Cinta aisladora, memoria, linimento, memoria. Canilleras con fotos de tus hijas. Memoria. San Expedito, memoria, san Jorge, memoria, todos los santos, memoria. Todos tus muertos, memoria, los muertos de los otros, memoria, las otras, memoria. Todos tus vivos, memoria, la camiseta con la frase por si hacés el gol. Memoria. La licra, la otra licra, las medias cortadas, las antideslizantes. Memoria. Los botines, memoria. Los botines, memoria, los botines, memoria. La pinza, la llave francesa, los tapones intercambiables, el barro, memoria. El barro, memoria. El barrio, memoria. Las matas, memoria. El olor a tierra mojada, a pasto recién cortado, memoria. El olor del barrio, memoria. El olor del barro.
Una sinfonía de lata, memoria, goteras. Canillas que pierden. El eco de las gotas contra el charco. Memoria. Voces, palabras perdidas, memoria. La risa, memoria, el llanto, memoria. Tu cara en el charco. Tu cara en el rostro de alguien. El rostro de alguien. Contigo. Memoria. Semblante. Memoria. Oler a lo mismo. El olor del otro.
El que reparte las camisetas. Tu nombre, memoria, la camiseta, memoria. Tu número, un número, el número. El que usás desde chiquito. El que te dieron. El de la suerte. El que te tocó. El de la suerte que te tocó. El de la memoria. El 29. La cábala. Creer. No dejar de creer jamás. El abismo de dejar de creer, sin moverse del banco de suplentes, mirando el suelo. Memoria. Ir perdiendo, memoria, ir ganando, memoria. Pensar que todo puede irse al carajo. El carajo. El olor del carajo.
Memoria. Pizarrones. Rayas, ir y volver, rayas, ir y venir, rayas, ir, e ir, e ir. Rayas e ir. Rayas e ir. Juntos. Juntitos acá. Más cerca. El privilegio de estar juntos. La urgencia de estar juntos. Juntas. La urgencia de saber. Memoria. La urgencia por jugar. Memoria. Las veces que no jugamos. El olor de las veces que no jugamos.
Tizas. Draipenes. Borradores. Fotocopias. Las marcas. No hay que perder las marcas. Miro la pelota, miro al jugador, miro la pelota, miro al jugador. Lo agarro, lo toco, lo sigo, lo rozo, me pega, se pega, sudor y barro. Memoria. Sudor, barro, área chica, mayo, memoria. Me agarro de tu camiseta para que te agarres de la mía. Memoria. La camiseta puesta, memoria. La camiseta ardida. La bolsa de camisetas, el que las reparte. Tu número, tu nombre, tu suerte.
Memoria. Orquestita de aluminio y concreto. Arandelas de barro y una discusión que se arrastra. Que si me dijo tal cosa o me dijo tal otra. Que si me dijo. Que si me. Que si. Qué. Memoria. Te quiero con el alma, hermano. Vamos de vuelta por la vuelta. Entrenando para ser campeón. Campeón de qué. Memoria. Campeón de qué.
Una bandera. Una bandera. El nudo, memoria, el otro nudo. Las botellas colgando para que no se la lleve el viento. Memoria. El viento. Banderas. Te busco en la tribuna hasta que te veo. La distancia es otra cosa. Memoria. La distancia entre vos y yo es un pueblo. El pueblo. Memoria del pueblo. La distancia entre vos y el pueblo no existe. La distancia entre vos y yo, memoria. Te busco en la tribuna hasta que te veo. Antes vos buscaste tu lugar.
Montevideo. Barrio La Unión. Ocho de Octubre y Propios. Monte Caseros. Memoria. Comité Elena Quinteros. Memoria. Platense, Puerto Rico, Villa Española. Memoria. Estudiantes de La Unión. El Fray Bentos. El Hornero. La Picada. Huracán Villegas. Deportivo Uruguayo. El Urreta, el Rocha. Memoria. 18 de Julio. Memoria.
Un poema de Palito Gómez que dice “volver al anónimo desocupado que transita, la calle principal de la ciudad querida, tantos años evocada, revivida, esquina por esquina, boliche por boliche, pedrada por pedrada, enchufe por enchufe”. Y como Palito era bolso concluye: “Montevideo, azul de capricho, blanco de amor y todos los semáforos en rojo”.
No te lo olvides nunca, son más de cien. Son casi doscientos. Están bajo nuestros pies. Donde jugamos. En la marcha. Pasto húmedo de mayo. Campus de Maldonado. Memoria. En cada cancha, en cada vestuario, memoria. En la Mutual, memoria. Memoria, primero memoria. La memoria del pueblo.