Lo primero, y quizás lo más importante, es señalar la absoluta importancia de la continuidad de la competencia y que, sea como sea, se juegue la tercera edición de la Copa Uruguay.
Detrás está el enorme esfuerzo y sistematicidad de las autoridades que han empujado y peleado para que esto sea posible y que no haya ningún hueco en esta naciente y necesaria competencia.
Como lejanos coautores, tal vez sea discutible que esta sea la Copa Uruguay que concebimos. Pero como seguros y esforzados difusores de la Copa Uruguay, debemos seguir con su comunicación, esforzándonos por su continuidad y mejoramiento, a pesar de la diferencia y la distancia que por estos días parece haber con la idea inicial.
Jugando y hablando
Es muy importante la difusión y la forma de la comunicación del novel y trastabillante evento.
Esta vez, para los medios de preeminentes y para los espacios de comunicación –que ponen en la afición lo que marca la agenda–, la Copa Uruguay parece haber empezado su sorteo de dieciseisavos este miércoles y con los nombres de 28 de los 32 que jugarán esa instancia.
Sin embargo, para decenas de medios locales, regionales y claro que también nacionales, para centenas de deportistas y para miles de aficionados, la Copa Uruguay empezó el 10 de agosto, cuando arrancó la fase clasificatoria de 35 clubes de la Organización del Fútbol del Interior (OFI), con la pelota rodando por buena parte del país y los futbolistas ilusionados con un parche virtual en sus camisetas que marcaba el sello de que, aunque los otros no lo dijeran o directamente no lo supieran, estaban jugando la tercera edición de la Copa Uruguay 2024.
La Copa fue y es una instancia tan esperada como necesaria, que necesita aceitarse, algunos arreglos, y acuerdos sobre la marcha que le permitan avanzar o aguantar, pero nunca retroceder o ponerla en duda. Necesita aguante, hombro, presencia y empuje para su propio desarrollo y para contener los daños colaterales de ataques que no apuntan a la competencia ni a sus participantes, sino a grupos y personas.
Así fue en la primera, la de 2022, y en el chueco 2023, cuando una serie de variables, la desprotección y el desinterés de operadores en el ámbito del fútbol la dejaron de lado y sin atención, sin entender que hay que cuidarla. Y así terminó, con partidos salteados y sin la trascendencia que merece, en los primeros meses de 2024.
No se puede empezar lo que ya empezó
Antes de que se hiciera el sorteo y los spots de iluminación dieran luz a las cámaras para mostrar los copones, la copa, el logo, el campeonato más transversal de los que se juegan en el paisito ya había pasado por 20 ciudades –Salto, Rivera, Tacuarembó, Paysandú, Nuevo Berlín, Fray Bentos, Trinidad, Florida, Durazno, San Carlos, Piriápolis, Empalme Olmos, San José, Sarandí Grande, Minas, Treinta y Tres, Mercedes, Juanicó, Migues y Melo– y por 26 canchas o estadios.
Cuánta gente apiñada a los alambrados y con un frío enorme vio esos partidos. Cuántos jugadores almorzaron o soñaron con que jugarían la copa mientras el sábado o el domingo, sentados en esos enclenques bancos de vieja madera, desenrollaban sus vendas con ardido olor a perro mojado y pensaban en lo que estaban por jugar.
La primera Copa Uruguay, la mejor hasta ahora en esta pequeña muestra, la jugaron 76 clubes. La de 2023 se disputó llevando el calendario de un año para el otro con 80 clubes. Y en esta de 2024 participaron 58, por más que el sorteo y su comunicación den a entender que sólo la juegan los 32 anunciados y publicitados el miércoles.
Con este formato de 58 participantes se jugarán en todo el campeonato un total de 57 partidos (17+9+16+8+4+2+1), financiados por la Asociación Uruguaya de Fútbol, incluso los de la clasificación de OFI. Si lo hicieran para el año que viene con 64 clubes a un único partido, se jugarían 63 encuentros (32+16+8+4+2+1), sólo seis más que los de este año –dicho esto por lo del presupuesto de viajes, jueces y canchas, que siempre son un problema real a solucionar pero que se debe poder–.
Este domingo sabremos los cuatro nombres de los clubes de la C que quedan por resolver y que en 32avos quedarán como locales. Todos los clubes de la OFI, los de la C y los de la D serán locales en dieciseisavos, lo que está muy bien porque en las ciudades del interior seguro que el campeonato tiene expectativa. Después ya no: se seguirá la estructura del calendario. Entre los aportes que hemos hecho desde estas páginas, entendemos que siempre la localía, hasta el momento de llegar a la final, debe ser prioritariamente para clubes del interior o de categoría amateur, y sólo sembrar otras localías para el caso de que ambos sean del mismo lugar o de la misma categoría.
Cruces de dieciseisavos de la Copa Uruguay
• Atlético Bella Vista (Paysandú)-Defensor Sporting
• Paso de la Arena-Torque
• C1 (Primera División Amateur)-Uruguay Montevideo
• C4-Nacional
• Bristol (Mercedes)-Racing
• Melo Wanderers (Melo)-Cerro Largo
• Litoral (Paysandú)-Plaza Colonia
• Piriápolis-Peñarol
• Ferro Carril (Salto)-Oriental de La Paz
• Río Negro (San José)-Danubio
• 18 de Julio (Fray Bentos)-Cerro
• Rincón FC-Progreso
• C2-Juventud de Las Piedras
• San Carlos-Albion
• C3-Montevideo Wanderers
• Juanicó-Boston River
EL CAMINO DE UN PAÍS
— Copa AUF Uruguay (@CopaAUFUruguay) August 22, 2024
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