Colombia y Argentina jugaron una especie de revancha, aunque están jugando revanchas desde el famoso 5-0 en el Monumental de Núñez. La más reciente y la más presente en cada chamuyo de córner, la de la final de la Copa América del año que corre. La selección de Lionel Scaloni y la del también argentino Néstor Lorenzo se enfrentaron en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez de la ciudad de Barranquilla, por la octava fecha de las Eliminatorias sudamericanas rumbo a la Copa del Mundo 2026, y la victoria fue 2-1 para los locales.

Colombia quiso llevar los hilos del partido con un James Rodríguez exuberante y maduro. Siempre, en algún momento, los más grandes, como el Ángel Di María que se despidió en la fecha anterior, pasaron por silbidos y críticas. Pero James y Di María, o Luis Suarez por ejemplo, se encargaron de elegir el propio final de su historia como en un libro del Barco de Vapor.

Argentina ejerció una presión insoportable. Así trastabilló Colombia, a los 11 minutos, el arquero Camilo Vargos quiso enganchar cuando Yerson Mosquera se la dio hacia atrás y Julián Álvarez le robó la pelota y remató al arco sesgado y nadie alcanzó a empujarla.

A los 13 contestó con Richard Ríos, pero Emiliano Martínez se quedó con el intento desde lejos. A los 17 Rodrigo de Paul disparó por encima del travesaño. Hasta ahí, casi nada de magia, mucho de estudio y dientes apretados. A los 24 James frotó la magia al fin y puso un pase de antología. La jugada derivó en un tiro de esquina que el mismo volante del Rayo Vallecano colocó con sutileza por encima de Martínez para que Mosquera llore de emoción en el córner tras mandarla adentro.

Pero en el segundo tiempo todo cambió desde el arranque. James, el de la magia, erró en un pase hacia atrás y Nicolas González, que no tiene marketing ni nada pero sí alta velocidad y potrero, robó esa pelota de nadie y superó a la defensa para definir por entre las piernas de Vargas, que salió desesperado como Martha Sánchez. James tuvo su revancha dentro de la revancha, de penal, minutos después, cobrado a instancias del VAR. Bailecito en el córner y otra vez a la hoguera del partido. Colombia y Argentina nos regalaron otra vez un partidazo.

El partido se frenó por un choque de cabezas entre Nico González y Jhon Arias en el área de Colombia. Argentina apostó al contragolpe y movió el banco de suplentes. Faltando 15 minutos entró Giovanni Lo Celso, para ver si aquello de la magia surgía. Lo tuvo el candidato al balón de oro, Lautaro Martínez, aunque no fue de sus partidos con más brillo. Colombia siempre pudo liquidarlo, pero entre otros Jhon Córdoba se encontró con la humanidad de Emiliano Martínez. Paulo Dybala, otro de los que entraron, pateó desviado, y en los siete minutos silbados de descuento Nicolás Otamendi se anotó una posibilidad. Pero Colombia fue sólido casi todo el tiempo y terminó por quedarse con el partido frente al puntero de las Eliminatorias.