En el partido de ida correspondiente a los octavos de final de la Copa Libertadores jugado en el Campeón del Siglo, Peñarol derrotó por un amplio margen de 4-0 a The Strongest de Bolivia con goles de Leo Fernández, Maximiliano Silvera, Jaime Báez y Facundo Batista, y tomó una ventaja importante y necesaria para la semana que viene en los 3.600 metros sobre el nivel del mar del estadio Hernando Siles de La Paz, donde bajo los efectos de la altura buscará, después de 11 años, asegurarse su presencia en cuartos de final y ser uno de los mejores ocho de América.

Peñarol, the really strongest

Iban sólo ocho minutos de partido, pero el avance del partido era suficiente para adivinar el desenlace. El abstract del juego con un Peñarol avasallante ya demostraba y ponía en aviso que los aurinegros estaban prontos para pasar por arriba a los bolivianos.

Fue un partido –sobre todo un primer tiempo– soñado, planeado, esperado, en cuanto a juego, postura técnica y emocional y goles, porque esos tres tantos de diferencia con los que se cerró la primera parte eran la garantía pensando en la revancha.

Peñarol fue el que tenía que ser y lo demostró siendo infinitamente superior por postura y capacidad de juego a los aurinegros de La Paz. Tuvo en Leo Fernández a un jugador superlativo y genial que torció el partido a su favor con un gol y dos asistencias deluxe.

Leo y repito tres veces

Fue a los ocho minutos de juego cuando, en una acción muy bien armada que le quedó por derecha al debutante Jaime Báez, que metió un pase gol cruzado que perforó el área para que entrara por el lado contrario, con pura calidad y muchísima técnica, Leo Fernández acomodó su pierna izquierda para cruzar el tiro de manera tal que fuera imposible para el arquero Guillermo Viscarra. Golazo que ponía el 1-0, pero presagiaba trabajo para el operador del tablero digital.

No paró un segundo el equipo de Diego Aguirre. Sólo paró para festejar y siguió atacando una y otra vez para, en pocos minutos después, anotar el segundo gol con un pase maravilloso de Leo Fernández y el ingreso de Maxi Silvera, quien puso su pierna de manera tal de vencer nuevamente al arco de los bolivianos. Bien de goleador en su área.

El pase del Leo fue de crack, inesperado para el rival, inverosímil para quien no espera que alguien que parece caerse o perder el equilibrio en realidad lo que está haciendo es tomar la postura genial para habilitar allá a lo lejos a un compañero que hará el gol. Iban 15 minutos y Peñarol ya estaba 2-0 y no era poco, pero tampoco era todo.

Habría más, mucho más, si sumamos la importancia de los goles con el placentero momento de estar apreciando la genialidad de un futbolista exponiendo su técnica y espontaneidad.

Como un billarista con un taco en el pie izquierdo, Leo Fernández desde su propio campo amartilló la zurda y sacó un pase cruzado perfecto, con un golpe técnico que hacía correr la pelota con el efecto justo, para que allá en el área, 50 metros después, la recibiera limpita, como si viniese de al lado, Jaime Báez, que resolviendo el ejercicio como si fuese 2+2 hizo la maniobra justa para vencer por tercera vez a Viscarra. En el día del debut, Báez cliqueó asistencia primero y gol después.

En una tranqui

Para el segundo tiempo se vio una versión más tranquila del conjunto de Aguirre, no menos ofensiva pero sí menos dinámica, a la espera de que llegase la posibilidad neta de una nueva acción de gol.

Cuando el ritmo era más lento, diez minutos después de haber salido de los vestuarios, el entrenador mirasol dispuso dos variantes vivificantes para los carboneros; par de cambios que volvieron a mover la tribuna y al golero Viscarra, que una vez más volvió a salvar el arco boliviano.

Entraron Batista y Leo Sequeira, colocando un montón de jugadores de ofensiva y dejando solamente a Damián García como mediocampista de acciones principalmente defensivas.

Y fue Batista, en una jugada que empezó limpia y terminó entreverada, que a un metro de la goal line pudo vencer los intentos defensivos repetidos de los bolivianos, y colocar el cuarto que permite pensar que con esa renta la revancha en la altura de La Paz puede ser accesible desde el punto de vista de la clasificación a cuartos de final. Otra vez estuvo Leo Fernández, que de allá lejos, teledirigido, metió un pase de lado a lado para que el primer cabezazo y rebote fuera resuelto a medias por los defensas y ahí, a centímetros de la línea, Batista la empujara y extendiera la línea de crédito para que una semana después en La Paz se pueda ver a Peñarol entre los ocho mejores.

Fue un gran paso.

Detalles del partido

Estadio: Campeón del Siglo.
Árbitros: Raphael Claus, Danilo Manis y Nailton Sousa (brasileños).

Peñarol (4): Washington Aguerre; Pedro Milans, Javier Méndez, Guzmán Rodríguez y Lucas Hernández; Damián García (92’ Tomás Olase), Eduardo Darias (57’ Facundo Batista), Javier Cabrera (76’ Adrián Fernández) y Leonardo Fernández; Jaime Báez (57’ Leonardo Sequeira) y Maximiliano Silvera (76’ Felipe Avenatti). Entrenador: Diego Aguirre.

The Strongest (0): Guillermo Vizcarra; Maximiliano Caire, Darío Aimar, Adrián Jusino, Jeyson Chura (67’ Rodrigo Ramallo); Luciano Ursino, Víctor Cuéllar, Abdiel Ayarza (80’ Michael Ortega), Joel Amoroso (46’ Sebastián Guerrero) y Jamie Arrascaita (59’ Marc Enoumba); Enrique Triverio. Entrenador: Juan Rescalvo.

Goles: 9’ Leonardo Fernández (P), 16’ Maximiliano Silvera (P), 36’ Jaime Báez (P), 72’ Facundo Batista (P).