Las semifinales de la Copa América se pusieron en marcha con Argentina y Canadá enfrentándose por segunda vez en el certamen. En este caso el escenario fue el MetLife Stadium de Nueva Jersey. Albicelestes y canadienses jugaron por un lugar en la final.
La selección argentina de Lionel Messi tiene un equipazo que escribirá en la historia los mejores momentos albicelestes después de Diego. Lionel Scaloni paró con Emiliano Martínez, Gonzalo Montiel, Cristian Romero, Lisandro Martínez, Nicolás Tagliafico, Rodrigo de Paul, Alexis Mac Allister, Enzo Fernández, Messi, Julián Álvarez y Ángel Di María.
Por su parte, Canadá, dirigida técnicamente por Jesse Marsch, formó con Maxime Crépeau, Alistair Johnston, Moise Bombito, Derek Cornelius, Alphonso Davies, Jonathan Osorio, Stephen Estáquio, Richie Laryea, Jonathan David, Jacob Shaffelburg y Cyle Larin.
Canadá comenzó con todo, no tenía nada para perder y todo para ganar. Apretó a Argentina hasta que pudo. Jacob Shaffelburg tuvo la primera jugada peligrosa con un tiro desde lejos. Argentina contestó minutos después con un contraataque que inició el Cuti Cristian Romero, de los emblemas silenciosos albicelestes, y terminó con la joya Messi desde la medialuna.
Entrado el partido, De Paul recibió en la mitad de la cancha y puso un pase entre líneas para Álvarez, que controló de manera exquisita y definió por los caños del golero. Pasada la media hora de juego, Di María definió de primera por encima de Crépeau y el balón se fue al techo del arco. Messi quiso dos veces antes de terminar el primer tiempo, y recién en los descuentos, Jonathan David contestó para la selección canadiense.
En el segundo tiempo más de lo mismo: todos jugando por un sueño. Argentina, con la incomodidad de no conformarse con nada si no es la Copa. Canadá, por dejar en alto su performance previo al Mundial en el que participará como organizador. Los dos técnicos movieron los bancos pero el partido estaba dispuesto para que Argentina dispute una nueva final este domingo 14 a las 21.00 en el Hard Rock Stadium de Miami.
Enzo Fernández remató fuerte tras un mal rechazo de la defensa norteamericana, y Messi, como en la canchita de Malvinas Argentinas donde jugaba con la de Newell’s Old Boys cuando era chico, desvió el balón, descolocó a Crépeau y amplió la ventaja. Minutos después, Álvarez pudo liquidarlo, pero era más épico estirarla hasta el final. Al final, Emiliano Martínez se quedó ágilmente con una chance canadiense, y festejó la atajada.
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