Danubio empató con Sportivo Ameliano de Paraguay en el Centenario

Danubio ofició de local en el estadio Centenario frente al Sportivo Ameliano de Paraguay, en su segunda presentación por Copa Sudamericana. Fue un partido duro el que disputaron paraguayos y locales. Se solidificó en el medio y por momentos el partido se hizo espeso. Escasas llegadas, por lo tanto escasos ululares de la tribuna. Un partido chato, apenas un intento de Lucas Sanseviero en el primer tiempo, aunque no fue del todo bien habilitado.

Papelito Fernández por momentos cayó como número 9 y, como de costumbre, fue incisivo. Pero sobre las ideas cayó una bruma: la bruma del punto en juego, una bruma conservadora que empezó a servirles a ambos. Llegaron a probar de lejos, hubo varios enfrentamientos tocayos entre los de Nicolás Rossi. El arquero uruguayo de Sportivo Ameliano fue seguro en las que tuvo. Las que salió a descolgar, alguna que otra timidez. Después se dedicó a ordenar a los suyos, que en el orden parecieron encontrar la llave. Danubio fue más pero le costó consolidarse en la red.

Mauro Goicochea se quedó con un intento de la visita, que cuando pudo cargó de centros el área danubiana con Marcos Martinich, por un lado, y Juan Patiño, por el otro. Pero Danubio -aunque desprolijo- se hizo fuerte con Matías Fracchia, que a su manera se metió la defensa en el bolsillo. Del otro lado, similar, defensas fuertes que se debatieron con Gabriel Leyes, que por momentos tuvo que bajar demasiado. En el medio chacras flacas que opacaron el juego.

Papelito se llevó un raspón pero antes tiró un caño. Mario Saralegui se paró del banco y se volvió a sentar. Pedro Sarabia agitó a los suyos porque vio que con el orden encontraban soporte. Todos los soportes son esperanzas de trascender. El equipo uruguayo sintió la grandeza y con esa vergüenza deportiva volvió a buscarlo. Inmerso en un chusmerío de vecindad, lo único que acomoda el agua como un plato es ganar. Después es un griterío perdido en un campo oscuro.

El equipo de Villa Amelia creció como sus zagueros. Pequeños monstruos soñadores como muros donde Papelito Fernández rebotó un par de veces. El petiso corajudo lo volvió a intentar siempre. Es la estampita emotiva de Saralegui. Mariolo probó con Christian Tizón y Gonzalo Bueno. Ambos equipos en realidad movieron los bancos a ver si ahí estaba escondida la quinta pata del gato. Pero el partido terminó por desdibujarse apenas en el esbozo de ambos equipos.

Aunque con Diego Píriz Danubio contó con la desfachatez que le estaba faltando. Era necesario provocar el caos para desarmar el caos de la quietud. Ninguno de los dos equipos estuvo lúcido, por lo que ambos apostaron a las pelotas quietas y a los contragolpes, que en realidad no hicieron más que acrecentar el rendimiento de las defensas.

Gonzalo Bueno ensayó una de pool pero el paño estaba levantado. Tizón probó de media distancia y contuvo Rossi, que fue figura en la visita. En la siguiente ocasión el mismo Tizón defendió la respuesta de los paraguayos. Volvió a pisar el área rival y funcionó como un pistón en el mediocampo. Danubio seguía siendo más pero de merecimientos no se trata. El Colo Romero intentó, pero su cara lo dijo todo. Danubio no tuvo un partido lúcido y dejó escapar la chance de pasar al frente en el grupo. Tizón, el muchacho nacido en Las Torres, tuvo una nueva oportunidad, pero Nicolás Rossi, el uruguayo que ofició de visita, volvió a quedarse con el suspiro. Danubio peleó con armas difusas, pero el partido terminó en empate. Al final un tumulto para decir que estábamos.

Copa Sudamericana - Grupo E
Estadio Centenario
Árbitros: José Cabero, José Retamal y Alejandro Molina. Cuarto juez: Felipe González.
VAR: Rodrigo Carvajal y Alan Sandoval.

Goles: No hubo.

Cambios: 46' Ignacio Pintos por Gabriel Leyes (D); 46' Alejandro Samudio y Fredy Vera por Fabián Franco e Iván Valdez (SA); 53’ Gonzalo Bueno y Christian Tizón por Kevin Lewis y Lucas Sanseviero (D); 62’ Diego Píriz por Sebastián Fernández (D); 66’ Aldo Maiz y Leonardo Villagra por Richar Torales y Fredderick Alfonso (SA); 74’ Francisco Báez por Julio González (SA); 80’ Áxel Montaña por Nicolás Rossi (D).