo, el de la Colombes”.

¿Por qué se lo pediste?

Mi forma de ser es así. Me gusta ser parte, soy competitivo. Tenía muchas ganas de hacer un gol importante y por suerte se terminó dando. Estábamos todos alentando para ir a patear con convicción y confianza del resto de los compañeros.

¿Fue larga la caminata?

Muy larga. Me molestó la espera entre los penales previos. Cuando empecé a ir hacia la pelota me fui liberando, quedé bastante tranquilo. Intenté no pensar en nada, me concentré en cómo pateaba los penales cuando practicaba, enfocado en que fuera gol sin que se me fuera la cabeza en lo que podía venir después. Quise pegarle lo más fuerte posible.

La Fábrica

¿Qué tiene de especial la formación futbolística en Defensor Sporting?

Para mí es la mejor cantera en Uruguay, y hay estadísticas que dicen que es de las mejores del mundo. Es una institución que está constantemente sacando jugadores de enorme nivel que juegan en las principales ligas sin problemas. Ser parte del proceso es increíble. Compartí la formación con jugadores de gran calidad. Hay un trabajo atrás muy bueno, desde la escuela del profe César Santos hasta que llegás a primera. Cuidan todos los detalles y los profesionales son excelentes.

Y también el lugar que le dan en primera a la gente joven...

Está muy buena la oportunidad de ventanas que te dan, no pasa en todos los equipos. No jugás si no estás maduro, pero sí te dejan consolidarte con el tiempo de proceso adecuado. Es una tranquilidad para los que venimos de abajo tener el momento para plasmar en primera el recorrido que hicimos en formativas, para después pensar en dar el salto y que llegue una venta que también aporta económicamente para el club.

¿Cómo te describís como jugador?

Es complicado, pero me siento inteligente en los posicionamientos en la cancha. Conocedor de mis limitaciones, no soy súper fuerte ni veloz, soy más de pensar. Intento ir para adelante, ser ofensivo y hacer daño con la pelota. Busco el espacio libre para habilitar o hacer goles. Soy muy positivo.

Y te gusta encarar...

El fútbol cambió. Desde chico te forman para jugar a dos toques, es todo más táctico y físico. Me gusta arriesgar, es una forma de jugar que fui aprendiendo en la calle o en la escuelita. Hay que ir viendo qué momentos son para la personal y cuándo jugar más para el equipo.

¿Qué hablás con tu viejo en el día a día?

Estamos todo el día viendo fútbol de todos lados, hablamos muchísimo. Él después de cada partido me marca lo que hice mal, porque dice que las que hice bien ya las sé. Intento aprender porque creo que es de las personas que más saben de fútbol. Me ayudó muchísimo cuando era chico y no jugaba tanto, él me fue explicando todo lo que no entendía, [me enseñó] a saber esperar. Siento que soy muchísimo mejor jugador ahora.

Mexicano de nacimiento, pero la celeste tira

¿Cómo fue la experiencia con la sub 20 de México, que fueron campeones y clasificaron al Mundial?

Fue muy especial. Fue un torneo que jugamos de local, con nuestra gente. Es increíble poder salir campeón y tener la chance de jugar un Mundial, algo que seguramente me pueda marcar la carrera. Es un buen grupo, me siento muy cómodo y me tratan bien cada vez que voy. Es diferente jugar para un país en el que no vivo, voy en momentos donde vale la pena viajar. Allá el fútbol se vive de otra manera y me tengo que adaptar, pero me gusta y disfruto cada vez que comparto con mis compañeros de la selección. Si es lo que se necesita para conseguir grandes cosas, hay que hacerlo.

¿Cuáles son esas diferencias?

La forma de jugar es distinta. En México se juega más por el piso, las canchas son prácticamente perfectas. La infraestructura es de nivel europeo. En Uruguay es más físico, más aguerrido.

¿Qué te llevó a tomar la decisión de jugar por México?

Fue una decisión difícil. Consulté varias opiniones, lo hablé mucho con mi familia. Fue muy complicado. En ese momento podía ir de sparring a la Copa América con Uruguay o ir al pre Mundial con México. Acá tampoco estaba definido que Fabián Coito iba a ser el entrenador y faltaba muchísimo para el Sudamericano, que recién va a ser en enero. Opté por la chance que tenía segura. México siempre me dio la oportunidad.

¿Y a futuro?

Muy buena pregunta. Es difícil saberlo ahora. Prefiero enfocarme en Defensor y seguir creciendo ahí. Si llega una oportunidad de alguna de las selecciones mayores sería una locura y ahí tendría que tomar una decisión más fuerte.

Tuviste como compañeros a campeones del último Mundial sub 20. ¿Charlaste con ellos sobre la experiencia?

A varios les tocó. Ver a compañeros de Defensor a ese nivel fue de mucho orgullo para todos. Es algo que todos soñamos. Les pregunté muchas cosas en este tiempo y siempre recalcaron el grupo que tenían, que iban juntos por los objetivos, todos con las mismas ideas. Además de la cantidad de entrenamientos juntos y entender lo que el entrenador pide. Son las bases para lograr cosas importantes.

¿Qué objetivos te planteás para 2025 con el afán de consolidarte en primera?

Tengo mucha ilusión. Intento estar con la mente fría. El sueño a corto plazo es clasificar a la fase de grupos de la Copa Libertadores. Ojalá que sea una temporada con muchos minutos en primera y con el desafío del Mundial sub 20.